Monday, 15 de December de 2025
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Política

El acoso sexual apaga el PSOE: "Vamos a tener que reconstruir el partido desde cero o bajo cero"

El acoso sexual apaga el PSOE: "Vamos a tener que reconstruir el partido desde cero o bajo cero"
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El PSOE no gana para sobresaltos. Las detenciones o las denuncias y dimisiones por acoso sexual mantienen al partido en depresión. Mientras que Sánchez intenta recetar calma Leer

La cena anual de los premios que concede la Asociación de Periodistas Parlamentarios siempre es un termómetro de la situación y los afanes políticos de España. La ausencia de ministros en esta convocatoria -que fue noticia porque en anteriores ocasiones la representación del Gobierno era nutrida- evidencia que el Ejecutivo de Pedro Sánchez en este momento no está para fiestas ni para bailes. Félix Bolaños fue el único ministro socialista que acudió a la cita. Allí se comentó que asumirá también la Portavocía, con lo cual será un triministro. Presidencia, Justicia y portavoz. Así lo ha querido el presidente Jorge Azcón, que al convocar elecciones en Aragón provocará la salida del Gobierno de Pilar Alegría, la candidata socialista en esas autonómicas.

«¡Que nos pase esto a nosotros! ¡A nosotros!». La exclamación de un alto dirigente del PSOE resume la estupefacción, la tristeza, el desánimo, la perplejidad, el asombro, la incredulidad y el ambiente de escándalo que reina en el interior del partido. Que les pase esto. Que el partido más feminista haya tenido alojados a unos machistas redomados y que haya ninguneado las denuncias contra un Paco Salazar, compañero de tantas aventuras y conspiraciones internas. Para consolarse de todas las desgracias que caen sobre sus cabezas, los cargos públicos socialistas recuerdan que son «un partido de 140 años». Y que ha salido de crisis que parecían irreversibles sentencias de muerte de las siglas. Cada día que los medios recogen una denuncia mas por acoso sexual contra uno de los suyos –el caso de Javier Izquierdo les ha dejado mudos, no lo esperaban–, cada registro en la sede de una institución en busca de pruebas contra algunos de los ex colaboradores de Pedro Sánchez, cada sobresalto por la transcripción de audios sórdidos -«hijo puta el putero» de Ábalos-, son un motivo que se suma a la depresión de caballo que se asoma a la conversación con cualquier cargo público del PSOE. Los más veteranos reconocen la realidad, y piensan que el partido también saldrá de ésta. «Quedaremos muy debilitados en los procesos electorales que vienen; cuando todo pase, y la actual dirección se vaya, será necesario reconstruirnos a partir del lo que sea, de cero o de bajo cero», asegura un dirigente histórico que no es antisanchista.


La confusión reinante, alimentada por noticias escandalosas día y noche en el mundo digital donde habitan medios y política y replicada hasta el infinito por las tertulias, tiene acobardados a los socialistas. Pero nunca a La Moncloa, donde habita el presidente del Gobierno en compañía de sus colaboradores. Leales colaboradores que ven la situación de la siguiente forma. «Vivimos momentos de turbulencias, no vamos a negar la dificultad de la situación. Vemos y escuchamos los medios de comunicación. Y somos conscientes de que nuestra gente está preocupada porque el marco que se traslada a la opinión pública es el marco de la derecha. El Gobierno colapsará cualquier día porque esto ya no se puede aguantar. El asunto de las denuncias de las mujeres por acoso sexual ha impactado sobre el alma del PSOE. El presidente lo ha reconocido, hemos pedido perdón por el error, pero no ha sido un error intencionado, y no puede ser, porque es injusto, que alguien de la dirección tenga que pagar por eso. El presidente ha asumido el error en persona porque es lo justo. La secretaria de Organización y la secretaria de Igualdad están recién nombradas, no han hecho nada malo».


La reflexión que sale del entorno del presidente del Gobierno elabora cada día una razón para seguir contra viento y marea. «No se acaba el mundo, tenemos una hoja de ruta hasta 2027, año y medio largo, una hoja de ruta que se centra en la gestión, en preservar el Gobierno que es lo más importante en este momento. Y creemos que el tiempo juega a nuestro favor». Un ministro recuerda el viejo proverbio español al que se han abonado en algún momento casi todos los antecesores de Sánchez: el que resiste gana. La situación que se vive en este fin de año en España se parece a dos momentos clave de los mandatos de Felipe González y Mariano Rajoy. En los años 94 y 95, cada semana parecía que España se iba por el sumidero. En la última etapa de Rajoy, se pusieron de moda los llamados lunes negros del caso Bárcenas.


La distancia emocional que existe entre la dirección política de Moncloa y las federaciones es grande. Lo cual, otra novedad de la era de Sánchez, no quiere decir que el respaldo al secretario general esté en precario. Al margen de Page y de los históricos sin peligro alguno para el liderazgo de Sánchez, no hay quien pueda imaginar esa revuelta interna con la que sueña el PP. «La histeria ambiental no nos puede vencer ni nos va a hundir. Un registro de la UCO en Correos es irrelevante, después de que se haya amenazado al presidente con meter en la cárcel a su mujer. No vivimos en una burbuja. Sabemos de la dificultad del momento, pero también sabemos que, al margen de los ambientes mediáticos, los españoles están más pendientes de las compras y las celebraciones de la Navidad».


En estos días se habla mucho también dentro del partido de las causas de fondo que han desembocado en un hiperliderazgo de Sánchez, cuya gestión al frente del partido ni siquiera convence a los más leales de los suyos. Las primarias son recordadas como el elemento que cambió el PSOE de arriba a abajo. «Sánchez es mejor presidente del Gobierno que secretario general del PSOE. Ha barrido cualquier posibilidad de crítica interna, y ha llegado el día en el que nadie se atreve a decirle nada, por si acaso», reflexiona un dirigente. «No existe el partido ni existe el Gobierno. Él es el partido y es el Gobierno. Ni hay debate en el partido ni en el Consejo de Ministros», señala otro alto cargo.


Los ministros consultados y las fuentes oficiales del Gobierno niegan rotundamente que exista una marejada interna ni tampoco rastro de las luchas por el poder que suelen acompañar a momentos de crisis como el que atraviesa el PSOE. Los ministros más políticos, como Bolaños y los dos Óscar, López y Puente, están convencidos de que Sánchez puede ganar las próximas generales. «Completamente descartado que ellos o cualquier otro miembro del Gobierno aprovechen esta crisis para intentar sustituir a Sánchez. No hay alternativa, al margen de quienes quieren cobrarse viejas cuentas orgánicas», señalan los colaboradores del presidente. Es verdad que otros interlocutores aprecian que «los adversarios de Sánchez y todas las víctimas que ha dejado por el camino están echando más leña al fuego y están esperando a que se la pegue».
Una última pregunta flota en el PSOE. Más, a raíz de la petición de su socio, Sumar, de cambios radicales. ¿Habrá algún cambio después de las previsibles derrotas electorales en Extremadura, Aragón, Castilla y León, y Andalucía? «Sánchez tiene ya poco margen para los cambios; una crisis de Gobierno, al margen de los ministros que son candidatos, no cabe porque los protagonistas de los escándalos ya están fuera». «Es muy desolador y muy injusto que se hable del Gobierno como un ente corrupto», señala una fuente gubernamental.

Rufián, la voz de la izquierda

Aunque su iniciativa de una candidatura conjunta de todos los partidos nacionales e independentistas a la izquierda del PSOE parece condenada al fracaso, Gabriel Rufián se ha convertido en un portavoz escuchado más allá de Cataluña. El portavoz de ERC es, por cierto, el más valorado en su comunidad autónoma, según los sondeos. Hay que recordar que no hace mucho, Rufián era cuestionado dentro de su propio partido. Ahora, sin embargo, su posición se ha fortalecido. Las intervenciones en los plenos, hablando de la carestía de la vida y de la necesidad de que los políticos de izquierdas pisen las calles, y las advertencias a ese espacio político para que se una o asuma el riesgo de desaparecer, lo han consolidado como una voz relevante en la política nacional.

Fuente original: Leer en El Mundo - España
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