Málaga corre con el corazón en un maratón de emoción y superación

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Miguel Ángel Espinosa mirando al cielo para recordar a su primero fallecido hace cinco meses Ñito Salas Málaga corre con el corazón en un maratón de emoción y superación

Un total de 17.500 atletas toman las calles de la ciudad en una edición marcada por las marcas históricas, las historias personales y la emoción en la línea de meta

Cristina Jiménez

Domingo, 14 de diciembre 2025, 23:35

... cama, listo el uniforme del día: dorsales, geles y mochilas. Muchos amanecieron con la duda de si las inclemencias meteorológicas iban a ser favorables o desfavorables. «No sabíamos muy bien si el viento nos iba a fastidiar», explicaron Fran Angulo y Juan Romero.

La línea de meta se ha convertido en el gran epicentro de Málaga en el día de hoy. Lágrimas, gritos por el esfuerzo, sonrisas de oreja a oreja y un sinfín de emociones traducen el sacrificio que estos atletas han realizado para terminar la prueba. Una carrera en la que luchan y se miden a sí mismos, poniendo a prueba todo el entrenamiento y el esfuerzo realizados para llegar hasta aquí.

A las 8.30 horas sonó el primer pistoletazo de salida y, con él, cerca de 17.500 atletas se lanzaron a recorrer Málaga. En sus rostros se reflejaban la ilusión y la emoción de comenzar una prueba que los llevaría al límite.

Participación extranjera

Como viene siendo habitual en ediciones anteriores, el Maratón de Málaga se ha convertido en una prueba multitudinaria. La de este año ha contado con un 66 % de participación extranjera, algo que, sin duda, ha sido evidente en el tramo final de la carrera. Han estado representados los cinco continentes, con banderas, rasgos, camisetas y nombres en diferentes idiomas. Alessandro Minni, desde Italia, y Hugo Costa, desde las islas Azores, llegaron a la línea de meta ondeando sus banderas, representando sus raíces.

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Patrick, Elsa y Sacha, una familia británica completando la prueba Cristina Jiménez

En un día marcado para muchos en el calendario, el Paseo del Parque se convirtió en el escaparate de numerosas historias de superación, lucha y recuerdo por los que ya no están.

El primer récord de la prueba llegó con un tiempo de 2h.06, de la mano de Mande Bushendich. Tras él fueron llegando quienes lo acompañarían en el podio; pero antes de que el reloj marcara las tres horas apareció Antonio José Oliveros. Mirando al cielo y portando un lazo negro sobre su camiseta, corría esta maratón por su compañero y amigo Javi. «Justo hace siete días le dio un ictus a un compañero y murió a esta misma hora (11.13)», contaba Oliveros. Hoy corría en Málaga su maratón número 20 y en cada kilómetro se acordó de su amigo que le fue apoyando desde el cielo, así como de sus amigos y de la familia que dejó huérfana. Aunque nunca dedica sus maratones, la de hoy fue especial. «Javi va por ti, eres un máquina», decía mientras miraba al cielo.

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Antonio José Oliveros le dedica la llegada a meta a su amigo Javi, fallecido hace una semana Cristina Jiménez

El cronómetro seguía avanzando y llegaban a la línea de meta los corredores populares, los que hacen que esta prueba sea tan especial. Llegaron de la mano y besando su camiseta Kiko Montoro y Raúl Gómez, dos de los 80 atletas que han representado en esta prueba a los enfermos de ELA. Su uniforme representaba a la asociación 'Saca la lengua a la ELA' y han corrido para «dar visibilidad a las personas que la padecen», recalcaron. Raúl Gómez completaba su segunda maratón junto a su entrenador, Kiko Montoro, y ambos mejoraron sus marcas en la jornada de hoy.

Miguel Ángel Espinosa completaba los últimos metros de la prueba portando una camiseta en memoria de su primo, fallecido hace cinco meses. Desde Tomelloso llegó a Málaga para completar su primera maratón y dejar claro que: «Hoy he corrido por él».

Sin duda, en esta gran prueba deportiva los protagonistas son los atletas, los que luchan por terminar. Pero quienes brindan apoyo y ánimos desde fuera son los familiares y amigos. Vítores, aplausos y cánticos acompañaron a cada uno de ellos durante el recorrido.

Familiaridad en la línea de meta

Chema González llegó a meta acompañado de su hija Paola González. Padre e hija completaron la que ha sido su décima maratón y la segunda en la ciudad del sur. «El año pasado pinché y este año me he quitado la espinita que tenía y, encima, he mejorado mi marca», contó González. En la mirada de su hija se reflejaba el orgullo por ver a su padre completar la prueba. «Sé lo que le cuesta y verlo cumplir me llena de orgullo», explicó emocionada.

Con lágrimas en los ojos cruzaba el arco Silvia González. Desde Barcelona corrió en el día de hoy «por mis hijos», explicó entre sollozos. Comparte con ellos la afición por el deporte, una familia de atletas que para ella lo es todo. «He sufrido, pero ellos son mi motivo para seguir y seguir», aclaró.

Jonathan Fernández recorría los últimos metros acompañado de su pequeño. Desde Guadalajara llegaba para probarse físicamente en esta prueba. «Venía de una lesión complicada, pero aun así me ha ido muy bien», explicó. Su hijo comparte la misma pasión por el deporte: «Le gusta venirse a correr conmigo».

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Jonathan Fernández, junto a su hijo, que ya comparte la misma pasión por el deporte que su padre Cristina Jiménez

En esta gran jornada deportiva también fueron muchos los que se acordaron de su equipo de fútbol, como Alfonso, que llegó a meta con una distinguida camiseta de la Real Sociedad. El donostiarra ha completado un total de nueve maratones y en todas ellas ha corrido con la camiseta txuri-urdin. «Esta me acompaña en todas mis batallas», aclaró.

También representó sus colores Gonçal López. Una camiseta con tonos que recuerdan a los del Málaga. Desde Barcelona hasta Málaga, representando al Espanyol, completó su maratón número ocho y logró su mejor marca (3horas.06). «Ganamos ayer y hoy mi equipo me ha llevado en volandas», explicó. Málaga volvió a demostrar que el maratón es mucho más que una carrera: es un punto de encuentro de historias, recuerdos y sueños cumplidos.

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