Ni tres meses ha durado el embargo impuesto por el Gobierno español, y ratificado por la mayoría de apoyo a Pedro Sánchez en el Congreso el 8 de octubre, a la compra de armas a Israel. El pasado martes, en plena semana navideña, el Consejo de Ministros aprobaba la primera excepción a dicho veto, que ya había sido establecida en el real decreto, aprobado in extremis gracias a los cuatro votos de Podemos, pese a que la propia Ione Belarra, líder de la formación, lo tachó de «embargo fake [falso]».
El martes el Gobierno de Sánchez levantaba la barrera para cuatro compras a Israel que deberán completar proyectos de Airbus, y dos días después la Campaña por el Fin al Comercio de Armas con Israel, de la que forman parte la Red Estatal Contra la Ocupación de Palestina (Rescop) y otras organizaciones, denunciaba la compra de material militar a Israel.
El telón del embargo se levantaba así para cuatro programas de la compañía aeronáutica europea, todos ellos militares: el avión de transporte A400M, que es una aeronave de transporte de largo alcance; el A330MRTT, que es una cisterna volante para aviones militares; el avión de vigilancia marítima C295, y el dron táctico Sirtap, el primero íntegramente español.
En realidad, sin la tecnología israelí para la que ahora se levanta el embargo, esos cuatro proyectos, que se ensamblan en las fábricas de Airbus de Getafe (Madrid) y San Pablo (Sevilla), tendrían que terminarse fuera de España. Fuentes militares certifican que Airbus ya explicó esto al Gobierno durante las negociaciones parlamentarias de septiembre.
Ahora, el Consejo de Ministros se ha visto obligado a levantar la mano. La autorización viene justificada por el «gran potencial exportador e industrial», y se apoya en la previsión que ya establecía el real decreto: se levantaría el embargo siempre que su aplicación supusiera un «menoscabo» de los «intereses generales nacionales», y para evitar «un impacto industrial, económico, de empleo y tecnológico de tal calibre que afectara a la autonomía estratégica».
El embargo, sin embargo, se vendió desde el Ejecutivo como «total», aunque se dejaba abierta una gatera por la que podían exceptuarse supuestos como el que sólo dos meses y medio después han aparecido.
«Para nada está relacionado con el ámbito de las armas», señaló ayer la ministra de Defensa, Margarita Robles, sino que «se necesita esa tecnología de Israel con una finalidad industrial, comercial y de exportación», afirmó en entrevista con TVE.
Contestó a Robles el líder del PP, Alberto Nuñez Feijóo, que aseguró que el Gobierno «ha mentido de nuevo». Según Feijóo, ya cuando anunció el embargo el Ejecutivo «mintió en primer lugar a sus socios de Gobierno, en segundo lugar a sus socios parlamentarios, y en tercer lugar y más preocupante, a la nación». «Este Gobierno miente tanto y durante tanto tiempo que ya lo damos por perdido», afirmó ayer Feijóo.