Tomás Serrano
Columnas NEWSLETTER Afortunados extremeños: los primeros en decirle a Sánchez si su gobierno les rentaApúntate y recibe cada miércoles esta newsletter para leerla antes que nadie y no perderte la información más relevante.
Ferrer Molina Publicada 19 diciembre 2025 13:50hEl domingo me gustaría ser extremeño. Qué suerte la suya: poder estrenar la urna del juicio político al sanchismo.
Un autocomplaciente Pedro Sáncheznos decía en Cáceres el otro día que su gobierno nos "renta" a los españoles.
En Extremadura va a poder comprobar el grado de satisfacción hacia su gestión de los cerca de 700.000 españoles con derecho a voto en esos comicios.
Porque, claro que son elecciones extremeñas, pero al coger la papeleta este domingo es imposible abstraerse de cómo está el país.
Con Sánchez, el presidente que prometió regeneración y ética, hemos entrado en una fase del todo vale.
Vale el indulto a los socios, vale gobernar sin el Parlamento, vale convertir la mentira en doctrina, vale fomentar el odio entre compatriotas, vale arremeter contra los jueces, vale desprestigiar el periodismo incómodo (o sea, el periodismo) y vale chapotear en la corrupción, por ejemplo, presentando como candidato a un hombre al que la Justicia ha llevado al banquillo por prevaricación y tráfico de influencias.
¿Qué significaría, en el actual marco, una derrota de Miguel Ángel Gallardo? Teniendo en cuenta que el PSOE moderno de Sánchez antepone el veredicto del "pueblo" a cualquier instancia -incluida la Justicia- ¿habría que interpretarla como la condena anticipada del propio Gallardo y de David Sánchez, el hermano músico del presidente, que ha de responder ante el tribunal en la misma causa?
La regeneración era esto: un acusado al frente del cartel electoral y el presidente pidiéndonos confianza.
El listón moral que Sánchez prometía elevar lo soterró él mismo por ambición de poder antes incluso de poner de nuevo el pie en la Moncloa, hace dos años.
Para los extremeños no solo se trata de evaluar si les renta el Gobierno de Sánchez, sino de decidir qué modelo anhelan para su tierra... y para su país.
Al fin y al cabo, si alguien va a poner precio a los excesos del presidente, bien haría en empezar por decirle, con su voto, que hay pagos que no compensan.