El catedrático de Derecho Internacional Rafael Arenas ha asumido la presidencia de la entidad Impulso Ciudadano, uno de los pilares del constitucionalismo cívico catalán. El jurista se muestra muy crítico con el Gobierno por asumir el relato nacionalista respecto al procés y la actual situación catalana.
Las entidades del constitucionalismo civil tuvieron un papel determinante a la hora de parar el golpe de Estado en 2017. Ocho años después, ¿cuál es su situación?Muy diferente a la que vivimos durante el procés y hasta 2019, cuando se dictó la sentencia del Supremo. Hay una desmovilización de muchos ciudadanos porque no tienen la sensación de un peligro urgente ni de la necesidad de tener que estar en la calle para contrarrestar al independentismo. El problema al que nos enfrentamos es que se ha lanzado, sobre todo desde fuera de Cataluña, una narrativa de normalización de la situación que mucha gente se ha creído. Incluso hay gente en Cataluña que tiende a verlo así, cuando la realidad es que las cosas importantes siguen igual o peor que antes. Porque el problema de Cataluña nunca ha sido la voluntad independentista de una parte de la población, sino tener un poder público que actúa constantemente al margen de la ley y vulnerando los principios democráticos y los derechos individuales de los catalanes no nacionalistas.Y en este escenario y con este Gobierno, ¿qué debe hacer el constitucionalismo civil catalán?Seguir dando las mismas batallas que hemos dado siempre, como la defensa de los derechos individuales, explicar lo que está pasando aquí, la interacción con la academia, los organismos internacionales y las instituciones europeas. Es necesario que conozcan nuestro punto de vista para defender a aquellas personas que así lo requieren e intentar normalizar de verdad Cataluña. Es decir, que sea un lugar en el que se respete la ley y los derechos individuales de todos. No como ahora, que tenemos una especie de régimen en el que si no eres nacionalista vas a tener dificultades constantemente. Sabemos que es complicado, pero no podemos dejar de perseverar.Dice que Cataluña está igual, pero yo añadiría que incluso peor que en 2017. El Gobierno ha debilitado o desmontado la estructura del Estado -Fiscalía, Abogacía...- que fue esencial en la defensa de la democracia.Estamos claramente más solos. En los años del procés, el Gobierno de Mariano Rajoy, por lo menos, no estaba del lado de los nacionalistas, aunque no pusiera muchos recursos ni nos apoyara. Mientras que ahora, Sánchez está con los nacionalistas. Cuando nosotros planteamos una demanda contra la Generalitat por vulnerar, por ejemplo, derechos lingüísticos, el abogado del Estado se pone de su lado. Y en ocasiones, hasta la Fiscalía. Hace unos años esto no pasaba. Sobre todo, me preocupa que la posición internacional del Gobierno, respecto a su narrativa sobre el nacionalismo, es muy importante; al haber asumido el relato independentista, conceptos como lawfare, nos dificulta mucho nuestra batalla legal en las instituciones europeas y nuestro intento de explicar lo que pasa en Cataluña. Sin embargo, seguimos porque el constitucionalismo es un movimiento que va de abajo a arriba, de la calle a las instituciones, y no al revés como piensan muchos en Madrid.¿Achaca al Gobierno la posición del abogado del TJUE favorable a la Ley de Amnistía?No podemos pedir a los extranjeros que hagan cosas que no resolvemos nosotros mismos. No pueden estar todo el día pensando en lo que pasa en España, y si nuestro Gobierno tiene una determinada narrativa favorable al nacionalismo catalán, va a tener y está teniendo un efecto determinante en la posición de las instituciones europeas y mandatarios de otros países. La posición del Gobierno de Sánchez ayuda al nacionalismo en Europa. Va a ser muy difícil que mandatarios de otros países se pronuncien en contra de la posición del propio Gobierno de España sobre una cuestión interna como la catalana. El cambio en Europa respecto a Cataluña empezó, lógicamente, con el pacto de investidura de Sánchez con el independentismo.¿Teme que la sentencia final del TJUE vaya en línea a la posición del abogado?No tiene que ser exactamente igual, aunque claro que influye. Porque además estamos hablando de sentencias que no se liquidan con un sí o un no. Son sentencias interpretativas del derecho de la UE y, por lo tanto, con muchos matices políticos y jurídicos. Las conclusiones del abogado no me han gustado nada, pues entra a valorar que hay una reconciliación auténtica en Cataluña, cuando la Comisión de Venecia, que estuvo en España estudiando con testigos directos la situación, llega a la conclusión contraria.Durante el 'procés', Salvador Illa fue el interlocutor del PSC con el constitucionalismo. ¿Le sorprende su actual relación de complicidad con el nacionalismo desde la presidencia de la Generalitat?No me sorprende en realidad. Nunca tuve grandes esperanzas con Illa, porque al fin y al cabo, él es PSC, y a este partido lo conocemos desde hace años. Recordemos lo que hizo el socialismo catalán en el primer tripartito de Pasqual Maragall, aliándose con ERC y manteniendo las políticas de construcción nacional y el lío del Estatut. Así que sabía que el PSC no se iba a apartar ahora con Illa de esa línea estratégica.¿Y le sorprende el auge de Aliança Catalana?No es más que el nacionalismo de toda la vida sin maquillaje. Lo que no entiendo es que fuera de Cataluña haya gente que le ríe las gracias y no ven que tiene un discurso antiespañol.¿Cómo está viendo el inicio del juicio a Jordi Pujol?Más allá de cómo acabe el juicio, lo importante es tener claro que Pujol representó un proyecto político nacionalista, excluyente, supremacista. La vulneración constante de derechos esenciales de los castellanoparlantes. Así que más que le condenen por sus acciones presuntamente delictivas, lo que me parece más grave es que se esté blanqueando su política.Otro elemento de pugna judicial es el de los derechos lingüísticos de los castellanohablantes en Cataluña. El TSJC ha insistido en que el castellano debe ser también una lengua vehicular.Las sentencias lingüísticas en Cataluña se siguen sin cumplir; es una situación de rebeldía institucional que ha mantenido Illa. El TC ha dejado claro que las dos lenguas oficiales deben estar presentes como lenguas del sistema educativo, aunque alguna tenga mayor peso que otra. Pero debe ser proporcional. Incluso el abogado del Estado se posiciona con la Generalitat cuando la demandamos.Rafael Arenas, presidente de Impulso Ciudadano: "Con Sánchez el poder político en Cataluña sigue actuando contra los no nacionalistas"
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El catedrático de Derecho Internacional ha sido elegido presidente de esta organización, una de las entidades esenciales del constitucionalismo en Cataluña y que se caracteriza por su batalla legal contra el independentismo Leer
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