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140 años de historia de la familia Barrabino en Torremolinos

140 años de historia de la familia Barrabino en Torremolinos
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Carlos Blanco, el cronista de la ciudad, sitúa en 1886, la adquisición por 21.500 pesetas de la antigua hacienda San Miguel, finca donde se levanta la casa señorial de esta estirpe; un patrimonio que está en plena rehabilitación como antesala de su reapertura, esta vez, para uso público, en 2026

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Imagen de la Casa de María Barrabino, desde el antiguo bar Central. Imagen difundida por Carlos Blanco Cabrera 140 años de historia de la familia Barrabino en Torremolinos

Carlos Blanco, el cronista de la ciudad, sitúa en 1886, la adquisición por 21.500 pesetas de la antigua hacienda San Miguel, finca donde se levanta la casa señorial de esta estirpe; un patrimonio que está en plena rehabilitación como antesala de su reapertura, esta vez, para uso público, en 2026

José Rodríguez Cámara

Torremolinos

Lunes, 22 de diciembre 2025, 00:01

... de María Barrabino, el cronista de Torremolinos, Carlos Blanco Cabrera, se hace eco, en una de sus publicaciones sobre la historia local, del momento en esta familia comienza su relación con la ciudad costasoleña.

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La casa de la familia Barrabino durante una celebración del Corpus. Imagen difundida por Carlos Blanco Cabrera

«El 17 de diciembre del año 1886, don Miguel Barabino Melgar adquiere por 21.500 pesetas a doña Josefa Gandolfo Piaya, la hacienda San Miguel», concreta el historiador. Allí se levanta el famoso palacete. Sobre el inmueble, en ese momento, de campo, consta que cuenta con «casa de recreo con cochera y oratorio», además de morada para el hortelano, jardines, árboles y agua de turno.

La propiedad, está cercada, tal y como reza en la documentación que ha escudriñado el cronista, «de tapia de mampostería» y está «compuesta de dos y media fanegas de tierra», unos 16.000 metros cuadrados, si se realiza la conversión.

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La hacienda San Miguel. Imagen difundida por Carlos Blanco Cabrera

Este terreno linda por levante y sur con el camino de Benalmádena, «al cual tiene la portada principal», recoge Cabrera, que prosigue, «por poniente con el cauce de los molinos y por el norte con la huerta nombrada de Hoyo», así se llama la calle que, en línea recta, desde río Aranda, llega a la casona.

Una benefactora que llegó de Córdoba

María Barrabino, heredera de la casa por parte de su tía María Melgar, es considerada como una de las grandes benefactoras del municipio. A su familia pertenecía la mayor parte de la plaza Costa del Sol, igual que la entrada de la avenida de Los Manantiales y la plaza de la Independencia, como parte de la finca de la que era propietaria, aunque desde comienzos del siglo XX fue desprendiéndose de terrenos que cedía, por lo general al Ayuntamiento, por precios simbólicos.

Barrabino, cordobesa de nacimiento, se estableció en Torremolinos de forma definitiva tras haber pasado allí parte de su infancia y juventud. Acomodada económicamente, dedicó su vida a realizar obras de caridad, entre ellas el reparto de comida entre las clases más desfavorecidas.

En septiembre de 2017, el Ayuntamiento acordó la adquisición de la Casa de María Barrabino, un bien patrimonial que refleja los gustos de la burguesía decimonónica malagueña y entronca con las primeras visitas a Torremolinos como destino turístico. La compra fue cerrada por 1,1 millones de euros a los descendientes de la dueña.

La obra tiene factura del arquitecto Gerónimo Cuervo y la consideración de Bien de Catalogación General

Aunque la casa, con factura de Gerónimo Cuervo, el arquitecto del Teatro Cervantes, no tiene la consideración de Bien de Interés Cultural, sí pesan sobre la finca las cautelas recogidas en la figura de Bien de Catalogación General de la Junta, lo que implica que se respeten los frescos de la planta superior, en la pared de la planta superior que mira a la escalinata, o la solería, de gres de Nolla, siempre que sea posible, o se proceda a su sustitución con baldosas de la misma fábrica, además de mantener algunos artesonados y vidrieras, aunque no estén completos.

Los Barrabino habitaron la villa hasta 1997. Pasaron dos décadas hasta que la compró el Ayuntamiento, tiempo en el que el inmueble sufrió gran deterioro. En 2019, se acometieron obras de emergencia, para evitar males mayores y, posteriormente, llegó la subvención para el proyecto actual, que arrancó en mayo, con férreos plazos.

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Meses de ejecución hay previstos para esta rehabilitación, que recibe un 65,03% de ayudas de la Unión Europea

Se trata de una inversión de 2,5 millones de euros, de los que Bruselas aporta el 65,03% en el marco del Programa de Impulso a la Rehabilitación Energética de Edificios Públicos del Gobierno. La UE estableció que, para la entrega de la ayuda, los trabajos, con 11 meses de ejecución prevista, tienen que estar concluidos y recepcionados antes del 26 de febrero de 2026.

La apertura a la ciudadanía de la Casa de María Barrabino permitirá ofrecer espacios que puedan destinarse a usos sociales, dependencias relacionadas con la regeneración urbana o la historia del turismo.

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Fuente original: Leer en Diario Sur - Ultima hora
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