- EXPANSIÓN
Donald Trump compareció el miércoles por la noche desde la Casa Blanca en un discurso a la nación para celebrar, entre mentiras y medias verdades, sus logros del primer año de mandato.
El único anuncio concreto que contuvo el mensaje del presidente de Estados Unidos fue que otorgará a 1.450.000 miembros de las Fuerzas Armadas un «bono especial» por valor de 1.776 dólares, cifra simbólica que hace referencia al año de la fundación del país.
Trump compareció con un tono tosco y apocalíptico desde la sala dedicada a las recepciones diplomáticas para volver a echar la culpa de los males que afectan al país a su predecesor en el cargo, el demócrata Joe Biden. "Hace 11 meses, heredé un desastre", comenzó su discurso repleto de sus habituales ataques a los inmigrantes, a las personas trans y a los demócratas.
"En otras palabras, en poco tiempo, hemos ido de lo peor a lo mejor", sentenció. "Ahora somos el país más sexy del mundo, me lo dicen todos y cada uno de los líderes extranjeros con los que hablo", añadió un Trump que afronta el peor índice de aprobación de su carrera como político. Según las principales encuestas, solo un 40% de los estadounidenses aprueban su gestión debido a la preocupación por la economía y la inflación, que se sitúa en torno al 3%.
Tampoco ofreció soluciones concretas esta vez. Y volvió a repasar los inciertos logros económicos de su Administración asegurando que «los salarios están subiendo más rápido que la inflación» y que los precios de muchos servicios y productos se han reducido, mencionando ejemplos como: un «22 % en automóviles» y la gasolina en 2,50 dólares por galón.
Sí que mencionó de pasada algunas de sus promesas ya conocidas, como la de eliminar a las compañías aseguradoras de la ecuación de los subsidios de salud o la de bajar el precio de los medicamentos "hasta el 600%" con una supuesta mediación con las empresas farmacéuticas.
Por otro lado, celebró su estrategia de imposición de aranceles a otros países, así como una supuesta inversión en el sector privado estadounidense de "18 trillones de dólares". "Los aranceles los útilizaban contra nosotros, nunca más", afirmó Trump.
El discurso llegó un día después de que EEUU registrara el peor dato de paro desde 2021 y un día antes de que se cumpla el plazo límite entablecido por el Congreso para que el Departamento de Justicia publique los documentos de las investigaciones realizadas contra el pedófilo fallecido en 2019 Jeffrey Epstein, con el que Trump compartió años de amistad.
Ataques a la inmigración
A falta de grandes anuncios, con la tensión creciente en el mar Caribe por las amenazas de EEUU a Venezuela y con sus fieles del movimviento MAGA (Make America Great Again) cansados de la falta de solucionesa su bolsillo, Trump volvió a centrar sus más violentos ataques contra los inmigrantes y la gestión de las fronteras de su predecesor.
«Nuestro país era motivo de burla en todo el mundo, pero ya no se ríen. En los últimos 11 meses hemos logrado más cambios positivos en Washington que cualquier Administración en la historia de EEUU. Nunca ha habido nada igual», afirmó Trump.
Trump contrastó su política migratoria con la de la Administración anterior, a la que acusó de haber «inundado» ciudades y pueblos con inmigrantes en situación irregular y de haber liberado a delincuentes violentos que, dijo, pusieron en riesgo a personas inocentes.
Según el presidente, su gestión prioriza a los ciudadanos «respetuosos de la ley y trabajadores» y representa un cambio radical frente a lo que describió como años de descontrol migratorio. Sin ningún tipo de pruebas, Trump aseguró que ha cerrado la frontera sur con México y que en siete meses no se registra el ingreso de ningún inmigrante ilegal.
Las tensiones en el Caribe
El discurso de Trump llega después de que ayer el republicano elevara aún más la presión sobre el Gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, afirmando que bloqueará a todos petroleros sancionados que lleven o traigan crudo del país caribeño.
Sin embargo, el mandatario no hizo mención alguna a la crisis que él mismo ha provocado para presionar un cambio de régimen en Venezuela. Y esto a pesar de que el presentador ultraconservador Tucker Carlson, insinuara horas antes que Trump iba a aprovechar la solemne ocasión para declarar la guerra al país caribeño.
En septiembre ordenó un despliegue militar masivo en el Caribe con el objetivo de detener el tráfico de drogas que, según él, financia Caracas, a la que ahora acusa de robar yacimientos de crudo y activos estadounidenses, en referencia a las expropiaciones ejecutadas durante el Gobierno de Hugo Chávez.
Trump quiso con este discurso celebrar sus primeros 11 meses de su segunda estancia en la Casa Blanca. Fue la tercera vez que utilizaba este formato de mensaje televisado a la nación desde enero. La primera tuvo lugar en junio tras el ataque a tres plantas de producción y almacenamiento de uranio en Irán. Y la segunda en septiembre, tras el asesinato del activista de ultraderecha Charlie Kirk. "Feliz Navidad y próspero año nuevo", se despidió Trump anoche tras 18 minutos de discurso.
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