Madrid, Barcelona... y Buenos Aires: el podio de ciudades con mayor cantidad de españoles incluirá pronto a la capital argentina, consecuencia de la aplicación de la Ley y de Memoria Democrática, un proceso que, llevado a sus últimas consecuencias, podría tener un importante impacto electoral en España.
«La población española en Argentina va a pasar a ser de más de 1,6 millones de personas», confirmaron fuentes diplomáticas españolas a EL MUNDO en Buenos Aires. «Y eso sin contar con los hijos, porque los hijos de todas esas personas pueden acceder a la nacionalidad por el cauce ordinario del código civil», añadieron.
La Ley de Memoria Democrática fue sancionada por el Congreso de los Diputados en 2022, y su disposición adicional octava establece que «todas aquellas personas nacidas fuera de España de padre o madre, abuelo o abuela, que originariamente hubieran sido españoles, y que, como consecuencia de haber sufrido exilio por razones políticas, ideológicas o de creencia o de orientación e identidad sexual, hubieran perdido o renunciado a la nacionalidad española, podrán optar a la nacionalidad española, a los efectos del artículo 20 del Código Civil».
El impacto de esa ley fue enorme, en especial en Argentina, que es desde siempre hogar de la mayor comunidad de españoles en el extranjero, aunque desde ahora crecerá en proporciones impensadas. La fecha límite para presentar la solicitud de nacionalidad española fue el 22 de octubre, pero en los cinco consulados españoles en Argentina (Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Mendoza y Bahía Blanca) se siguen procesando documentos, y se espera que antes de finales de año haya una cifra concreta del volumen de potenciales nuevos españoles.
«Las consecuencias de este ejercicio de generosidad y justicia histórica tiene impactos administrativos, consulares y sociales de envergadura. Y eventualmente electorales», añaden las fuentes diplomáticas, que recuerdan que hace menos de dos años, Buenos Aires era Alicante e iba «camino de ser Málaga». Esos listones ya fueron superados. Ni Alicante, ni Málaga, ni Bilbao, ni Valencia, todas esas ciudades quedan ya por detrás de la capital argentina.
«La tercera ciudad española va a ser Buenos Aires, de largo. Y la incidencia electoral de esta gran población española en Argentina va a depender de la activación de esos votantes, que puede llegar a ser determinante. El último escaño de las elecciones de 2023 quedó en manos de Junts. Según analistas, ese escaño se fue a Junts gracias al voto en el extranjero. A finales de año vamos a saber exactamente a lo que nos enfrentamos».
España tiene una presencia abrumadora en Argentina, sólo superada por la impronta italiana de muchos de sus ciudadanos. La Avenida de Mayo, en el centro de Buenos Aires, podría perfectamente estar en Madrid, y el diseño urbano de la capital argentina remite en muchos barrios, con sus Ochavas (chaflanes) al de Barcelona. Raúl Alfonsín, el padre de la democracia argentina, era descendiente directo de gallegos, al igual que el primer presidente de la historia del país, Bernardino Rivadavia. El consulado general de España en Buenos Aires es el más grande del mundo y el que más personal tiene, en torno a los cien empleados. Y el de Rosario, la tercera ciudad del país, es el tercero más grande del mundo, destacan las fuentes al tanto del proceso.
«Rosario era un consulado relativamente pequeño hace dos años y medio, con 36.000 españoles. Hoy ya está por encima de 70.000, y cuando se termine de analizar los expedientes se superarán ampliamente los 130.000 españoles. Hay muchas capitales de provincias en España que no tienen 130.000 habitantes... Y en el resto de los consulados sucede lo mismo, hay un crecimiento exponencial de españoles en Argentina. Buenos Aires, que pasó de 350.000 a mucho más de un millón, tiene un registro civil más grande que el de varias capitales de provincia españolas».
Los responsables diplomáticos españoles aplicaron un criterio «amplio y generoso» en Argentina, un país que entre 1860 y 1930 recibió unos dos millones de españoles, que llegaron a representar el 23% de la población. Lo de «amplio y generoso» es lo opuesto a un criterio restrictivo, e incluye detalles y meandros sorprendentes.
«La ley dice exactamente que pueden optar a la nacionalidad española, en el plazo de tres años de vigencia que tuvo finalmente la ley, cualquier nieto o nieta de abuelo o abuela originalmente español. ¿Qué es eso de ser amplios y generosos? Tomemos el caso de un español emigrante que vino a principios del siglo XX a la Argentina. Tuvo un hijo o hija, pero ese español no se naturalizó argentino. Su hijo nace argentino, porque todo aquel que nace en Argentina es argentino, pero conforme a nuestra legislación nacía español, porque hijo de varón en esa época era español. Así, en los hechos ampliamos el alcance de la ley al bisabuelo. Hay diferencias con las mujeres, porque solo pudimos ampliar el alcance de la ley a las bisabuelas si esta no estaba casada, porque la legislación española de esa época decía que si se casaba perdía la nacionalidad y adopta la de su esposo argentino, en este caso. Si era en cambio madre soltera, en cambio, esa bisabuela puede transmitir la nacionalidad».
Se trata de la sexta ocasión en la que España abre una ventana para que las personas descendientes de emigrantes puedan optar a la nacionalidad, «pero es la primera vez que lo hace sin intención discriminatoria. Antes siempre quedaban fuera los descendientes de mujer emigrante. La ley de memoria histórica de los años de José Luis Rodríguez Zapatero dejaba fuera a los nietos de una abuela emigrante».
La previsión es que la gran mayoría de las solicitudes de nacionalidad sean aceptadas. «Es un tema de verificación objetiva, y hasta ahora no se han detectado falencias estructurales en el sistema de solicitud», asegura una de las fuentes, que destaca el «extraordinario trabajo de los empleados públicos en los consulados de todo el mundo».
Españoles residentes en Buenos Aires votan en las generales del 28 de abril de 2019.EFE«Ha habido momentos muy emocionantes en los días finales, ayudando a la gente para que no perdieran el tren. Al final de todo esto, en Argentina habrá más de un millón y medio de españoles que se merecen serlo y quieren serlo», exponen.
Personal de los consulados recordó a EL MUNDO situaciones en las que personas mayores se acercaban a presentar el trámite y rompían a llorar al escuchar el acento español: «Así hablaba mi abuelo...».
Otros, mucho más jóvenes, llegaban despistados.
-¿Esto es lo del pasaporte europeo?
-Pero tú sabes dónde estás?
-¿Esto es Italia?
Pese a las enormes filas frente a los consulados y a lo vasto del operativo, este proceso de naturalización de 2025 es muy diferente a lo que se observó en los años de la gran crisis argentina de 2001/2002.
«Aquello era una situación desesperada, teníamos filas de gente desesperada buscando los papeles para irse. Ahora no es así, poquísimos de los que están obteniendo la nacionalidad se están yendo. Se trata más de la adquisición de un derecho para ellos y sus descendientes. Es tener una puerta más abierta».
¿Podría un día Argentina ser decisiva en unas elecciones generales españolas? Las fuentes diplomáticas recuerdan que el índice de participación de los españoles residentes en el extranjero no suele superar el 7%, algo que se aspira a cambiar. El último gran esfuerzo por explotar el «filón argentino» lo hizo Manuel Fraga, que se trabajaba personalmente el voto de cada gallego en Argentina, «la quinta provincia» de Galicia.
«Esta puede ser una circunscripción electoral potentísima: ahora el gran reto es que todos estos nuevos españoles sientan que pertenecen y se vean motivados a votar y participar», señalan las fuentes consultadas. «Si no, corremos el riesgo de que nadie vote en las elecciones, de que tengamos españoles que no se sienten parte de la ciudadanía».