El seis veces campeón mundial de surf adaptado relata su historia en el libro 'Surfear la vida' en el que cuenta cómo una ola le dejó ciego y cómo el mar, pese a todo, fue su refugio
Aitor Francesena gana su sexto Mundial de sur adaptado.- ALMUDENA RIVERA
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"No vas a volver al mar". "No vas a surfear nunca más". "No podrás tener una vida normal". Eso fue lo que le dijeron al surfista Aitor Francesena, conocido como 'Gallo', el día en el que definitivamente una ola se llevó lo que le quedaba de vista. Había nacido con un glaucoma congénito, vivía con el temor de que en cualquier momento podía quedarse ciego. Tenía incluso pesadillas. "Soñaba que dejaba de ver y entonces me despertaba y veía", relataba a MARCA hace años. Ahora, el surfista vasco cuenta su historia en el libro 'Surfear la vida', una lección de coraje, superación y determinación.
Desde niño se pasó la vida de médicos, lo que le hacía sentir una mezcla de pavor e hiperactividad continua. Encontró un refugio en el deporte. Empezó con el monopatín, siguió con largos paseos de seis u ocho horas con la bicicleta, hasta que finalmente encontró su auténtico salvavidas: el surf.
Surfear la vida, el libro de Aitor Francesena que ya está a la venta.Con 14 años, perdió por completo la visión del ojo derecho. En su casa le tenían prohibido practicar surf porque era un deporte de riesgo para su vista, por eso al principio lo hacía a escondidas. “Recuerdo aquel pasillo que parecía no acabar nunca, y ver pasar las habitaciones pintadas en color pastel, como si ese color volviera menos aterrador el instrumental de acero que se amontonaba en cada una de ellas. Recuerdo cómo preparaban el material quirúrgico, cómo lo desinfectaban, el ruido del acero al entrechocar... Se me ponía el pelo de punta. El miedo me iba estrangulando con sus garras heladas", cuenta en el libro.
El miedo me iba estrangulando con sus garras heladas
Aitor Francesena, seis veces campeón mundial de surf adaptado
El accidente con una ola
Tras perder la visión del ojo derecho, también empezó a empeorar el izquierdo. Se sometió a dos trasplantes fallidos. "Pero eso no me impidió vivir la vida a tope. Más bien al contrario, me impulsó a disfrutar de cada segundo con una sensación de urgencia; sabía que no podía desaprovechar el tiempo. Era como si me pasara el día corriendo para que la ceguera no me alcanzara", desvela.
Estuvo casi un año en lista de espera para una nueva córnea, y recuperó la ilusión. Tenía todas las esperanzas puestas en que esa vez sí iba a funcionar. Pero con 42 años tuvo el accidente que cambiaría su vida para siempre. Fue el 23 de julio de 2012. Francesena para entonces era un pionero del surf en nuestro país. Abrió la primera escuela de este deporte en España en 1988, concretamente en Zarautz, su tierra; fue el primer entrenador de surf de nuestro país, seleccionador nacional y su método de enseñanza es el que se explica aún hoy en casi todas las escuelas.
Aquel día el mar estaba muy fuerte y les dijo a sus alumnos que saliesen del agua. Como hacía mucho calor, él decidió darse un baño y se llevó la tabla. Cogió la primera ola sin problemas, pero decidió esperar una segunda. "Venía hacia mí, le di la espalda y la remé, como siempre había hecho. Salí por el aire con la tabla y parecía que iba a caer bien, pero sucedió lo impensable: el canto delantero se clavó. Fue como si se hubiera hundido en un banco de arena, elevando la parte trasera de la tabla y, con ella, a mí. Volé hacia delante, impactando contra el agua con el ojo abierto. El impacto fue brutal. Si me hubieran dicho que me había chocado contra el suelo, no lo hubiera puesto en duda. El mar que tanto amaba se había vuelto contra mí, aplastándome con sus manos de espuma y agua", relata en el libro.
El mar que tanto amaba se había vuelto contra mí, aplastándome con sus manos de espuma y agua
Aitor Francesena, seis veces campeón mundial de surf adaptado
Explotó el globo ocular
A partir de ese momento todo se volvió oscuro, mientras el mar le zarandeaba. "Me sentía como un muñeco de trapo en el interior del tambor de una lavadora que se movía sin control, a merced de la corriente. Braceé como pude hacia la superficie. Esperaba que el sol me deslumbrara, demasiado brillante por el efecto de las gotas de agua adheridas a mis párpados. Nada de luz, solo la misma negrura que había sentido unos segundos antes. De forma instintiva, me llevé la mano a la cara y noté un colgajo plano, como un chipirón. Sé que la descripción puede resultar desagradable, pero fue así: era el ojo. ¡El globo ocular había explotado! El impacto lo había reventado y pendía del nervio óptico. Lo tenía sobre la mejilla. Todo el líquido se había perdido en el mar", relata de manera muy gráfica.
El surfista ciego Aitor Francesena 'Gallo'.El globo ocular había explotado y el impacto lo había reventado y pendía del nervio óptico
Aitor Francesena, seis veces campeón mundial de surf adaptado
Tras el accidente, pensó que nunca más podría volver a subirse a una tabla. El miedo lo “arrolló por completo”. Aprendió a diferenciar la tempestad del mar en base al sonido de las olas y el viento. “La ceguera fue un golpe demoledor. Me di cuenta de lo duro que es vivir en la oscuridad permanente y me llevó un tiempo descubrir que puede haber felicidad en prestar atención a pequeños detalles a los que antes no había dado importancia. Lo primero que tuve que hacer fue
ser muy consciente de la situación y pensar en cómo darle la vuelta. Entonces me puse la primera meta: ser feliz", dice.
Vuelta al agua y al podio mundial
Poco a poco, volvió al agua. Comenzó con sesiones de apenas veinte minutos, que pronto se convirtieron en media hora, luego en cuarenta y cinco minutos, hasta que finalmente pudo volver a tomar sus primeras olas. Tres años más tarde se inscribió en su primer campeonato, quedándose a las puertas de la semifinal. Sólo un año después, en 2016, alcanzó el sueño de proclamarse campeón del mundo. Desde entonces ha seguido cosechando éxitos. Volvió a ser campeón mundial ISA en 2020, del circuito mundial AASP en 2022, 2023, 2024 y 2025, del circuito mundial y europeo PSL en 2023 y del US Open de surf adaptado en California en 2022 y 2023. También ha sido campeón de España durante una década consecutiva.
El surfista ciego Aitor Francesena 'Gallo' cuando ganó su primer oro mundial en 2016.A lo largo de 10 capítulos, Francesena desgrana los aprendizajes y valores que lo han llevado a alcanzar el éxito en la vida, ofreciendo al lector una valiosa guía basada en su propia experiencia. A través de su testimonio, subraya la importancia de marcarse metas claras, vivir con propósito y mantener una disciplina constante como pilares fundamentales para lograr grandes objetivos.
También en su filosofía de vida está aprender a confiar y a pedir ayuda al círculo cercano para superar las adversidades y avanzar. El apoyo de su entorno más íntimo —su hermana Leire, su hija Uxue y su mejor amigo Lean— es lo que le permitió salir adelante.
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