Luis Infante Bravo estuvo 10 años exactos como director. Estará toda la eternidad como referente.
Luis Infante Bravo, a la derecha, junto a Jesús Ramos, el día de su nombramiento como director de MARCAARCHIVO MARCA- JUAN IGNACIO GALLARDO
- Compartir en Facebook
- Compartir en Twitter
- Compartir en Telegram
- Compartir en Whatsapp
- Compartir por Mail
Derrochaba carisma, ingenio y liderazgo. También osadía, creatividad y un finísimo olfato para el periodismo. Habría triunfado en cualquier empresa que se hubiera propuesto, pero fue al frente de MARCA donde dejó su nombre ligado para siempre a la historia del periodismo deportivo de este país.
Luis Infante cogió el timón de este rotativo en 1987, como capitán de un selecto grupo de empresarios (y amigos) que se embarcaron en el negocio editorial adquiriendo en una subasta esta cabecera, hasta entonces perteneciente a la Prensa del Movimiento.
Infante convirtió el barco en un cohete y puso a MARCA en órbita. Rejuveneció el periódico, tanto en sus conceptos filosóficos (priorizando la conexión y la complicidad con los lectores), en su diseño (que pasó a ser de vanguardia mundial) y en sus periodistas (contando con una entusiasta generación de reporteros noveles dispuestos a comerse el mundo). Se rodeó de una sobredosis de talento y toneladas de ilusión y en un abrir y cerrar de ojos convirtió a MARCA en líder de toda la prensa española (no sólo deportiva) y en indiscutible referencia internacional. Tan poderosa fue su construcción que su legado aún sigue en pie.
Con su marcha, el cielo se lleva a un genio mayúsculo y este país pierde a un profesional intachable e insustituible, a un tipo de voz tronante y sonrisa cordial, educado, exigente, culto y muy inteligente. Infante, de característico semblante, con su blanca barba de jefe serio y padre afable, cultivaba algo inusual: la capacidad de asombrarse cada día y de aprender de todo y de todos.
Aunque los verdaderos (y afortunados) aprendices fuimos esa tropa de jóvenes redactores que admirábamos su forma brillante de hacer periodismo. Infante inventó un modelo de éxito que ha marcado a este país. El periodismo deportivo que se sigue desarrollando hoy, en prensa, radio, web y tv, es indisimulado hijo suyo.
Haber sido discípulo de Infante es una línea en mayúsculas en el currículum de los periodistas que tuvimos la suerte de trabajar con él.
Estuvo 10 años exactos como director. Estará toda la eternidad como referente.
Bravo era su segundo apellido. Bravo era su periodismo. Bravo, su talento. Bravo, su ingenio. Bravo, su espíritu lúcido. Bravo, su legado.
Luis Infante. Bravo.
Ver enlaces de interés