Llámalo Puente de Diciembre, de la Inmaculada o de la Constitución. Pero lo que sí está claro es que estos días son la excusa perfecta para organizar la última escapada del año, un último viaje antes de que la Navidad y sus compromisos familiares nos absorban por completo.

Cierto es que este otoño no ha sido muy generoso en lo que a puentes se refiere y con este tampoco se ha lucido. Para el común de los mortales, será solo un día de fiesta, pero también es buen momento para tirar de días acumulados y juntarlos antes de que llegue enero y el contador se actualice.

Si ya tienes los días claros, pero te faltan ideas, aquí van algunas que se pueden adaptar a todos los presupuestos y situaciones. Desde escapadas exprés que siempre sientan de maravilla a viajes más largos para cerrar la temporada a lo grande.
Málaga
A esta ciudad andaluza no solo hay que tenerla en el radar cuando hace calor. En diciembre, la ciudad se transforma de la mano de su famoso encendido navideño con el túnel de la calle Larios como la estrella absoluta de la decoración, pero no lo único que te dejará con la boca abierta.

Entre espectáculo y espectáculo, la ciudad sigue ofreciendo todo lo que la ha puesto de moda el resto del año. Paseos por el puerto, museos como el Picasso o el Thyssen para refugiarse un rato del bullicio y una ruta de tapas por el centro que es puro consuelo cuando anochece pronto. Es una escapada muy fácil de organizar (con tren de alta velocidad hasta la puerta y uno de los aeropuertos más grandes del país), perfecta para grupos de amigos o familias que quieren un poco de todo sin complicarse demasiado.
Valle de Hecho (Huesca)
Para quien huye de las luces y prefiere escuchar crujir las hojas del otoño, el Valle de Hecho es justo lo que necesita. En el Pirineo aragonés, dentro del Parque Natural de los Valles Occidentales, los pueblos se reparten a lo largo del río entre casas de piedra, tejados de pizarra y un paisaje que, en estas fechas, combina bosques desnudos, tonos ocres y cimas que empiezan a blanquear.

La carretera conduce hacia la Selva de Oza, un valle perfecto para largos paseos sin mucho desnivel que en esta época todavía están llenos de color. Después, el plan se completa con comida de cuchara en algún restaurante de pueblo y tardes de casa rural con castañas asadas y juegos de mesa frente a la chimenea. Ideal si te apetece un puente en modo pausa, sin horarios ni demasiadas obligaciones.
Algarve
Si lo poco que llevamos de frío ya se te está haciendo cuesta arriba, lo que necesitas es sol y en este rincón de Portugal eso está asegurado. El clima es uno de sus grandes argumentos en invierno, con días suaves y mucha luz cuando en otros sitios el cielo parece haberse quedado en el gris permanente. No hace falta bañarse para disfrutar del mar: basta con pasear por playas casi vacías y ver los acantilados sin multitudes para entender por qué tanta gente repite.

Puedes montar base en alguna localidad costera, como Albufeira, y desde allí dedicar cada día a algo distinto. Un día de paseo por el casco histórico y terrazas, otro de ruta en coche entre calas, otro para descubrir pueblos más tranquilos tierra adentro. Y si te apetece hacer algo especial, apúntate a una salida en barco para avistar delfines o acercarse a cuevas marinas.
Estrasburgo
Hay destinos en los que la Navidad es un adorno y otros en los que se vuelve protagonista absoluta. Estrasburgo pertenece al segundo grupo. Aquí el mercadillo no es una moda reciente ni una foto para redes: su famoso Christkindelsmärik se celebra desde el siglo XVI y está considerado el más antiguo de Francia. Durante varias semanas, el casco histórico se llena de casetas de madera, luces y un ambiente que parece sacado de un cuento.

El corazón de la fiesta está alrededor de la catedral, con casetas de artesanía, decoración tradicional y olor a canela y vino caliente. En la plaza principal se instala cada año un enorme árbol de Navidad y barrios como la Petite France se llenan de mercadillos y proyectos solidarios. Es una escapada perfecta si te apetece vivir un puente de diciembre con gorro, bufanda y esa sensación de volver a ser un poco niño entre luces y villancicos.
Orlando
Si todavía te quedan días de vacaciones y muchas ganas de disfrutar como un niño, esta es tu opción. Desde hace unas semanas, Iberia ofrece vuelos directos desde Madrid a Orlando, la ciudad de los parques temáticos por excelencia.

Ahora, llegar hasta la puerta de Disney es más fácil y rápido y en estas fechas la magia se multiplica gracias a la decoración navideña tan cuidada que acompaña a los eternos Mickey y compañía. Un planazo de esos de los que toda la familia volverá con grandes recuerdos y mil anécdotas.

¿Con cuál te quedas?