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Junqueras, Otegi, Rufián y Aragonès, en un acto en Barcelona previo a las elecciones del 23-J. EFE Rufián encalla dentro de la propia Esquerra con su propuesta de frente electoral de izquierdasSu insistencia en pedirun bloque unido que no disperse voto provoca malestar en su partido y distancia entre las fuerzas aludidas
Cristian Reino y Miguel Ángel Alfonso
Madrid
Lunes, 15 de diciembre 2025, 00:03
... desautorizado por su propio partido, Esquerra, y recibió la indiferencia de las organizaciones del espacio político al que apelaba, ahora la dirección de los republicanos guarda silencio en público pero no esconde su malestar de puertas adentro. Inasequible a los recelos y mientras la convulsión política de los últimos días ha incentivado la incertidumbre sobre si Pedro Sánchez agotará, como ambiciona, la legislatura, el político catalán ha vuelto a la carga estas semanas con la defensa de ese 'frente amplio' que considera «obligatorio» para combatir la penalización que induce la ley D'Hont sobre las candidaturas fragmentadas y poder frenar un eventual Gobierno del PP y Vox. «'Rufianismos'», ironiza un integrante de uno de los partidos interpelados para conformar ese espacio unitario hacia las urnas.Fuentes de la dirección de Esquerra admiten «disonancias» entre el discurso del partido y el de Rufián en cómo se concreta la batalla para que la «extrema derecha no se aúpe al poder». Su líder, Oriol Junqueras, recuerdan en la cúpula de la formación, ha señalado varias veces que lo que propone su portavoz parlamentario ya se hace en las elecciones al Parlamento europeo con EH Bildu y el BNG; en este caso, porque al haber circunscripción única, la «suma de siglas sí multiplica los votos».
«Que 2 más 2 no dé 4»
Pero a nivel provincial, como en las generales, «hay mucho más riesgo de que 2 más 2 no dé 4», afirman en la dirección republicana. El partido se desmarca de Rufián y asegura que «no dedica grandes esfuerzos en un debate que no se mueve de lo puramente teórico y especulativo». «Ningún partido de la izquierda ha corrido a decir que adelante» con el proyecto, rematan. Eso sí, la cúpula republicana señala que hay una «comunión absoluta» con Rufián en lo fundamental, «evitar que la derecha extrema y la extrema derecha» lleguen al poder. «Todo el mundo en ERC da máxima prioridad a esa batalla. Nadie tiene 'puñeteras ganas' de ver a Abascal como vicepresidente», concluyen,
En las filas de los republicanos, fuera de la cúpula, en sector crítico a Junqueras no lo ven igual. Un exdiputado en el Congreso considera que una alianza de las izquierdas plurinacional es un proyecto personalista de Rufián que cuenta con el apoyo de Joan Tardá (su antecesor en la portavocía de la Cámara baja), pero la «dirección no está por la labor». Lo ven como una patada hacia adelante de Rufián para intentar evitar la caída que tendrá ERC en las urnas.
Según este exparlamentario, Junqueras no quiere desautorizarlo por mantener la paz interna en el partido, pero a su juicio el asunto ha dividido al grupo en Madrid –así lo constatan otras fuentes– y hay diputados «muy cabreados» con que la dirección no pare los pies a un cargo con notable proyección mediática. Si las elecciones son antes de 2027, este exdiputado cree que Rufián podría repetir como cabeza de lista. Si son más allá de las municipales y ERC cae en los comicios locales, puede abrirse una nueva crisis interna en el partido y, en ese caso, él podría quedar fuera.
Entre el silencio y la atención
El canto de sirena del político republicano llega en un momento en el que las organizaciones de izquierda empiezan a desperezarse y a entender que el ciclo electoral se les echa encima.Mientras Sumar guarda cautela y cree que Rufián no habla en nombre de la dirección de Esquerra, en Izquierda Unida siguen «con atención» este tipo de iniciativas. Pero sin más, al menos por ahora. «Con la dirección de ERC se mantienen buena relación desde hace tiempo, pero no consta ninguna propuesta formal en el sentido del que habla hace meses su portavoz en el Congreso», explican fuentes del partido comandado por Antonio Maíllo. «Si en algún momento la hubiera y tuviera alguna concreción más allá de declaraciones personales en medios, se analizaría», añaden.
Podemos, que en los tiempos recientes ha tenido roces con Esquerra singularmente por su oposición a la transferencia de las competencias de inmigración a Cataluña, entre otras iniciativas, siempre ha guardado una relación «excelente» con Rufián. Los morados, sin embargo, llevan meses están volcados en la candidatura de la exministra de Igualdad y hoy eurodiputada, Irene Montero, y ni siquiera desvelan si existen o no conversaciones con ERC. «Nada que comentar», responden a este periódico.
Interpelados también por el portavoz republicano, en la bancada parlamentaria de EH Bildu –con la que ERC mantiene una unidad de acción en las Cortes tras el cierre del ciclo de ETA– recuerdan como la dirección desautorizó ya a Rufián en junio. Y se desmarcan, en cualquier caso, de una iniciativa desacompasada de los tiempos de EH Bildu, que sigue en período de mieles electorales. «Pudiera ser positivo que la izquierda española pudiera ir unida, pero nosotros no tenemos que solucionar sus problemas», dejan claro estas mismas fuentes.
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