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S&P ya da un notable a los cinco grandes bancos españoles, pero Santander es el que lidera el ránking por calificación crediticia.
Los cinco mayores bancos españoles empiezan a apelotonarse en la zona noble de la clasificación de solvencia crediticia. Y todos avanzan. S&P acaba de decirle a Bankinter que tiene a tiro subir un escalón y superar a Sabadell. Solo necesita emitir más deuda para ello.
Si el banco lo consigue, BBVA y CaixaBank solo estarán a un peldaño de distancia, el mismo lugar en el que se encuentra Santander, aunque este último supera al resto por las mejores notas que le dan Moody's y Fitch.
La subida de todos ellos ha alcanzado velocidad después de la bajada al abismo y la travesía por el desierto que siguieron a la caída de Lehman Brothers en 2008, el estallido de la gran crisis financiera y luego la tormenta del euro y la bancaria en Europa. Los rátings se desplomaron, pero eso ha quedado ya para los libros de historia.
Recuperación
Los grandes bancos españoles han limpiado el expediente. No hay ninguno entre los cotizados que no luzca un ráting en la zona del notable (A) a juicio de S&P. Unicaja sería la excepción, pero está fuera del radar de esa agencia de calificación. La única que lo juzga es Fitch, que le da un BBB.
Pero también en el notable hay grados. Bankinter y Sabadell están en el más bajo (A-), mientras que Santander, BBVA y CaixaBank se encuentran en la parte más alta (A+).
Ahora Bankinter puede moverse. S&P ha cambiado la perspectiva de su ráting a positiva desde estable. Eso significa que la agencia considera que está holgado en su nota y que se acerca un cambio a mejor en los próximos meses si cumple determinadas condiciones.
El banco ya sabe lo que tiene que hacer. S&P lo fía todo a que Bankinter eleve su colchón de deuda. No vale cualquiera. Tienen que ser bonos con capacidad de absorber pérdidas en caso de tropiezo.
Lo que busca la agencia es que Bankinter aumente la protección de su deuda sénior, que es la que tiene el ráting principal como emisor a largo plazo. Y el escudo para esos instrumentos son los bonos que están por debajo en el orden de prelación. Esta deuda asumiría las pérdidas en un escenario de problemas financieros, de forma que el traspiés se resolvería con ellos y no contaminaría a los acreedores sénior.
Esos bonos son los no preferentes, los subordinados Tier 2 y los contingentes convertibles (conocidos como CoCos o AT1). Estos dos últimos son los más efectivos como escudos de protección, pero también son los más caros. Los no preferentes son más baratos y S&P también los tendrá en cuenta.
Más emisiones
La agencia cree que Bankinter será capaz de elevar el colchón y lo cierto es que el banco ha acelerado este año las colocaciones de deuda. Lleva 1.750 millones de euros emitidos, un 84% más que en los doce meses de 2024 al completo.
No toda esa deuda sirve a los propósitos de S&P. Hay 500 millones en bonos sénior preferentes que son los que hay que proteger, no el escudo. Pero hay otros 500 millones en CoCos y 750 millones en no preferentes que cumplen el mandato.
El resto de los requisitos están controlados. "La calificación se basa en el sólido historial de rentabilidad y calidad de los activos de Bankinter. También tiene en cuenta que la estructura operativa flexible y eficiente del banco le ha permitido históricamente adaptar su modelo de negocio a los cambios del entorno", aseguraba la agencia en su último informe sobre el sector en España.
Si se confirma la subida, Bankinter llegará a un ráting A que lo distanciará de Sabadell, el banco que se ha convertido en el ojo derecho de las agencias de ráting en los últimos meses.
La carrera de Sabadell ha sido fulgurante, ya que en febrero de 2024 S&P le daba una nota BBB, dos escalones por debajo de la actual. De ahí subió a BBB+ y en marzo de este año tuvo otra mejora que le permitió alcanzar a Bankinter. Este último tiene ahora la posibilidad de volver a distanciarse.
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