Jueves, 18 de diciembre de 2025 Jue 18/12/2025
RSS Contacto
MERCADOS
Cargando datos de mercados...
Economía

10 edificios y una silla que han hecho inmortal a Frank Gehry

10 edificios y una silla que han hecho inmortal a Frank Gehry
Artículo Completo 2,293 palabras
El mundo de la arquitectura aún intenta asimilar que Frank Owen Gehry ya no está. El canadiense-estadounidense, fallecido en Santa Mónica el 5 de diciembre de 2025 a los 96 años, fue mucho más que el gran nombre del deconstructivismo: convirtió la arquitectura en un gesto casi musical, hecho de curvas, pliegues y titanio, capaz de cambiar el destino de una ciudad entera. Repasamos los edificios más significativos de un arquitecto brillante. Leer
Arquitecturas10 edificios y una silla que han hecho inmortal a Frank Gehry
  • CRISTINA ACEBAL
18 DIC. 2025 - 09:06El arquitecto Frank Gehry y el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, durante sus conversaciones en 2018 sobre los modelos de expansión del campus de Facebook en Menlo Park en Estados Unidos

El mundo de la arquitectura aún intenta asimilar que Frank Owen Gehry ya no está. El canadiense-estadounidense, fallecido en Santa Mónica el 5 de diciembre de 2025 a los 96 años, fue mucho más que el gran nombre del deconstructivismo: convirtió la arquitectura en un gesto casi musical, hecho de curvas, pliegues y titanio, capaz de cambiar el destino de una ciudad entera. Repasamos los edificios más significativos de un arquitecto brillante.

Nacido en Toronto en 1929 como Frank Goldberg, se trasladó a Los Ángeles en los años 40, donde comenzó a forjar su propio idioma formal, lejos de los dogmas del racionalismo. La pequeña casa que transformó para su familia en Santa Mónica, envuelta en chapa ondulada, malla metálica y madera vista, fue ya una declaración de intenciones: un collage irreverente que rompía con la idea de vivienda correcta y anticipaba la arquitectura fragmentada que lo haría famoso.

Gehry trabajó siempre con la curiosidad de un escultor. Usó cartón corrugado para la icónica Wiggle Side Chair, demostró que el mobiliario también podía ser experimental, y abrazó pronto las herramientas digitales, adaptando software aeronáutico para modelar esas formas imposibles que luego se forraban de titanio, vidrio o piedra. Su carrera recibió el espaldarazo definitivo con el Premio Pritzker en 1989, que lo consagró como uno de los grandes innovadores del siglo XX.

El Guggenheim Bilbao fue el punto de inflexión. Aquella nube de escamas metálicas reflejada en la ría no solo regaló a Bilbao un icono reconocible en todo el planeta; inauguró el llamado "efecto Bilbao", la demostración de que un edificio cultural podía catalizar la transformación urbana, económica y emocional de una ciudad. Después llegarían la Walt Disney Concert Hall de Los Ángeles, con sus velas de acero desplegadas como un barco sonoro, y la Fondation Louis Vuitton en París, un conjunto de "velas" de vidrio que parece a punto de echarse a navegar sobre el Bois de Boulogne.

Barack Obama, al entregarle la Medalla Presidencial de la Libertad, resumió bien su legado: los edificios de Gehry, anclados al suelo, son capaces de elevarnos el espíritu y ampliar nuestros horizontes.

1. Museo Guggenheim, Bilbao (España)

En Bilbao el legado de Frank Gehry se materializa en el Guggenheim, quizá su edificio más emblemático. Levantado entre octubre de 1993 y octubre de 1997 sobre antiguos muelles industriales, el museo parece una gigantesca escultura de titanio, vidrio y piedra que se abre como una flor metálica junto a la ría. Sus volúmenes curvos envuelven el Puente de La Salve y se integran en la ciudad sin imponerse, convirtiéndose en nuevo icono urbano. En el interior, un atrio bañado por la luz organiza tres niveles de galerías de formas ortogonales y orgánicas, capaces de acoger desde piezas íntimas hasta instalaciones monumentales como La materia del tiempo, de Richard Serra.

2. Walt Disney Concert Hall, Los Ángeles (EE.UU.)

En pleno corazón de Los Ángeles, el Walt Disney Concert Hall (2003) condensa como pocos edificios el universo de Frank Gehry. Concebido como nueva sede de la Filarmónica de Los Ángeles, nació con una ambición clara: ser una de las salas de conciertos más sofisticadas del mundo y, al mismo tiempo, un lugar íntimo donde la música se sienta casi al alcance de la mano.

Impulsado por la visión y la generosidad de Lillian Disney, la familia Disney y numerosos mecenas, el proyecto regaló a la ciudad no solo una acústica excepcional, sino también un icono urbano reconocible en todo el planeta. Sus famosas curvas de acero inoxidable, que parecen desplegarse como un instrumento gigante, envuelven un auditorio cálido revestido de madera, pensado al milímetro para que cada nota llegue limpia y envolvente al público. En sus 1,4 hectáreas, el edificio captura la esencia de Los Ángeles: una mezcla de energía, riesgo creativo y amor por el espectáculo.

3. Fundación Louis Vuitton, París (Francia)

Desde su inauguración en 2014, la FundaciónLouis Vuitton se ha convertido en una de las obras más poéticas de Frank Gehry. El edificio se levanta como una gran nave de cristal en medio del Bois de Boulogne: 12 velas de vidrio curvo envuelven volúmenes blancos, los "icebergs", que parecen flotar sobre un estanque. La luz es la verdadera materia del proyecto: se filtra, se refleja y se fragmenta en las superficies acristaladas, de modo que el edificio cambia de rostro con cada hora del día y con cada estación.

En el interior, una sucesión de galerías, pasarelas y terrazas crea un recorrido casi cinematográfico, en el que el visitante alterna arte, vistas al jardín y panorámicas de París. Más que un simple contenedor de exposiciones, la Fundación Louis Vuitton funciona como una gran escultura habitable, un mirador urbano que resume como pocos la obsesión de Gehry por la luz, el movimiento y las formas libres.

4. Vitra Design Museum, Weil am Rhein (Alemania)

El Vitra Design Museum (1989) fue la primera obra de Frank Gehry en Europa y, pese a su escala contenida, se ha convertido en uno de sus edificios más influyentes. En lugar de un simple almacén para la colección de sillas de Vitra, Gehry imaginó una pequeña escultura habitable: un collage de volúmenes blancos, con torres, rampas, cubos… que se entrelazan en un juego de curvas y aristas, casi como una maqueta en movimiento congelada en el paisaje de Weil am Rhein.

En el interior, unos 700 metros cuadrados de salas se organizan en dos plantas, atravesadas por la luz que entra desde grandes lucernarios y ventanales en cubierta. Cada giro del recorrido abre una nueva perspectiva sobre las piezas expuestas y sobre la geometría del propio edificio. Más que un simple contenedor, el Vitra Design Museum es un manifiesto temprano del deconstructivismo de Gehry: compacto, experimental y sorprendentemente lírico.

5. El Museo Puente de Vida, Ciudad de Panamá (Panamá)

Más conocido como Biomuseo (2014), es la gran declaración de Frank Gehry en Panamá: un estallido de tejados multicolor sobre la punta de la calzada de Amador, justo donde el Pacífico se encuentra con la entrada del Canal. Lejos de la sobriedad museística al uso, el edificio se fragmenta en volúmenes bajos y angulosos que parecen surgir de la tierra tropical, rematados por enormes cubiertas metálicas en rojo, amarillo, azul o verde que se cruzan como hojas al viento.

En el corazón del conjunto, un gran atrio exterior elevado actúa como plaza pública cubierta, protegida de la lluvia y abierta a las vistas de la bahía y la ciudad. Desde allí se accede a las galerías dedicadas a contar la historia geológica y la extraordinaria biodiversidad de Panamá, mientras el parque que rodea el edificio prolonga el relato con senderos y estaciones educativas entre la vegetación autóctona. Un museo-paisaje donde arquitectura, naturaleza y divulgación van de la mano.

6. Facebook Campus Expansion, Menlo Park (EE.UU.)

En Menlo Park, Frank Gehry llevó su lenguaje a un terreno distinto: el de la oficina-campus para Facebook. El encargo, en 2018, partía de una idea muy clara de Mark Zuckerberg: un edificio pensado para ingenieros que viven de probar, equivocarse y volver a empezar. Gehry respondió con una enorme nave casi diáfana, más cercana a un "gran almacén creativo" que a una sede corporativa al uso. Sin despachos, con mesas que se mueven según los equipos cambian de proyecto, rincones con sofás y pizarras y una constelación de micro-cocinas, el espacio fomenta la colaboración constante. Por fuera, el volumen se integra en el paisaje de Menlo Park y se remata con un jardín en la azotea, plantado como un pequeño parque elevado. Un edificio de aspecto deliberadamente crudo y eco-consciente que convierte la cultura de la empresa en arquitectura habitable.

7. Torre Beekman, Nueva York (EE.UU.)

En el skyline del Bajo Manhattan, la torre residencial de Gehry -conocida como New York by Gehry- se estira desde el año 2010 hasta los 265 metros y 76 plantas convirtiéndose en uno de los rascacielos de viviendas más altos de la ciudad. Su base de mampostería color terracota acoge una escuela pública, un centro ambulatorio vinculado al New York Downtown Hospital, accesos residenciales, un pequeño espacio comercial y aparcamiento subterráneo. Sobre ese podio "terrenal" despega la verdadera escultura: una piel de acero y vidrio que se arruga y ondula, haciendo que cada planta, y por tanto cada uno de los 903 apartamentos, tenga una geometría distinta. Los pliegues del muro cortina moldean las estancias y, al mismo tiempo, capturan la luz y el reflejo de los edificios cercanos, cambiando de aspecto a lo largo del día. Dos plazas públicas ajardinadas completan el conjunto, conectando este icono vertical con la vida a pie de calle.

8. Dancing House, Praga (República Checa)

La Casa Danzante es una de esas obras de Frank Gehry que parecen dibujadas a mano alzada sobre la ciudad. Levantada en la ribera del Moldava, en pleno Rašín Embankment de Praga, fue diseñada junto al arquitecto croata-checo Vlado Milunic y terminada en 1996. Sobre la estrecha parcela bombardeada en 1945 (junto al edificio donde vivía Václav Havel, que impulsó el proyecto), el dúo ideó un volumen doble que prontorecibió el apodo de Ginger & Fred: una torre de cristal curvada que baila abrazada a otra más vertical y sobria de hormigón.

El resultado es un pequeño manifiesto deconstructivista que rompe la rigidez del frente histórico de fachadas neobarrocas y art nouveau, pero sin desentonar con él. Hoy el edificio alberga oficinas, hotel, galería y el restaurante Ginger & Fred en la última planta, con vistas privilegiadas al río y al Castillo de Praga. Más que una extravagancia, la Dancing House se ha convertido en símbolo de la Praga contemporánea: una ciudad que se atreve a bailar, arquitectónicamente hablando, con el siglo XXI.

9. Museo de Arte Weisman, Minneapolis (EE.UU.)

En el campus de la Universidad de Minnesota, asomado al río Misisipi como un faro plateado, el Weisman Art Museum es una de las primeras obras icónicas de Frank Gehry en Estados Unidos. Por un lado, el que mira al campus, se viste con una fachada de ladrillo que dialoga con el resto de edificios universitarios; por el otro, el que se asoma al río, estalla en un torbellino de volúmenes curvos y aristas de acero que recuerdan una cascada y la silueta de un pez. Ese contraste resume a la perfección el espíritu del museo: sobrio contenedor académico hacia dentro, escultura brillante y cambiante hacia la ciudad. Inaugurado en 1993 y ampliado en 2011, el edificio ha ganado nuevas salas que permiten mostrar mejor su colección de arte estadounidense, cerámica y mobiliario coreano, pero sigue siendo, ante todo, un experimento luminoso sobre cómo un museo universitario puede convertirse también en un icono urbano.

10. Guggenheim, Abu Dhabi (UAE)

En la que será la última gran obra de Frank Gehry, el Guggenheim Abu Dhabi se levanta poco a poco en Saadiyat Island como un gigantesco collage de volúmenes que parecen chocar entre sí sobre la arena. Concebido para convertirse en el mayor de los museos Guggenheim, con unos 42.000 m² de superficie, el edificio combinará galerías de distintas alturas y estilos con un centro de arte y tecnología, áreas educativas para niños, archivo, biblioteca y laboratorios de conservación. Sus formas entrelazadas de hormigón, acero y piedra, pensadas como una reinterpretación contemporánea de los patios cubiertos y torres de viento tradicionales, juegan con la luz del desierto y el reflejo del mar. Aunque la inauguración se ha ido posponiendo y la fecha definitiva sigue sin anunciarse, las imágenes de la obra casi terminada permiten intuir un futuro icono cultural para Abu Dabi y el legado póstumo más monumental de Gehry.

11. Wiggle Side Chair (1972)

Gehry también ha dejado su huella en el diseño de productos, sobre todo con la Wiggle Side Chair. En los años 70, cuando nadie miraba al cartón más allá de las cajas de embalaje, Frank Gehry decidió convertirlo en diseño culto. Así nació la Wiggle Side Chair (1972), quizá la pieza más famosa de su serie Easy Edges. Construida a base de capas de cartón ondulado prensado, dibuja una silueta sinuosa casi escultórica que, sin embargo, sorprende por lo cómoda y robusta que es. Su perfil en S parece un garabato hecho volumen, un gesto que condensa muy bien la actitud de Gehry: experimentar con materiales humildes, romper lo esperado y demostrar que un objeto cotidiano puede convertirse en icono del diseño del siglo XX.

Los esmóquines con entrega exprés de Mansolutely que querrás vestir estas fiestasUn crucero de lujo por el Caribe, la propuesta de Explora Journeys para NavidadSkims, la marca de Kim Kardashian, vuelve a unirse a The North Face para la temporada de invierno
Fuente original: Leer en Expansión
Compartir