El delantero danés firmó un doblete y lideró con autoridad el triunfo del Nápoles en una tarde de dominio absoluto
- JAVIER RECUERO
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El Nápoles cumplió con los pronósticos y se llevó una victoria sólida del estadio Giovanni Zini, donde impuso su calidad y experiencia para superar a una Cremonese que luchó con entrega, pero que nunca logró igualar el ritmo de su rival. En un encuentro marcado por el dominio visitante y la gestión inteligente del resultado, los de Conte resolvieron el partido en la primera mitad gracias a la eficacia de Hojlund, autor de un doblete que dejó encarrilado el triunfo. Sin excesos, sin sobresaltos y con una clara superioridad táctica.
El Nápoles salió decidido a imponer su ley desde el primer minuto, monopolizando la posesión y llevando el peso del juego con autoridad. Durante los primeros compases, el dominio fue claro, aunque las ocasiones tardaron en llegar. No fue hasta el minuto 13 cuando se rompió el equilibrio: Hojlund aprovechó un rechace dentro del área para empujar el balón a la red y adelantar a los visitantes. A partir de ahí, el conjunto napolitano siguió manejando el ritmo del encuentro, moviendo el balón con paciencia y obligando a la Cremonese a replegarse.
Con el paso de los minutos, el equipo local trató de estirarse y ganó algo de presencia ofensiva, aunque sin excesivo peligro. El Nápoles, cómodo y ordenado, volvió a golpear antes del descanso. En el minuto 44, McTominay peinó un centro servido por Politano y el balón cayó en el área pequeña, donde Hojlund apareció para empujarlo a placer y firmar su doblete. El 0-2 reflejó la superioridad del Nápoles y dejó el partido bien encarrilado al término de los 45 minutos.
Hojlund celebrando su primer gol frente a la CremoneseEFELa segunda mitad comenzó con el Nápoles manteniendo el control del encuentro. Apenas reanudado el juego, Politano se internó en el área y probó suerte con un disparo que terminó en las manos del guardameta de la Cremonese. El conjunto visitante siguió dominando con comodidad, moviendo el balón de un lado a otro y evitando cualquier intento de reacción local. Con el paso de los minutos, la sensación era de total control por parte del Nápoles, mientras la Cremonese apenas encontraba vías para inquietar a Milinković-Savić.
A partir del minuto 60, el ritmo del partido descendió notablemente. El Nápoles optó por gestionar la ventaja con calma, priorizando la posesión y esperando el paso del tiempo, mientras que la Cremonese, pese a su empeño, apenas logró generar peligro real. Los últimos minutos transcurrieron sin sobresaltos, con un equipo visitante cómodo, seguro y dueño de la situación, que cerró el encuentro sin apuros y confirmó una victoria trabajada pero incuestionable.
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