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Vivir | Salud Dermatitis atópica, una enfermedad que te quita el sueño y afecta al crecimiento de los niños«No es una simple erupción cutánea, se trata de una patología crónica que genera un sufrimiento físico y emocional considerable», coinciden los especialistas
Jueves, 18 de diciembre 2025, 00:27
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Cuando escuchamos las palabras dermatitis atópica, una de las primeras imágenes que se nos viene a la cabeza es la de un bebé o un ... adulto con un pequeño sarpullido en los brazos o en las piernas. Nada que no se cure con un poco de crema hidratante, solemos pensar. Error. La realidad de las personas que conviven con esta enfermedad inflamatoria de la piel nada tiene que ver con esa «percepción equivocada» que tiene la mayoría de la población sobre una patología que ya afecta a más de un millón y medio de adultos y al 20% de los menores de nuestro país.
El impacto de esta enfermedad en la vida diaria de las personas que la padecen es mucho mayor de lo que imaginamos. «No es una simple erupción cutánea, se trata de una enfermedad crónica que genera un sufrimiento físico y emocional considerable», precisa Vicente Expósito, dermatólogo en el Hospital Taulí (Barcelona). «La gente sigue viendo la dermatitis atópica como un problema menor, como si fuese una pequeña irritación de la piel... Y es mucho más. Para quienes convivimos con ella todos los días, una tarea tan cotidiana como vestirnos puede convertirse en todo un desafío. En esos momentos sentimos impotencia, frustración e incluso desesperación porque el picor es realmente intenso y nos acompaña día y noche. No podemos dormir, ni descansar y eso tiene consecuencias en nuestros trabajos y también en el rendimiento académico», confiesa África Luca de Tena, portavoz de la Asociación de Afectados por la Dermatitis Atópica (AADA).
La falta de sueño es precisamente una de las consecuencias que más repercute en la vida diaria de las personas con esta afección, hasta el punto de tener que faltar algún día al trabajo e incluso de afectar al crecimiento de los menores. «En el caso de los niños, esas alteraciones del sueño son aún más importantes porque implican a toda la familia... Es una situación muy frustrante para los padres y muchas veces no saben ni cómo actuar», reconoce Luca de Tena.
«Estamos agotados»
Las personas con dermatitis atópica pueden llegar a sentir «un picor infinito en diferentes partes del cuerpo» que no les deja conciliar el sueño. «En este sentido, tanto el diagnóstico como el tratamiento precoz de la enfermedad resultan fundamentales para poder cambiar su curso. Se debe cuidar la piel con los productos cosméticos adecuados, pero también mantener un buen control de la patología por parte de un especialista», destaca Raúl de Lucas, jefe de sección de Dermatología Pediátrica en el Hospital La Paz (Madrid). Para la mayoría de los pacientes, «convivir con esta enfermedad supone una carga emocional y física a la que se añade, además, la preocupación de pensar constantemente en cuándo será el próximo brote», coinciden los expertos. De hecho, el perfil de una persona con dermatitis atópica obedece a un «paciente exhausto» que a menudo convive con la enfermedad desde bebé.
«Estamos agotados porque sentimos un picor insoportable, constante e intenso. Hay días en los que la piel duele tanto que es imposible dormir o concentrarse en el trabajo, pero lo más duro es la sensación de aislamiento», confiesa Marta Gutiérrez, una joven aranesa de 31 años que ha participado en la campaña lanzada por la AADA para «sensibilizar sobre la gravedad de esta enfermedad y reivindicar el valor de la empatía como parte del tratamiento». A pesar de ser una enfermedad crónica –y en los casos más graves también incapacitante–, «en los últimos años se han desarrollado terapias innovadoras, especialmente esperanzadoras para los pacientes más afectados por los síntomas de esta patología», se felicita el doctor Pablo de la Cueva.
Cómo proteger la piel en invierno para evitar reacciones cutáneas
Ajustar la calefacción y ventilar las estancias: «Es aconsejable conservar una temperatura moderada en casa y en el trabajo, abrir las ventanas unos minutos al día y, cuando sea posible, utilizar humidificadores para evitar un ambiente excesivamente seco», aconseja la doctora Cristina Villegas, jefa de Dermatología en el Hospital Sanitas La Moraleja.
Elegir tejidos suaves y transpirables: se recomienda utilizar prendas interiores de algodón o fibras hipoalergénicas y reservar la lana para capas externas que no entren en contacto directo con áreas sensibles.
Cuidar la higiene diaria: conviene evitar duchas muy calientes y prolongadas. «La elección de jabones suaves y el secado de la piel a toques ligeros ayuda a reducir irritaciones», precisa la especialista.
Mantener una hidratación cutánea continuada: la aplicación de cremas o lociones emolientes tras la ducha y antes de acostarse favorece la recuperación de la barrera cutánea y reduce la sensación de picor.
Proteger manos y rostro: el uso de guantes en exteriores y de productos específicos para labios y zonas expuestas contribuye a prevenir grietas y eccemas.
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