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El movimiento MAGA respalda a JD Vance como candidato presidencial de EE UU en 2028

El movimiento MAGA respalda a JD Vance como candidato presidencial de EE UU en 2028
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A tres años de la contienda electoral, el actual vicepresidente emerge como sucesor natural de Trump en la Casa Blanca

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JD Vance en el AmericaFest. Reuters El movimiento MAGA respalda a JD Vance como candidato presidencial de EE UU en 2028

A tres años de la contienda electoral, el actual vicepresidente emerge como sucesor natural de Trump en la Casa Blanca

Caroline Conejero

Lunes, 22 de diciembre 2025, 21:04

... de semana, en la que la CEO Erika Kirk se apresuró a ofrecer su entusiasta respaldo al vicepresidente JD Vance como candidato republicano a las elecciones presidenciales de 2028.

Con todo, la reunión de cuatro días en Fénix, Arizona, ofreció un espectáculo de peligrosa división dentro del movimiento MAGA -Make America Great Again, el eslógan de Donald Trump- que presagia aguas políticas de difícil navegación en los próximos años, a medida que los republicanos comiencen a considerar un futuro sin el actual presidente.

Fuego amigo

Muchos de los grandes nombres de la esfera mediática conservadora desfilaron por el escenario principal, donde parecían más empeñados en lanzar ataques contra sus rivales de derecha que en arremeter contra sus oponentes demócratas.

Ben Shapiro, cofundador del medio de comunicación conservador Daily Wire, tiró las primeras salvas con ataques muy personales y acusaciones de bancarrota moral a la popular disidencia del MAGA, que incluye Candace Owens, Megyn Kelly y Tucker Carlson, quienes redoblaron sus contraataques en sus respectivas presentaciones.

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Erica Kirk, viuda de Charlie Kirk, hizo de maestra de ceremonias. Reuters

Pero la euforia del tribalismo era tal que Erika Kirk intentó quitar hierro a la disputa, señalando que «se puede decir lo que se quiera sobre AmFest, pero definitivamente no es aburrido». La directora de la influyente organización conservadora desde que su esposo Charlie fue asesinado en septiembre, afirmó que la convención «se parece a la cena de Acción de Gracias, con la familia discutiendo sobre el negocio familiar».

Pero la fractura, más visible que nunca, complicó el posicionamiento de Vance. Presentándose como un unificador, el vicepresidente optó por negarse a condenar el extremismo o definir límites a la coalición MAGA, y en su discurso de clausura de la conferencia declaró que el amor a Estados Unidos es suficiente para ser parte del movimiento.

«No he venido con una lista de conservadores para denunciar o destituir», dijo el domingo, al tiempo que denunciaba las «pruebas de pureza contraproducentes«. »No nos importa si eres blanco o negro, rico o pobre, joven o viejo, rural o urbano, controvertido o un poco aburrido, o algo intermedio», dijo Vance, «hay un lugar para ti en el movimiento si amas a Estados Unidos». Pero los problemas electorales de Vance apenas acaban de empezar.

Ted Cruz se lo piensa

Lejos de las luces de la discordia, y con una considerable mayor experiencia en la navegación de aguas políticas turbulentas, el senador Ted Cruz sopesa también una candidatura presidencial, su segunda, con la esperanza de que la retirada de su rival Trump, causante de su humillante derrota en 2016, le facilite finalmente el camino para convertirse en el primer presidente de descendencia cubana de EE UU.

Ted Cruz, que en los últimos meses ha movido ficha hacia lo que podría materializarse en una candidatura presidencial, es un aliado incondicional de mucho tiempo del lobby de Israel, posicionado en la línea dura tradicional del Partido Republicano. Entiende que su mejor caballo en las presidenciales es optar por la defensa a ultranza del país hebreo, y mantuvo una reciente reunión con Morton Klein, aliado de mucho tiempo y presidente de la Organización Sionista en su oficina de Washington, con el que departió sobre la necesidad de hacer algo sobre el creciente «el odio a los judíos y los ataques a Israel» entre la derecha, advirtiéndole de la amenaza del antisemitismo en su partido.

El senador, de 55 años, que recientemente ha llevado a cabo una serie de discursos en los que denuncia el antisemitismo en el Partido Republicano, dejó la impresión a Klein de estar considerando «seriamente» la posibilidad de presentarse a las elecciones presidenciales de 2028, dadas las numerosas solicitudes de personas instándole a hacerlo.

Cruz se ha posicionado en los últimos meses como una voz fuerte del retorno a la política y ha instado al Partido a deshacerse del popular experto del MAGA, Tucker Carlson, con quien mantuvo una fuerte discusión en su podcast sobre el apoyo incondicional del gobierno de Trump a Israel. Según Cruz, Carlson está inyectando el «veneno» del antisemitismo en el movimiento con sus andanadas contra Israel.

La fricción precampaña es ya palpable en los círculos republicanos, entre los que Cruz ha criticado al vicepresidente, un aliado cercano de Carlson, ante los donantes republicanos. Ha retratado consistentemente a Vance, -uno de los escépticos más destacados del Partido Republicano sobre la intervención estadounidense en el extranjero-, como un aislacionista peligroso en política exterior.

Arenas movedizas en las primarias

En un potencial escenario de primarias, el vicepresidente tendrá que sostener la llamada «gran tienda» ideológica del Partido, que incluye a figuras del supremacismo blanco como Nick Fuentes (a quien Vance se negó a condenar en la conferencia), hasta influyentes veteranos neocons como Lindsey Graham, para mantener al MAGA unido como elemento esencial para llegar a la Casa Blanca.

Por su parte, el senador Cruz podría enfrentarse al rechazo de un contingente del partido que no lo tolera y simplemente lo «odia», y que optaría por la candidatura del vicepresidente JD Vance. El vicepresidente cuenta también con el opulento apoyo financiero de la oligarquía tecnológica de Silicon Valley, particularmente el de Peter Thiel de Palantir, y del hijo del presidente, Donald Trump Jr., que ya le apoyó en 2024.

Fricciones aparte, lo que realmente estará en juego en los próximos tres años será la identidad del Partido Republicano en la era post-Trump, ahora que no es constitucionalmente elegible para un tercer mandato. El presidente, que ha marcado la identidad del Partido en la última década, no ha elegido explícitamente un sucesor, aunque ha elogiado tanto a Vance como al secretario de Estado, Marco Rubio, sugiriendo que podrían formar una futura candidatura republicana.

Las disputas internas podrían determinar en última instancia los límites del Partido Republicano y el futuro de la frágil coalición MAGA del presidente Trump. La capacidad para superar los cismas latentes y los que se avecinan, serán el verdadero reto de quien aspire a sucederle en el poder.

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Fuente original: Leer en Diario Sur - Ultima hora
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