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El acusado del incendio de Cortes Valencianas, y a la derecha su presunto cómplice. I Cabanes Confiesa que incendió el coche del novio de su ex por «usurpar mi lugar como padre»Se enfrenta a 19 años de prisión, alega que estaba desesperado por llevar 17 meses sin ver a sus hijos y califica de «acto vandálico» el fuego en el aparcamiento de un complejo residencial con once intoxicados y daños millonarios
Ignacio Cabanes
Martes, 23 de diciembre 2025, 09:09 | Actualizado 09:25h.
... de 2022, con once personas atendidas por intoxicación y daños valorados en medio millón de euros, se ha presentado en su declaración ante el tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Valencia como una víctima, un padre desesperado tras cinco años sin poder ver a sus hijos, y denunciado hasta en diez ocasiones por violencia de género por su expareja y madre de los niños. Procedimientos que fueron sobreseídos o por los que quedó absuelto, como ha recordado su defensa.El acusado por un delito de incendio con peligro para la vida y la integridad física de las personas, en concurso ideal con dos delitos menos graves de lesiones y con cuatro delitos leves de lesiones, ha reconocido que esa madrugada prendió fuego al coche tras rociarlo con un líquido inflamable del utilizado para recargar mecheros, pero que en ningún momento tenía intención de que las llamas se extendieran al resto de coches y causar un desastre como el que provocó.
«No podía imaginarme que se iba a propagar tan rápidamente», argumenta asegurando que se quedó diez segundos viendo cómo ardía el capó del coche. Incluso se justifica: «el portero tenía que haber bajado a sofocarlo». «No pretendía hacer daño a ningún vecino, solo causar daños al coche», ha remarcado el procesado.
«Llevaba 17 meses sin ver a mis pequeños», insiste responsabilizando a su ex y a la pareja de esta de que no le dejaran verlos ni siquiera en el punto de encuentro después de haber salido de prisión y someterse a todo tipo de analíticas para demostrar que ya no consumía sustancias estupefacientes.
De hecho, el presunto maltratador también ha acusado a la madre de sus hijos y su actual marido de haberle tendido «una trampa» por la que estuvo diez meses en prisión en 2021. «Me metieron en el coche dos kilos de cocaína y un revólver», alega sobre unos hechos ya enjuiciados y por los que ha sido condenado en primera instancia.
La noche en la que decidió ir al aparcamiento del complejo residencial donde sabía que vivía su expareja y madre de sus hijos con su nuevo novio había estado de fiesta con unos amigos celebrando su cumpleaños y consumiendo cocaína en un local de ocio de la zona de la Marina de Valencia.
Después de marcharse a su casa, donde siguieron consumiendo cocaína -según la versión de ambos acusados-, «se me cruzó el rojo con el negro» y subió a coger en una mochila guantes, mascarilla, gorra y líquido inflamable para recargar los mecheros. Borja afirma que el coacusado le intentó tranquilizar en todo momento y que él le dijo que iba a pincharle las ruedas. Por ello cogió un cuchillo de grandes dimensiones delante de él. Hasta ahora ninguno de los dos acusados había manifestado este hecho.
Sobre el posible móvil machista del ataque, el acusado esgrime que inicialmente vio bien la relación de su supuesto amigo con su ex cuando salió de prisión. «Yo bendigo esa relación siempre y cuando cuide a mis hijos, pero cuando empiezan a vulnerar mis derechos como padre la cosa cambia», sostiene volviendo de nuevo al hecho de que no le dejaran ver a los niños.
Alega una «frustración emocional»
Su defensa sostiene que esta «persistente frustración emocional, derivada de la ruptura forzada del vínculo paterno-filial, unida a su trastorno emocional y a su drogadicción crónica, determinó un estado de alteración psíquica relevante de secuestro de la amígdala, que mermó gravemente su capacidad de autocontrol».
Por su parte, el otro acusado reconoce que acudieron al garaje esa noche pero que su amigo le dijo que solo iba a rajarle las ruedas al vehículo del actual novio de su ex y que él trató de quitarle la idea. Asimismo niega que se quedara realizando labores de vigilancia. «Yo no hice nada, me quedé en las escaleras haciéndome una raya», alega.
La fiscal introduce una pena alternativa de nueve años de prisión como cómplice para este segundo acusado al considerar que su participación en el incendio fue activa o cuanto menos de carácter secundario para alertar ante cualquier incidencia. Mientras que la defensa de este coacusado mantiene que su cliente nunca tuvo conocimiento de la intención de causar un incendio y acudió acompañando a su amigo a dicho garaje de Valencia ante la «total creencia de que solo pretendía pincharle las ruedas».
Consumo de cocaína
Ambos acusados han insistido en que habían consumido sustancias estupefacientes esa noche, en busca de posibles atenuantes. Borja asegura que llevaba 17 meses sin consumir ningún tipo de sustancia para estar limpio en las analíticas que su ex había puesto como condición para dejarle ver a los niños, aunque pese a cumplirlo luego no los llevara al punto de encuentro porque decía que no querían ver a su padre. También alega que esa tarde se tomó ansiolíticos y cinco comprimidos de diazepam para bajar la ansiedad.
La defensa del principal encausado, ejercida por el letrado Andrés Zapata, considera que los hechos son constitutivos de un delito de daños en concurso con un incendio por imprudencia, y seis delitos leves de lesiones. Y alternativamente plantea que sea un delito de incendio del artículo 351 rebajado en función de las circunstancias y del peligro real causado.
De igual modo, esgrime una circunstancia atenuante muy cualificada de drogadicción conjunta con la atenuante analógica de trastorno mental, y la atenuante de reparación parcial del daño tras haber pagado 35.000 euros (10.000 en concepto de fianza) de los 465.000 euros a los que ascienden los daños materiales causados en el complejo residencial.
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