Cuando una pareja espera un hijo, antes del nacimiento se plantea una decisión compleja y que cada vez se va publicitando más: qué hacer con la sangre del cordón umbilical. Y aquí hay un debate bastante profundo: las clínicas lo venden como un "seguro biológico" para el futuro, mientras que la comunidad científica prefiere hablar de altruismo y utilidad colectiva.
Su importancia biológica. Para entender este debate, primero hay que saber que por qué es tan codiciada la sangre que hay en un cordón umbilical. Y es que en realidad es muy valiosa, puesto que cuenta con células sanguíneas fundamentales para tratar enfermedades graves como por ejemplo una leucemia o un linfoma. Situaciones en las que se requiere de un donante lo más parecido posible al donante para renovar sus células sanguíneas, y que mejor que la sangre de uno mismo para hacerlo.
Las células que hay en el cordón pueden regenerar las células sanguíneas, incluyendo las del propio sistema inmunitario, haciendo que un paciente que no tenga un donante tenga una gran oportunidad de sobrevivir. Aunque a veces con un cordón no llega a ser suficiente para renovar toda la reserva de células sanguíneas.
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La realidad de las probabilidades. Como decimos, el argumento principal de los bancos privados es la disponibilidad inmediata de células madre para el propio niño con un autotransplante. Pero las diferentes guías europeas aportan cifras que invitan a tener una reflexión, como por ejemplo que la posibilidad de que se use esta sangre para un trasplante autólogo se estima entre el 0.0005 y el 0.000004%.
De esta manera, se calcula que hay una probabilidad de usar esta sangre menor al 0,04% en un horizonte de 20 años. E incluso hay situaciones en los que cuando un niño presenta leucemia, la clínica desaconseja el uso de la propia sangre del niño en su cordón porque podría contar con alguna alteración genética que haya llevado a tener una leucemia a corta edad.
Los bancos públicos. En el paradigma actual, hay diferentes bancos donde se puede almacenar la sangre. Por un lado, tenemos la opción pública donde cualquier familia puede donar la sangre del cordón para que quede almacenada, pero el uso estará destinado a cualquier persona del mundo que lo necesite y sea compatible. Es decir, no será exclusivo de la familia que lo ha donado, teniendo que esperar a una donación de este banco en el caso de necesitarlo.
Pero esto hace que esta sangre tenga muchas posibilidades de ser usada en alguna persona alrededor del planeta para resolver una enfermedad grave como una leucemia. Esto es algo posible en España al estar integrado en la red REDMO que es usada para registrar a las personas donantes de médula ósea. Lo que es está claro es que España es un referente internacional en este campo. Con decenas de miles de unidades almacenadas en su red pública, ya se han realizado cerca de 2.000 trasplantes con éxito, demostrando que la verdadera utilidad hoy reside en el modelo altruista.
El banco privado. En el caso de querer exclusividad sobre la sangre del cordón umbilical, esta es la opción más recomendada lógicamente. Pero también hay que tener en cuenta que el precio que se debe pagar es bastante elevado, ya que el mantenimiento que tiene el almacenamiento de la sangre no es gratuito, y requiere de pagos periódicos. Incluso la ciencia apunta a que no es lo más aconsejable, salvo en situaciones muy concretas.
El inconveniente aquí es que posiblemente nunca se tenga que hacer uso de esta sangre porque no se contraiga una enfermedad que no es común, y también porque hay situaciones donde no es posible hacerlo.
La medicina regenerativa. De cara al futuro no se sabe bien qué se podrán hacer con estas células del cordón umbilical. La ciencia ahora mismo está explorando su posibilidad de tratar con estas células la diabetes de tipo 1 al poder regenerar la función del páncreas, o incluso hay estudios centrados en la parálisis cerebral. Pero nada avanzado.
Y aunque hay potencial sobre el papel, las sociedades médicas como la Academia Americana de Pediatría (AAP) advierten que almacenar sangre de cordón para un uso futuro incierto en medicina regenerativa es, hoy por hoy, una práctica sin justificación científica consolidada.
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Qué se debe hacer. La recomendación mayoritaria de las autoridades sanitarias es clara: la donación pública es la opción más sólida. Al donar al banco público, la unidad entra en un registro internacional donde puede salvar la vida de un niño o adulto en cualquier parte del mundo. Aunque lógicamente la decisión siempre es de los padres que tienen la libertad de tomar el camino que quieran.
Si bien, aunque se opte por un banco privado, hay que tener en cuenta que este debe contar con las certificaciones necesarias para que en el momento que esa sangre fuera necesaria esté en las condiciones óptimas para ser procesada.
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La noticia
Guardar el cordón de tu hijo no es el "seguro de vida" que prometen: la ciencia apunta a otras formas de ayudar
fue publicada originalmente en
Xataka
por
José A. Lizana
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Guardar el cordón de tu hijo no es el "seguro de vida" que prometen: la ciencia apunta a otras formas de ayudar
Donar el cordón umbilical abre un mundo de posibilidades de ayudar a otras personas enfermas
Cuando una pareja espera un hijo, antes del nacimiento se plantea una decisión compleja y que cada vez se va publicitando más: qué hacer con la sangre del cordón umbilical. Y aquí hay un debate bastante profundo: las clínicas lo venden como un "seguro biológico" para el futuro, mientras que la comunidad científica prefiere hablar de altruismo y utilidad colectiva.
Las células que hay en el cordón pueden regenerar las células sanguíneas, incluyendo las del propio sistema inmunitario, haciendo que un paciente que no tenga un donante tenga una gran oportunidad de sobrevivir. Aunque a veces con un cordón no llega a ser suficiente para renovar toda la reserva de células sanguíneas.
La realidad de las probabilidades. Como decimos, el argumento principal de los bancos privados es la disponibilidad inmediata de células madre para el propio niño con un autotransplante. Pero las diferentes guías europeas aportan cifras que invitan a tener una reflexión, como por ejemplo que la posibilidad de que se use esta sangre para un trasplante autólogo se estima entre el 0.0005 y el 0.000004%.
Los bancos públicos. En el paradigma actual, hay diferentes bancos donde se puede almacenar la sangre. Por un lado, tenemos la opción pública donde cualquier familia puede donar la sangre del cordón para que quede almacenada, pero el uso estará destinado a cualquier persona del mundo que lo necesite y sea compatible. Es decir, no será exclusivo de la familia que lo ha donado, teniendo que esperar a una donación de este banco en el caso de necesitarlo.
Pero esto hace que esta sangre tenga muchas posibilidades de ser usada en alguna persona alrededor del planeta para resolver una enfermedad grave como una leucemia. Esto es algo posible en España al estar integrado en la red REDMO que es usada para registrar a las personas donantes de médula ósea. Lo que es está claro es que España es un referente internacional en este campo. Con decenas de miles de unidades almacenadas en su red pública, ya se han realizado cerca de 2.000 trasplantes con éxito, demostrando que la verdadera utilidad hoy reside en el modelo altruista.
El banco privado. En el caso de querer exclusividad sobre la sangre del cordón umbilical, esta es la opción más recomendada lógicamente. Pero también hay que tener en cuenta que el precio que se debe pagar es bastante elevado, ya que el mantenimiento que tiene el almacenamiento de la sangre no es gratuito, y requiere de pagos periódicos. Incluso la ciencia apunta a que no es lo más aconsejable, salvo en situaciones muy concretas.
El inconveniente aquí es que posiblemente nunca se tenga que hacer uso de esta sangre porque no se contraiga una enfermedad que no es común, y también porque hay situaciones donde no es posible hacerlo.
La medicina regenerativa. De cara al futuro no se sabe bien qué se podrán hacer con estas células del cordón umbilical. La ciencia ahora mismo está explorando su posibilidad de tratar con estas células la diabetes de tipo 1 al poder regenerar la función del páncreas, o incluso hay estudios centrados en la parálisis cerebral. Pero nada avanzado.
Y aunque hay potencial sobre el papel, las sociedades médicas como la Academia Americana de Pediatría (AAP) advierten que almacenar sangre de cordón para un uso futuro incierto en medicina regenerativa es, hoy por hoy, una práctica sin justificación científica consolidada.
Qué se debe hacer. La recomendación mayoritaria de las autoridades sanitarias es clara: la donación pública es la opción más sólida. Al donar al banco público, la unidad entra en un registro internacional donde puede salvar la vida de un niño o adulto en cualquier parte del mundo. Aunque lógicamente la decisión siempre es de los padres que tienen la libertad de tomar el camino que quieran.
Si bien, aunque se opte por un banco privado, hay que tener en cuenta que este debe contar con las certificaciones necesarias para que en el momento que esa sangre fuera necesaria esté en las condiciones óptimas para ser procesada.