Alfonso Ussía en la presentación de un libro en 2007. Foto: Europa Press
Letras Muere Alfonso Ussía, periodista irreverente y escritor de la España satírica, a los 77 añosNieto de Pedro Muñoz Seca, cultivó durante más de cuatro décadas un columnismo mordaz, decenas de libros y un historial de premios y de polémicas.
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Gabriel Lavao Publicada 5 diciembre 2025 11:51h Actualizada 5 diciembre 2025 12:27hEl periodista y escritor Alfonso Ussía, que siempre escribió como quien dispara desde una trinchera, sin pedir permiso y con la puntería más pendiente del estruendo que del blanco, ha fallecido a los 77 años. Fue columnista, poeta satírico, creador de personajes inolvidables como el marqués de Sotoancho y protagonista habitual de los juzgados por sus exabruptos. Una mezcla de ingenio, mordacidad y querellas que lo convirtieron en un personaje imprescindible, y a menudo incómodo, del periodismo español.
Nieto de Pedro Muñoz Seca, hijo del consejero Juan Tercio y educado en colegios de élite, Ussía nunca escondió ni su linaje ni su conservadurismo. Hizo de ambos combustible literario y político, un sello que lo distinguía en las redacciones tanto como sus corbatas llamativas y su ironía afilada.
Durante más de cuarenta años escribió en diarios como ABC, Diario 16, Ya, La Razón y, más recientemente, en El Debate, donde se convirtió en el columnista más leído.
Fallece Isabel Pisano, actriz, corresponsal de guerra y pareja de Arafat, a los 77 añosSu carrera empezó en el vespertino Informaciones, en el Servicio de Documentación, y pronto se estrenó como articulista en la revista Sábado Gráfico. En 1976, Torcuato Luca de Tena lo reclutó para ABC. Ahí construyó su prestigio como columnista de sátira política y costumbrista. El humor era su herramienta y la incorrección su brújula: no buscaba la tibieza, sino el zarpazo.
Publicó decenas de libros en los que recogía sus artículos, epigramas y poemas satíricos. Manual del ecologista coñazo (1992) fue un retrato mordaz de los nuevos movimientos verdes. Coñones del reino de España (1998) o Zapatero, a tus zapatos (2004, junto a Mingote) le confirmaron como azote de la política nacional.
Ussía con Ayuso el 28 de agosto al recibir la medalla de Cultura de la Comunidad de Madrid. Foto: EFE
También dejó títulos como Golfos, gafes y gorrones, Resentidos, torpes y traidores o La exhumación de papá y el cróquet (2020). Una biblioteca personal que parecía escrita siempre entre la sonrisa torcida y el codazo.
Su estilo le valió los principales premios periodísticos del país: el González Ruano, el Mariano de Cavia o el Jaime de Foxá. Pero también lo colocó en el ojo del huracán. No fue un columnista de consensos, sino un provocador consciente, convencido de que el humor debía incomodar.
Los años secretos de Borges en Mallorca: poemas, escándalos y libros destruidosLa sátira de Ussía encontró en la ficción su vehículo más eficaz con el marqués de Sotoancho, señorito de la Baja Andalucía que protagonizó más de una docena de libros entre 1998 y 2020. Entre monterías, criados, marquesas viudas y tonterías aristocráticas, el marqués se convirtió en un personaje de culto, retrato caricaturesco de una España decadente y a la vez entrañable.
Más allá de la pólvora de sus columnas, Ussía cultivó una prosa literaria ágil, chispeante y con un sentido del humor que bebía tanto de la tradición satírica española —Quevedo, Muñoz Seca, Jardiel Poncela— como del ingenio británico. En su marqués de Sotoancho hay ecos evidentes de P. G. Wodehouse, maestro en retratar a la aristocracia ociosa con un humor amable y punzante.
'Peor que pedir', de Antonio Méndez Rubio: cuando la poesía dialoga con los 'Desastres' de GoyaUssía trasladó esa mirada irónica a la campiña andaluza, construyendo un universo propio donde la caricatura servía tanto para entretener como para desnudar las contradicciones de una clase social en retirada: "El marqués ha sido en mi vida mucho más que un personaje literario... a todo personaje literario, cuando se te va de las manos, hay que darle una buena hostia", confesó en una entrevista en 2019.
Sotoancho fue llevado a la televisión en el año2000 y reforzó la popularidad de Ussía más allá de las páginas de opinión. La serie, con guion suyo, consolidó la imagen de un escritor que sabía reírse tanto de los demás como de sí mismo, aunque en sus textos rara vez se ahorraba el látigo.
Polémicas por doquier
Pero si la literatura y la sátira lo encumbraron, las polémicas lo persiguieron. En 2004, tras publicar en ABC el artículo El cerdo vasco, abandonó el diario entre sonoras críticas. En su texto, Ussía se burla de un Boletín Oficial del País Vasco que definía minuciosamente las características morfológicas del cerdo vasco —su perfil facial, forma cónica, rodete, pecho, tórax y capacidad respiratoria— como si fueran atributos de una figura noble o símbolo nacional.
Dos años más tarde fue condenado a pagar 20.000 euros al periodista Fernando Delgado por un artículo en La Razón en el que lo llamaba "mierda", "miserable" e "hijoputa".
En 2015 perdió otro pleito sonado. Lionel Messi lo demandó por un poema publicado en La Razón que el futbolista consideró insultante, y un juez le dio la razón, condenando a Ussía a pagar más de 70.000 euros. Y en 2023, tras un primer archivo provisional, fue finalmente condenado por injurias graves a Corinna Larsen, a quien había calificado en un artículo de "insuperable golfa" y "profesional del sexo". El tribunal concluyó que sus palabras eran inequívocamente vejatorias.
El nuevo Capitán Alatriste de Pérez-Reverte y la novela de Woody Allen lideran una suculenta 'rentrée' literariaNo eran hechos aislados. Sus columnas, tuits y declaraciones a menudo despertaron oleadas de indignación. Contra músicos vascos, contra el nacionalismo catalán, contra ecologistas, contra políticos de izquierda o de centro. La lista de adversarios era interminable, y quizá ahí residía parte de su atractivo.
Ussía parecía disfrutar más de la bronca que del aplauso. "Todas las mentiras, las calumnias y las injurias caben en las cabezas huecas", compartió durante una charla sobre humor y política en el Club de Opinión Benidorm.
Más allá del papel impreso, Ussía fue una voz muy reconocida en la radio y la televisión. En Onda Cero participó en Protagonistas y La Brújula. En Telecinco formó parte del irreverente Este país necesita un repaso, junto a Mingote, Ozores, Chumy Chúmez, Tip y Coll. Allí creó personajes como Floro Recatado, un entrenador argentino, o Jeremías Aguirre, un supuesto revolucionario sandinista.
Ilustración del marques de Sotoancho por Mingote.
El oficio y la pluma le valieron prestigio en el gremio: los premios más codiciados del periodismo y el respeto de compañeros como Mingote. Ussía hizo estas declaraciones en 2012 tras la muerte de Mingote: "Antonio y yo llevábamos 23 años comiendo juntos todas las semanas, arreglando y desarreglando España; se me ha ido el amigo de mi alma, el maestro, el genio, la admiración, la tolerancia, todo”.
Pero también el rechazo de muchos colegas, que veían en su estilo una mezcla incómoda de ingenio heredado y vulgaridad deliberada. Joaquín Sabina lo inmortalizó en un soneto titulado Don Mendo no se hereda, donde sugería que al nieto le faltaba el talento del abuelo. Ussía nunca se amilanó, ya que le gustaba tanto figurar en los homenajes como en las sátiras de sus detractores. No se libraba nadie: "No recrimino nada al hortera de paella… pero el ostentoso, el nuevo rico, ese sí se merece un repaso".
Este verano la Comunidad de Madrid lo distinguió con el premio de Cultura en la categoría de Literatura. La propia Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la región, se desplazó hasta su casa para condecorarlo. Además, Ussía atesoró reconocimientos de fuste como la Gran Cruz del Mérito Naval, la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo y la Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid. Y era académico de Bellas Artes de Santa Cecilia.
Hace solo unos días la editorial Confluencias publicó Alfonso Ussía. La escritura indomable, con textos de varios autores, compañeros de profesión y amigos que le rinden homenaje.
El nuevo Capitán Alatriste de Pérez-Reverte y la novela de Woody Allen lideran una suculenta 'rentrée' literariaCasado con María del Pilar Hornedo Muguiro, fue padre de Alfonso J. Ussía, novelista y columnista de ABC. En su círculo íntimo se mostraba como un hombre afable y culto, una imagen muy distinta de la que proyectaba públicamente. Cazador, amante de la literatura satírica de Quevedo, Góngora o Villamediana, se veía a sí mismo como heredero de una tradición española de ingenio hiriente.
El marqués de Sotoancho, con su cortijo imaginario en La Jaralera, queda huérfano. Y las páginas de opinión pierden una voz que cuanto más enfadaba al lector, más se divertía. Un columnista que entendía el humor como un combate. Y que, fiel a su estilo, se marcha dejando tras de sí una mezcla de carcajada y escándalo.