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La exposición 'Sostener la línea con mis dedos', presentada en la barcelonesa Prats Nogueras Blanchard, sitúa la obra de Helena Almeida en un espacio de sobriedad luminosa que potencia su delicada radicalidad. La galería opta por un montaje preciso y contenido que permite ... que sus fotos respiren y desplieguen su fuerza silenciosa, subrayando la claridad con la que la portuguesa convirtió el cuerpo, el suyo propio, en herramienta, límite y lenguaje.
Obras como 'Desenho habitado' (1975) o 'Eu estou aqui' (2003) revelan esa cualidad única de su trabajo: la acción no se representa, se insinúa. El cuerpo sostiene la línea, la interrumpe o acompaña, como si buscara hacer visible el instante en el que la imagen deja de ser superficie para convertirse en presencia. La artista actúa en un vaivén entre afirmación y desaparición, entre ocupar el espacio y cederlo, generando una tensión contenida que la cámara recoge con precisión austera.
El conjunto encuentra una resonancia especial al incorporar los 'rodapé' (1999), dibujos que actúan como cuadernos preparatorios. En ellos aparece el rigor de su método: líneas mínimas que trazan desplazamientos, silencios y pequeñas coreografías del cuerpo.
Galería Prats Nogueras Blanchard. Barcelona. C/ Méndez Núñez, 14. Hasta el 29 de enero. cuatro estrellas.
Leídos junto a las fotos, funcionan como notas previas y, al tiempo, como claves de lectura que revelan la coherencia profunda entre pensamiento y gesto. Con esta cita, la galería reivindica a Almeida como fotógrafa desde la esencia de su práctica: un trabajo que, con medios mínimos, transforma el espacio en un lugar habitado por la imagen, el cuerpo y la luz en equilibrio exacto.
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