Que el mundo se divida en bloques o potencias no es nada nuevo. Lo que vivimos hoy es el cimiento de lo que vivirán dentro de unos siglos, al igual que nuestra sociedad ha sido moldeada por los imperios que nos precedieron. Por ejemplo, los griegos sentaron las bases de la civilización occidental y los romanos cimentaron las carreteras actuales. Pero… ¿qué estaba ocurriendo en otras partes del mundo mientras Sócrates o Felipe II hacían sus cosas?
Ahí entra en juego este gráfico que es genial para simplificar la vida de los imperios y su influencia a lo largo de la historia.
Simplificando los imperios. En Xataka ya hemos visto algunos gráficos que buscan poner orden visual en la historia de la humanidad. Hay algunos tremendamente elaborados y otros que, siendo similares al que tienes sobre estas líneas, siguen siendo algo complejos por la cantidad de información que muestran. El que te mostramos es un trabajo de la Michigan Geographic Alliance creado como una herramienta sobre el que trabajar.
En Xataka
El plan más meticuloso y ambicioso de Felipe II para el Imperio Español: conquistar China con ayuda de Japón
Se llama GeoHistograma Mundial y combina geografía y tiempo en un marco visual unificado que deja ver claramente el ascenso y la caída de los imperios. La historia no es un juego de suma cero en el que, cuando uno cae, inmediatamente surge otro. Es algo más complicado, pero precisamente este gráfico permite apreciar de forma muy visual no sólo los imperios que se suceden, sino los que ocurren en paralelo y con los que pueden entrar en conflicto.
Está organizado de manera muy simple, con líneas que son “carreteras” que representan cada uno de los territorios mundiales, y uno de los primeros conflictos lo vemos con Grecia, Persia y Alejandro Magno.
Expansión fugaz. Es un ejemplo perfecto de cómo dos grandes imperios se desarrollan al unísono. Los griegos y los persas tuvieron ansias expansionistas, pero llegó un punto, con Alejandro Magno, en el que esas ambiciones chocaban con las del imperio vecino. Podemos ver cómo la mancha azul de Grecia crece de forma veloz por el norte de África, Oriente Medio y Asia, topándose con los persas.
Fue una expansión fugaz que duró sólo unos pocos años y podemos apreciar que, tras su influencia, Grecia no volvió a ser lo que era, dando paso a otros imperios como el romano. Pero hablando de expansiones, una destacada es la de los mongoles, que hicieron el mismo movimiento que Alejandro, pero desde el este de Asia hacia Oriente Medio y hasta en parte de Europa. En su expansión, chocó con otras civilizaciones, pero llegó un punto en el que, simplemente, se esfumaron y comenzó la Edad Media.
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Potencias paralelas. Los califatos, los sasánidas o los bizantinos también expandieron su poder durante siglos, mientras en Europa los celtas o vikingos conquistaban territorio, pero no eran un imperio como tal. Ahora bien, en la Baja Edad Media, en Europa se empezaron a mover las cosas. Tras años de imperios como el Sacro Imperio Romano, Francia, Holanda, Portugal, Inglaterra y España empezaron a florecer como potencias, y todas con el mismo objetivo: conseguir tierras.
Ese imperialismo europeo se muestra a la perfección en el gráfico, donde podemos apreciar que se movieron por todos los territorios. En algunos tuvieron más o menos influencia, pero estuvieron ahí durante un largo periodo de tiempo hasta que se cortó en seco con las guerras mundiales. Sin embargo, ese “imperio europeo” se desarrolló en paralelo a otro también de tamaño colosal: el otomano
También se refleja a la perfección cómo América tenía imperios que se iban sucediendo, como los olmecas, mayas o aztecas... hasta que se cortaron de raíz con la colonización.
Larga duración. No hemos hablado de China y Japón porque la ambición era… diferente. Japón, hasta la llegada de los Meiji, se desarrolló en su isla. Tuvo contacto con los mongoles y los Ming, pero no fue hasta los mencionados Meiji y la primera guerra sino-japonesa cuando comenzaron a interesarse por otros territorios. Antes de la Segunda Guerra Mundial, esa ambición se consolidó en China, pero también en territorios de Oceanía y, al igual que los imperios europeos, se cortó de raíz tras la Segunda Guerra Mundial.
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En China las cosas fueron diferentes. Por población y organización, China es el único imperio (simplificando en exceso) que se ha mantenido durante más de 2.500 años. Han pasado pro diferentes eras (Qin, Han, Tang, Ming o Qing), pero casi siempre centrados en su territorio, sin esas ansias expansionistas de los mongoles o la conquista ultramar de los europeos, otomanos y romanos.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el mundo quedó dividido en dos grandes bloques, liderados por Estados Unidos y la Unión Soviética. Pero el fin de la Guerra Fría y la caída de la URSS, marcó que Estados Unidos quedara como potencia hegemónica. Y, en las últimas décadas, China ha emergido como otro gran polo de poder
No es perfecta. Como el gráfico, he comprimido excesivamente la información, ya que, como decía, la historia no es una suma cero, sino un conjunto de elementos que llevan tiempo y con una gran complejidad. De hecho, el propio gráfico, aunque muy visual, tiene algunas limitaciones. Por ejemplo, se quedan fuera sociedades que no encajan con el modelo de “imperio grande.
Aquellas sin estados centralizados, registros escritos o un control territorial expansivo, como pueden ser culturas indígenas americanas o subsaharianas no se representan. Pero, pese a eso, es un gráfico genial que permite seguir una narrativa con imperios desde antes del 3.000 a.C. hasta la actualidad.
Imágenes | Visual Capitalist, Michigan Geographic Alliance
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La noticia
La muerte de un imperio es el nacimiento de otro: el gráfico que repasa la historia de las civilizaciones desde hace 4.000 años
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alejandro Alcolea
.
La muerte de un imperio es el nacimiento de otro: el gráfico que repasa la historia de las civilizaciones desde hace 4.000 años
Este gráfico es una carretera por la evolución de los imperios a lo largo de los últimos milenios
Permite ver a la perfección cuándo nacieron, cómo se expandieron y si murieron bruscamente o perduraron sólo en un territorio
Que el mundo se divida en bloques o potencias no es nada nuevo. Lo que vivimos hoy es el cimiento de lo que vivirán dentro de unos siglos, al igual que nuestra sociedad ha sido moldeada por los imperios que nos precedieron. Por ejemplo, los griegos sentaron las bases de la civilización occidental y los romanos cimentaron las carreteras actuales. Pero… ¿qué estaba ocurriendo en otras partes del mundo mientras Sócrates o Felipe II hacían sus cosas?
Ahí entra en juego este gráfico que es genial para simplificar la vida de los imperios y su influencia a lo largo de la historia.
Simplificando los imperios. En Xataka ya hemos visto algunos gráficos que buscan poner orden visual en la historia de la humanidad. Hay algunos tremendamente elaborados y otros que, siendo similares al que tienes sobre estas líneas, siguen siendo algo complejos por la cantidad de información que muestran. El que te mostramos es un trabajo de la Michigan Geographic Alliance creado como una herramienta sobre el que trabajar.
Se llama GeoHistograma Mundial y combina geografía y tiempo en un marco visual unificado que deja ver claramente el ascenso y la caída de los imperios. La historia no es un juego de suma cero en el que, cuando uno cae, inmediatamente surge otro. Es algo más complicado, pero precisamente este gráfico permite apreciar de forma muy visual no sólo los imperios que se suceden, sino los que ocurren en paralelo y con los que pueden entrar en conflicto.
Está organizado de manera muy simple, con líneas que son “carreteras” que representan cada uno de los territorios mundiales, y uno de los primeros conflictos lo vemos con Grecia, Persia y Alejandro Magno.
Expansión fugaz. Es un ejemplo perfecto de cómo dos grandes imperios se desarrollan al unísono. Los griegos y los persas tuvieron ansias expansionistas, pero llegó un punto, con Alejandro Magno, en el que esas ambiciones chocaban con las del imperio vecino. Podemos ver cómo la mancha azul de Grecia crece de forma veloz por el norte de África, Oriente Medio y Asia, topándose con los persas.
Fue una expansión fugaz que duró sólo unos pocos años y podemos apreciar que, tras su influencia, Grecia no volvió a ser lo que era, dando paso a otros imperios como el romano. Pero hablando de expansiones, una destacada es la de los mongoles, que hicieron el mismo movimiento que Alejandro, pero desde el este de Asia hacia Oriente Medio y hasta en parte de Europa. En su expansión, chocó con otras civilizaciones, pero llegó un punto en el que, simplemente, se esfumaron y comenzó la Edad Media.
Potencias paralelas. Los califatos, los sasánidas o los bizantinos también expandieron su poder durante siglos, mientras en Europa los celtas o vikingos conquistaban territorio, pero no eran un imperio como tal. Ahora bien, en la Baja Edad Media, en Europa se empezaron a mover las cosas. Tras años de imperios como el Sacro Imperio Romano, Francia, Holanda, Portugal, Inglaterra y España empezaron a florecer como potencias, y todas con el mismo objetivo: conseguir tierras.
Ese imperialismo europeo se muestra a la perfección en el gráfico, donde podemos apreciar que se movieron por todos los territorios. En algunos tuvieron más o menos influencia, pero estuvieron ahí durante un largo periodo de tiempo hasta que se cortó en seco con las guerras mundiales. Sin embargo, ese “imperio europeo” se desarrolló en paralelo a otro también de tamaño colosal: el otomano
Larga duración. No hemos hablado de China y Japón porque la ambición era… diferente. Japón, hasta la llegada de los Meiji, se desarrolló en su isla. Tuvo contacto con los mongoles y los Ming, pero no fue hasta los mencionados Meiji y la primera guerra sino-japonesa cuando comenzaron a interesarse por otros territorios. Antes de la Segunda Guerra Mundial, esa ambición se consolidó en China, pero también en territorios de Oceanía y, al igual que los imperios europeos, se cortó de raíz tras la Segunda Guerra Mundial.
En China las cosas fueron diferentes. Por población y organización, China es el único imperio (simplificando en exceso) que se ha mantenido durante más de 2.500 años. Han pasado pro diferentes eras (Qin, Han, Tang, Ming o Qing), pero casi siempre centrados en su territorio, sin esas ansias expansionistas de los mongoles o la conquista ultramar de los europeos, otomanos y romanos.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el mundo quedó dividido en dos grandes bloques, liderados por Estados Unidos y la Unión Soviética. Pero el fin de la Guerra Fría y la caída de la URSS, marcó que Estados Unidos quedara como potencia hegemónica. Y, en las últimas décadas, China ha emergido como otro gran polo de poder
No es perfecta. Como el gráfico, he comprimido excesivamente la información, ya que, como decía, la historia no es una suma cero, sino un conjunto de elementos que llevan tiempo y con una gran complejidad. De hecho, el propio gráfico, aunque muy visual, tiene algunas limitaciones. Por ejemplo, se quedan fuera sociedades que no encajan con el modelo de “imperio grande.
Aquellas sin estados centralizados, registros escritos o un control territorial expansivo, como pueden ser culturas indígenas americanas o subsaharianas no se representan. Pero, pese a eso, es un gráfico genial que permite seguir una narrativa con imperios desde antes del 3.000 a.C. hasta la actualidad.