Cómo mover 600.000 paquetes al día para que llegue tu pedido de Black Friday: así es el robotizado centro MAD7 de AmazonBrazo robótico encargado de despaletizar automáticamente las cajas internas (‘totes’) y reducir la carga física de los trabajadores.AmazonActualidadNoticia
Basado en hechos observados y verificados directamente por nuestros periodistas o por fuentes informadas.
28 nov 2025 - 19:53Marta Gascón
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Visitamos MAD7, el centro logístico robotizado de Amazon en Illescas capaz de mover 600.000 paquetes al día. Así funciona su mezcla de IA, robots, gemelos digitales y 1.800 empleados para que tu pedido salga en solo dos horas.

Como periodista que escribe de tecnología me he puesto en los zapatos de muchos personajes. He sido fabricante de móviles en China. He trabajado en un laboratorio en Dinamarca para buscar nuevos materiales para juguetes. He corrido por Berlín creyéndome runner para probar un reloj inteligente. Lo que nunca pensé es que podría convertirme en un paquete de Amazon.

Para los que estamos en el sector de la tecnología, sea el área que sea, el término Black Friday da entre miedo y sopor. Otra vez las ofertas. Otra vez la vorágine. Otra vez ir a contrarreloj. Pero este año he vivido algo distinto: ver desde dentro qué significa esta fecha para una de las compañías que más ventas online gestiona en el mundo, si no la que más.

Amazon nos ha abierto las puertas de su MAD7, su centro logístico en Illescas (Toledo) y uno de los más importantes de España. Esta impresionante nave de 180.000 metros cuadrados está atravesada por unos 15 kilómetros de cintas transportadoras que mueven hasta 600.000 paquetes en un día y entre sus muros trabajan 1.800 personas.

Cuando entras en un sitio así en una fecha como el Black Friday, que para Amazon va del 20 de noviembre al 1 de diciembre, esperas que sus pasillos sean como cuando en los tiempos de bonanza del comercio tradicional se abrían las puertas en las rebajas. Para mi sorpresa, en lugar de trajín caótico, lo que he encontrado es un “caos ordenado”, como ellos mismos lo llaman.
“Siete de cada diez españoles están aprovechando la campaña de Black Friday para adelantar parte de las compras de Navidad”.Una de las zonas de clasificación y movimiento de mercancía de MAD7, el centro robotizado de Amazon en Illescas, capaz de mover hasta 600.000 paquetes al día.Amazon
Toda la operativa de Amazon está pensada al milímetro para que pasen solo dos horas desde que haces clic en el botón de compra hasta que tu producto sale de este centro logístico de primera milla, es decir, el primer eslabón de su cadena logística: el punto donde los productos entran en el sistema de Amazon antes de distribuirse hacia otras instalaciones.

Para entender bien toda la foto, la compañía de Seattle tiene en España 40 centros operativos y como este de Illescas, construido en 2021, hay solo otros seis en términos de automatización y objetivo. En total, cuenta con una decena de los que denomina de primera milla, cuya dedicación principal es, como decíamos, recibir los productos y empaquetarlos para que sean enviados al siguiente eslabón de esa cadena logística.

En los centros de última milla, por su parte, los paquetes llegan justo antes de ser entregados al cliente final. Un proceso tan impresionante que es capaz de entregar un artículo solo 82 minutos después de que lo hayas comprado —si tu ciudad está dentro del servicio de entregas superrápidas de Amazon—.
Del clic a casa en tres horas: así funciona el centro logístico más rápido de Amazon en EspañaEl músculo necesario para que tu paquete de Black Friday llegue rápido y seguro
Amazon asegura que para esta campaña y la de Navidad se han contratado 500 personas extra solo en MAD7. La compañía, que en España cuenta con más de 28.000 trabajadores, acaba de vivir un momento tenso con respecto a la plantilla, tanto a nivel global como en nuestro país.

Hace apenas un mes The New York Timesfiltró documentos internos que sugieren que Amazon podría reemplazar a cientos de miles de empleados de almacén en los próximos años. A ello se suman los 14.000 despidos corporativos confirmados recientemente, en el marco de una reestructuración impulsada por la inteligencia artificial. Y un ERE en España de 1.200 personas.

Las voces de alarma dicen que la culpa de todo la tienen los robots y centros automatizados como este MAD7, pero la compañía de Seattle tiene un mensaje claro: el objetivo es eliminar las tareas “triviales, mundanas y repetitivas” para las personas y dejar que las máquinas (que tiene más de un millón repartidas por todo el mundo) hagan el trabajo duro mientras nosotros, los humanos, utilizamos nuestro órgano más potente: el cerebro.

La automatización es precisamente una de las claves del éxito de MAD7: en este edificio de cuatro plantas, tres de ellas se encuentra robotizadas, cubriendo una superficie de unos 115.00 metros cuadrados. Gracias a todo este músculo robótico se ha conseguido cambiar “el paradigma del de la logística tradicional de que el empleado va al producto”, afirma el director del centro, Alberto Palomo. “Conseguimos que el producto venga al empleado”, destaca.
Un robot que nunca deja caer paquetes y una IA que predice fallos: así es el futuro logístico de AmazonRobots autónomos trasladando estanterías móviles en las plantas robotizadas de MAD7, un sistema que permite que el producto vaya al empleado.M. G.Simulando el recorrido de un paquete de Amazon en MAD7
Para entender cómo funcionan las cosas en este centro, lo más fácil es ponerse en ‘la piel’ de un paquete de Amazon. El viaje empieza fuera, en el patio de camiones, y termina cuando la caja ya lleva la etiqueta con nuestra dirección y se pierde en otra cinta hacia la última milla.

Los proveedores y las pymes que venden en Amazon envían sus productos paletizados y, a partir de ahí, la cadena se pone en marcha. En la zona de recepción —lo que ellos llaman inbound— un brazo robótico hace el trabajo duro: es el despaletizador, encargado de descargar automáticamente las cajas negras de plástico que usan dentro del centro, los totes. El objetivo no es solo ganar velocidad, sino reducir el esfuerzo físico y el riesgo ergonómico de descargar palés a mano durante horas.

A partir de aquí, cada producto pasa de su caja original a uno de esos totes y sube por las cintas hacia las plantas superiores, donde empieza la parte más futurista del recorrido.

En las tres plantas robotizadas se entiende mejor eso de que el producto va al empleado. Hay cientos de miles de estanterías móviles y miles de robots autónomos que se pasan el día moviéndolas de un lado a otro. Desde fuera parece un Tetris vivo: los robots se deslizan por el suelo, levantan una estantería, la giran y la llevan hasta la estación donde hay un trabajador. Cuando la estantería llega, el sistema le marca con una luz exactamente dónde guardar o recoger un producto.

La parte curiosa es que las estanterías no siguen el orden que esperarías. No hay un ‘pasillo de juguetes’ o un ‘pasillo de libros’, sino lo que ellos llaman un “caos ordenado”: referencias mezcladas para aprovechar al máximo cada hueco y, sobre todo, evitar cuellos de botella cuando un producto se pone de moda.

Aquí también entra en juego la inteligencia artificial: los sistemas calculan qué productos se van a vender más, dónde conviene colocarlos y cómo repartirlos para que se puedan recoger en paralelo desde varias estaciones, en vez de generar colas en un solo punto. “El cambio principal es el aumento de la capacidad de almacenaje: entre un 40 y un 50% adicional”, subraya Palomo.
Estación de recogida de productos (‘picking’), donde los empleados siguen instrucciones guiadas por luz e IA para preparar los pedidos.Amazon
Cuando el paquete ya ha sido recogido de las estanterías, lo suben a otra cinta y baja hasta la zona de empaquetado. Aquí el proceso parece simple: alguien saca el producto del tote, lo escanea, monta una caja, pone relleno si hace falta y la cierra. Pero detrás hay otro sistema de IA decidiendo qué tipo de embalaje toca.

Amazon tiene más de 80 opciones diferentes: cajas de distintos tamaños y grosores, sobres acolchados, bolsas de papel ligeras… El algoritmo tiene en cuenta el peso, las dimensiones, el tipo de producto, si lleva líquido, si ya va bien protegido de fábrica, las devoluciones que ha tenido ese artículo o incluso cómo se comporta en las cintas transportadoras para decidir cuál recomendar.

El objetivo es doble: usar el mínimo embalaje posible y aprovechar mejor el espacio en los vehículos. Si cada caja lleva menos aire dentro, caben más paquetes en la furgoneta y se necesitan menos viajes.

Desde 2022, Amazon ha dejado de usar bolsas de plástico en centros como este y las ha sustituido por bolsas de papel y sobres más ligeros. Sumando los productos que no necesitan embalaje extra y los que salen en ese formato reducido, la compañía calcula que alrededor del 50 % de los envíos no va en una caja de cartón gruesa tradicional.

Para terminar, la persona empleada pega solo una pequeña pegatina con un código de barras. No aparece tu nombre ni tu dirección. La etiqueta de envío ‘de verdad’ se genera en otra zona: una línea donde un sistema de cámaras lee el código, recupera la información del pedido, imprime la etiqueta y la pega con aire comprimido, sin que nadie toque físicamente la caja.

El final del viaje es una cinta clasificadora que separa según destino: a un centro de media milla para su redistribución o, directamente, a una estación de reparto de última milla, ya sea de Amazon o de alguna empresa de paquetería externa.
Amazon logra lo imposible con Vulcan, su nuevo robot inteligente capaz de sentir como un humanoCinta transportadora con paquetes listos para ser clasificados y enviados a centros de media o última milla.M. G.La IA que adivina lo que vas a comprar (y cuándo)
Mientras todo esto ocurre en las cintas, por detrás pasan cosas que no se ven. Carlos Milán, Senior Solutions Architect en AWS, nos explica que Amazon Aurora, la base de datos relacional de la compañía, registra los pedidos y su trazabilidad en tiempo real y que tecnologías como Amazon Neptune, su base de datos de grafos, ayudan a modelar las relaciones entre productos, ubicaciones y recomendaciones. 

Por encima de eso, los modelos de inteligencia artificial analizan patrones de compra: detectan que si se lanza una consola nueva también se disparan las ventas de mandos, fundas o protectores de pantalla. O que si mañana va a hacer sol en media España, la demanda de protector solar puede subir.

Con toda esa información, Amazon puede adelantar pedidos a proveedores, decidir cuántas unidades tiene que tener en un centro como MAD7 y dónde colocarlas dentro del almacén para que el pedido que acabas de hacer pueda salir lo antes posible.
Sistema automático de etiquetado de Amazon: las máquinas leen el código, imprimen la etiqueta y la colocan con aire comprimido sin tocar la caja.M. G.“Podemos anticipar patrones para predecir comportamientos o tendencias emergentes”.
Todo esto se resume bien en la sala de control. En las pantallas no solo se ven gráficos y métricas; también gemelos digitales de las máquinas, robots y cintas. Son versiones virtuales de los elementos físicos que permiten monitorizarlos, simular escenarios y detectar comportamientos anómalos. 

En la práctica, como decíamos, la compañía asegura que gracias a estos sistemas la media es de unas dos horas desde que compras hasta que el pedido sale del centro. Incluso en un día caótico como Black Friday.

Para quien compra es un clic. Para quien está dentro de MAD7, es una coreografía milimetrada de personas, robots y algoritmos para que ese clic no falle.
Muelles de carga de MAD7, donde los camiones de Amazon inician y terminan el recorrido diario de miles de paquetes.AmazonConforme a los criterios de¿Por qué confiar en nosotros?Más información sobre:
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