Dos imágenes del filósofo Simón Cano.
Reportajes Cano, el filósofo 'queer' que da charlas de capitalismo arcoíris: 'Mi cuerpo y mi discurso aterran por culpa de los estereotipos'El académico está afrontando duras críticas en redes sociales contra su estética después de viralizarse en redes: "No se trata de espectacularizar la filosofía, sino de mostrar que uno puede expresar su identidad de diferentes maneras".
Más información:El alcalde de Villanueva del Trabuco (PSOE) invita a un filósofo 'queer' a dar una charla sobre "capitalismo del arcoíris".
José Ismael Martínez Publicada 30 diciembre 2025 03:01hEl filósofo Simón Cano Le Tiec acudió el 28 de octubre al Ayuntamiento de Villanueva del Trabuco (Málaga) para impartir una conferencia académica sobre el concepto del capitalismo arcoíris.
Pero cuando abandonó el salón de actos, hubiera sido imposible adivinar que dos meses después se vería en medio de una tromba de críticas que, sin ni siquiera tomarse la molestia de escuchar su discurso, arremeterían contra él atacando su físico, su forma de vestir e incluso su condición sexual.
"Una cosa es criticar un argumento y otra es el insulto, la amenaza de muerte y otras cosas más mezquinas que no voy a reproducir", expone en una íntima entrevista con EL ESPAÑOL.
El filósofo Simón Cano, impartiendo una conferencia. Cedida
Las redes sociales han estallado este lunes contra él por aquella ponencia. Pero de los más de 30 minutos que duró su intervención, buena parte de la comunidad se ha limitado a comentar un corte de apenas un minuto de este acto organizado por el área de Igualdad del consistorio donde PP y PSOE gobiernan en coalición.
Un fragmento donde iniciaba su disertación, con un vocabulario especializado, y de la que no se puede extraer ninguna frase polémica.
[La Moraleja, Granada, un condenado en Gürtel... El rastro de Epstein en 7 viajes a España: "Ven a Ibiza, hay 8 'chicas top'"]PREGUNTA.– ¿Cómo valora la reacción que han tenido las redes sociales con su intervención?
RESPUESTA.– En primer lugar, me sorprende que un discurso de ese tipo, que es una ponencia de antropología, haya llegado al gran público. Primero por su carácter técnico, segundo porque todo se ha reducido a mi estética.
Eso ha jugado un papel considerable en todos los comentarios de odio que he recibido. A mi juicio, el problema ha estado asociado al hecho de que he impartido una conferencia en Villanueva del Trabuco, y se ha producido un juego de palabras mezquino.
A mi juicio, ciertos personajes de la esfera de esta sociedad del desconocimiento han querido aprovechar para politizar contra ciertos partidos políticos.
P.– ¿Por qué cree que tantas personas se han sumado a lanzar estas críticas?
R.– Pese a que creemos que ha habido muchos avances, me parece que se intenta generar una parcela en la que la diversidad solo puede existir en el mundo del espectáculo, del artisteo, de la noche...
Por esa razón, por ejemplo, hoy en día en muchos locales te puedes comer una pizza viendo un show de drag queens. La diversidad ha perdido ese componente contestatario, reivindicativo.
Para mí lo importante es que pueda existir diversidad en todos los ámbitos: en el mundo académico, congresistas que no tengan que ser necesariamente representantes de su identidad, es decir, que se pueda ser diputada siendo trans sin necesidad de que se te conozca como 'la diputada trans' o que te encargues de ese tipo de asuntos...
Es decir, creo que hay un molde que se lleva mucho tiempo intentando colocar sobre la gente, y que desgraciadamente ha sido aceptado acríticamente a veces por quienes pertenecen a esta diversidad y críticamente por aquellos que están en contra.
Y el hecho de ver a una persona con un cuerpo como el mío, con un discurso como el mío, en una posición de autoridad académica como la mía, ha generado lo que yo creo que es una especie de terror.
Simón Cano. Cedida
Rupturista, transgresor
Cano, máster en Antropología y doctorando en Filosofía de la Tecnología, tiene 29 años. Es de Málaga, y cuenta con la doble nacionalidad francesa.
Se considera queer: un término que, según la RAE, "representa a aquellas personas que tienen una identidad de género o una orientación sexual que no corresponde con las categorías tradicionales".
Su estética es su sello de identidad. Rupturista, transgresor, diferente: con esos tres calificativos se puede describir un estilo que ha dado mucho de qué hablar y con el que este filósofo aspira a desenmascarar la fuerza todavía vigente de los estereotipos que existen en la sociedad.
P.– ¿Qué mensaje pretende transmitir con su forma de vestir?
R.– Uno de mis objetivos es contribuir a romper moldes, y que la gente pueda empezar a ver esta estética también asociada al mundo académico sin que parezca algo extraordinario.
En definitiva, que se empiecen a naturalizar este tipo de transgresiones en lugares donde parece que no debe haberlas.
No se trata de espectacularizar la filosofía, sino de mostrar que la identidad de cada uno y las diferentes formas de expresarse también llegan hasta ahí.
A mí me gusta vestirme así, soy consciente de que hay personas del mundo de la academia a las que les puede resultar chocante, pero yo acepto ese reto porque forma parte de mí.
No sería coherente no vestirme como yo quiero frente a mi auditorio. Y si mi atuendo va a influir en cómo se me escucha o cómo se entiende lo que digo, a lo mejor simplemente es que ese público no quiere estar ahí escuchándome.
Capitalismo del arcoíris
De lo que más se ha hablado como consecuencia de esta ola viral -también de forma burlesca y descalificativa- es del capitalismo del arcoíris sobre el que centró su ponencia en el Ayuntamiento de Villanueva del Trabuco.
No es un término vacío. Se trata de un concepto que "comprende que la libertad de los miembros que conforman esta comunidad [LGTBIQ+] no es una libertad de acción, sino de poder participar del consumo y del mercado", según él mismo explica.
A pesar de las fuertes críticas, el antropólogo afronta la situación con una serenidad férrea. Mantiene la mirada puesta en culminar su doctorado para poder contribuir a que la filosofía "recupere un espacio en los medios de comunicación generalistas".
[Jin Ye, el empresario chino "españolizado" que celebra la Navidad en Dabadá: "Hay que dar visibilidad al autismo"]"Esa pérdida de espacio implica que la figura del intelectual ya no vale: tiene que ser la de un tertuliano, lo que supone una democratización de la opinión, porque este puede hablar de todo, finge estar de parte del público, cuando en realidad lo que hay detrás, a mi juicio, es una degradación del lenguaje académico en favor de la crispación y del conflicto por captar audiencia".
El filósofo es coherente con su discurso, porque no sale de las líneas académicas que domina. Y de hecho, esto es una dinámica que critica a la hora de hacer una valoración sobre la sociedad del siglo XXI.
"Cuando uno atiende a los modos en los que se desarrolla el lenguaje hoy en día, tanto en televisión como en redes sociales, me parece que es inevitable sentir vértigo, porque no hay ningún cuidado en el uso de la palabra".
Y en este sentido, lanza una advertencia: "Los políticos de cualquier partido, los representantes a nivel social, los influencers, los tertulianos... Todas estas figuras que tienen cierta autoridad mediática, si no tienen cuidado con el lenguaje que utilizan, es inevitable que pierdan ese valor de ejemplaridad".
"Y al perderse eso, ¿dónde están los referentes para las personas? Por eso, mi intención siempre es que la filosofía esté presente en los medios, porque como decía Sócrates, es la avispa que permite que la sociedad esté siempre despierta, de lo contrario, ya sabemos lo que dicen: el sueño de la razón produce monstruos".
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