- MAMEN PONCE DE LEÓN
Las infraestructuras se dirigen a un cierre de año positivo, debido en buena parte al impulso recibido por los megafondos. Estos vehículos milmillonarios siguen ganando peso entre las preferencias de los inversores y acaparan más de ocho de cada diez euros recaudados en el planeta por el sector hasta septiembre de 2025.
A fin del tercer trimestre, la apuesta por este tipo de activo alternativo que pone el foco de inversión en proyectos de transporte o energía, entre otros, ha absorbido nuevos compromisos por un valor total de 123.900 millones de dólares (alrededor de 106.700 millones de euros), revelan los registros de Pitchbook.
Este importe ya excede la inyección que los fondos de infraestructuras recibieron en todo el año pasado (cuando reunieron 112.200 millones de dólares) y también en 2023 al completo (121.000 millones de dólares), según recoge el servicio de análisis. Algo que ha sido posible, afirman fuentes del mercado, gracias al tirón de los megavehículos.
Si bien en las infraestructuras es habitual que los partícipes confíen en los grandes fondos gestionados por las entidades con mayor experiencia en el sector, esta preferencia se está viendo acentuada en el entorno actual, hasta el punto de que el 88,1% del capital captado por esta estrategia de inversión alternativa hasta septiembre a ido a parar a vehículos de 1.000 millones de dólares o más, apunta Pitchbook.
"Los asignadores de recursos se están sintiendo atraídos por las estrategias y los gestores que perciben que implican un riesgo inferior debido a su trayectoria y que, además, están ofreciendo rentabilidades sólidas en general", aseguran los expertos de la plataforma.
Ránking
A la cabeza de los fondos más grandes de 2025 se sitúa el Global Infrastructure Partners V, que echó el cierre a finales de junio después de atraer una bolsa de 25.200 millones de dólares. El nuevo vehículo bandera de la división de BlackRock rebasó los 22.100 millones de dólares conseguidos por el antecesor GIP IV en 2019, dando cabida a 278 inversores institucionales de hasta 35 países.
A continuación en el ránking está el EQT Infrastructure VI, a cargo del peso pesado EQT. El grupo, que cotiza en la Bolsa de Estocolmo, constituyó el pasado marzo este fondo dotado con 21.500 millones de euros, cantidad que hace de él el mayor nunca antes puesto en pie en Europa y con el que el gigante de los activos alternativos participa en el accionariado de la Universidad Europea en España, donde adquirió el control en abril de 2024.
También sobresalen en la clasificación anual el quinto fondo insignia de la gestora Copenhagen Infrastructure Partners, con 12.000 millones de euros y una estrategia que enfoca casi en exclusiva a las energías renovables, y el Blue Owl Digital Infrastructure Fund III, que reunió 7.000 millones de dólares en mayo para financiar proyectos tecnológicos.
España también hace una aportación a esta élite de megafondos de infraestructuras, gracias a Asterion Industrial Partners. La gestora que dirige Jesús Olmos cerró en septiembre el Asterion Industrial Infra Fund III, con 3.400 millones de euros que servirán para dar continuidad a la estrategia de la entidad que pone el radar prioritariamente en activos de telecomunicaciones, energía, servicios públicos y movilidad dentro de Europa Occidental.
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