La ruptura de Vox con la organización juvenil Revuelta tiene consecuencias políticas directas. No sólo porque ha destapado una crisis interna por el intento de controlarla e integrarla en el sindicato Solidaridad, según denuncian sus líderes. Sino, también, porque a la cúpula de Vox le preocupa, y mucho, no cubrir bien el flanco joven del electorado justo ahora que está teniendo tanto tirón Vito Quiles. Este activista, que fue candidato a eurodiputado en las listas de Se Acabó La Fiesta (SALF, el partido de Alvise Pérez) en las elecciones comunitarias de 2024, emerge ahora como un puntal de la derecha ultra en su caladero más movilizado: el de los jóvenes de 18 a 35 años. Ya hay quienes temen que lidere una candidatura a las elecciones generales, porque le podría hacer un agujero a Vox.
La preocupación de la cúpula de Bambú no es menor. Así lo demuestran los audios de la crisis de Revuelta a los que ha accedido EL MUNDO. En una reunión con el secretario general de dicha asociación juvenil, Pablo González Gasca, la secretaria general adjunta de Vox, Montserrat Lluis, muy cercana a Santiago Abascal, confiesa que uno de los principales motivos por los que quiere solucionar la crisis de Revuelta es para no dejarle expedito a Quiles un terreno que es fundamental para Vox. «Por eso debemos arreglar esto también con urgencia, porque estamos dejando un espacio que no nos podemos permitir», le dice a González Gasca.
«Tenemos que succionar todo lo que podamos de su movimiento»
La reunión tuvo lugar en la sede de la fundación de Vox, Disenso, el 17 de octubre. En ella, Lluis intenta que el número dos de Revuelta se avenga a solucionar las presuntas irregularidades contables de la asociación, que en realidad opera formalmente como Asoma, una asociación de mayores. Revuelta es sólo la marca que usan. Vox teme que esta asociación no haya destinado a las víctimas de la dana todo el dinero que les llegó vía donaciones. Y teme que esté incurriendo en posibles delitos por ello y por no tributar nada, cuando sus acciones no se ajustan sólo a ayudar a mayores.
Al final de dicha conversación que revela hoy EL MUNDO, González Gasca introduce otro tema: «Lo único que sí que a mí me perturba como cuestión política es que Vito [Quiles] se está haciendo un tour por las universidades de España». «Ese es el problema», contesta Lluis. En efecto, Quiles reunió a miles de partidarios en las facultades, disparando los rumores sobre su hipotético salto a la primera línea de la política.
«Hay que intentar que Vox pueda pillar de ese trozo de tarta»
Entonces, González Gasca añade: «Yo a nivel Vox propuse ayer una contracampaña para intentar succionar todo lo que podamos de su movimiento, porque la gente normal no sabe que si es de SALF o no SALF, ve patriotas». «Tenemos que ir a esos espacios e intentar conquistarlos», añade, aunque sea en competencia con Vito Quiles. «Al margen [de Vox, orgánicamente], pero es la llamada juvenil; intentar rascar de ahí todo lo que podamos y que eso se derive a Vox. Que Vox pueda pillar de ese trozo de tarta», remata. Y ahí es cuando Montserrat Lluis le contesta que necesitan solucionar las presuntas irregularidades de Revuelta para no descuidar ese flanco.
Después de eso, la crisis ha empeorado claramente. Vox ha denunciado a Revuelta -que es claramente afín a Vox, pero independiente en lo formal- y la cúpula de ésta se ha dividido en dos. Hay que recordar que sus cinco fundadores eran trabajadores de la formación política. Ahora, tras la crisis, los que siguen empleados en Bambú se han desmarcado de la asociación, y viceversa.