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La compañía española de VTC nombra a un ex Google como responsable de la división de coches autónomos y acelera el cierre de acuerdos con 'partners'.
La posibilidad de coger un robotaxi (coche sin conductor) en España está cerca.
Cabify acaba de nombrar a César Lázaro como nuevo responsable de conducción autónoma en la compañía, un puesto inexistente hasta el momento. Lázaro ha trabajado 18 años en Google, en sus últimos años liderando equipos globales en España, EEUU y Suiza como Head of Google Travel Partner Solutions.
No es la primera vez que Cabify busca talento en el gigante tecnológico estadounidense. César Lázaro trabajará para el equipo de Raúl Marín, también ex de Google, y nombrado en junio vicepresidente global de partnerships, es decir, el responsable del cierre de los acuerdos tecnológicos clave en esta nueva carrera por convertirse en un actor relevante en el mercado de los robotaxis.
Ambos estarán bajo el mando de Maite Gómez-Fraile, también ex trabajadora de Google y que desde septiembre del año pasado es la responsable de la estrategia de crecimiento del negocio global de Cabify.
Además de la captación de talento, la compañía española ha comenzado a buscar acuerdos. "La tecnología de los vehículos autónomos la desarrollan players internacionales, sobre todo empresas americanas y chinas. Nosotros tenemos el conocimiento local, conocemos la regulación, conocemos las ciudades... y creemos que la combinación de estas dos partes, es fundamental. Por eso estamos hablando con muchos players, empresas de muchos tipos, desde fabricantes de coches a especializadas en mapeo o conectividad, para ver cuál es la mejor forma de traer los coches autónomos a las ciudades españolas" explica Raúl Marín.
Paralelamente a la búsqueda de acuerdos tecnológicos, Cabify está pendiente del avance de la regulación en España. La firma de movilidad presume de haber mantenido buenas relaciones con los reguladores durante 15 años, tanto a nivel local como nacional, lo que le podría proporcionar cierta ventaja.
"Madrid está intentando liderar y ya ha lanzado su primera mesa de movilidad autónoma con distintos participantes, incluido Cabify. Además, ya existen campos de operaciones o pilotos y el marco de pruebas presentado por la DGT es considerado uno de los frameworks más avanzados del mundo para vehículos autónomos. Aún así, la regulación que habilita el despliegue fuera del marco de pruebas es necesaria. No es posible dar fechas, pero nuestra esperanza es que se concrete en 2026", asegura David Pérez, vicepresidente de relaciones con stakeholders y sostenibilidad de Cabify.
En Madrid
Cabify asegura que el enfoque no es crear una nueva licencia para el coche autónomo, sino convertir algunas de las licencias existentes (VTC) en licencias con un vehículo autónomo asignado, lo cual serviría como fórmula para evitar que las ciudades se llenen de este tipo de coches sin control.
Madrid cumple con todos los requisitos para convertirse en la primera ciudad donde se podría desplegar este servicio que operaría dentro de un ODD, zona que cumple una serie de requisitos ambientales, geográficos o de tráfico bajo las cuales un vehículo autónomo puede operar de forma segura.
Además, dentro de su catálogo de servicios, Cabify ofrecerá diferentes niveles de autonomía a los clientes. El usuario podrá viajar en el coche sin un conductor ni intermediación humana o, en el caso de querer mayor control, sentarse al volante y conducir él mismo cuando el vehículo llegue solo al punto de recogida.
La compañía, que invierte anualmente 25 millones de euros en innovación, no considera que la entrada en el coche autónomo vaya a suponer un desembolso mucho mayor. "Si me hubieras preguntado hace 3 años te hubiera dicho que un programa de coche autónomo cuesta varios billions al año, pero actualmente estamos viendo que con decenas de millones son competitivos. Por eso hay tantísimos actores más entrando en este espacio. Hay muchos partners con los que asociarse y es más fácil comprártelo a ti que hacerlo yo, porque las inversiones no son tan elevadas", añade Carlos Herrera, Director de tecnología (CTO) de Cabify.
Herrera también explica que tener a estos vehículos en circulación es muy rentable, pues "son muy eficientes y no hay un coste laboral asociado". Además, mientras que en un VTC actual la tasa de ocupación debe rozar el 60% para ser competitivo, con el vehículo autónomo esa tasa baja mucho. "Básicamente por un euro pueden estar 3 horas moviéndose por la ciudad y nos salen las cuentas".
Uber y Bolt
Esta misma semana, Dara Khosrowshahi, CEO de Uber aseguraba que que compañía planea operar robotaxis en 10 mercados en 2026 y que este negocio superará el billón de dólares para 2030.
Aunque ni Uber ni Bolt han citado expresamente a España, ambas compañías han apuntado a Europa como su próximo objetivo para el despliegue de coches sin conductor.
Uber está armándose para convertirse en un agregador de servicios de robotaxi mediante alianzas con proveedores autónomos, como WeRide, Waymo, Momenta o Pony.ai.
Por su parte, Bolt ha anunciado recientemente un acuerdo con la china Pony.ai para introducir robotaxis en Europa con fases de pruebas que comenzarían en 2026. Además, recientemente ha firmado una alianza con Stellantis para acelerar sus pruebas con vehículos autónomos.
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