Ocho de cada diez productos de las máquinas vending o expendedoras que hay en los hospitales tendrán que ser saludables, una vez se apruebe el nuevo decreto de comedores de hospitales y residencias que ultima el Ministerio de Consumo. Es otra de las medidas anunciadas este lunes por el ministro Pablo Bustinduy, que incluirá la norma con la que el Gobierno pretende garantizar una alimentación saludable en los centros hospitalarios y residencias de mayores y que seguirá la estela del decreto de comedores escolares, ya en vigor.
"Vamos a regular el contenido de las máquinas 'vending' para garantizar que al menos el 80% de los alimentos sean saludables", ha avanzado Bustinduy en un desayuno organizado este lunes en el Teatro Ateneo de Madrid . Fruta fresca, yogures sin azúcares, zumos, frutos secos sin freír, panes y sándwiches integrales... el objetivo es que estas máquinas, que muchas veces se convierten en la principal fuente de alimento de los familiares y allegados de los pacientes ingresados, ofrezcan productos mínimamente saludables. La norma se aplicará a los hospitales, pero también a las residencias de ancianos y a cualquier otro espacio sociosanitario, como un centro de día o un centro de salud.
En esa línea, Consumo obligará a que los productos menos saludables estén colocados en posiciones menos visibles dentro de estas máquinas, es decir, que no podrán estar colocarse en las filas centrales. Se incluye aquí cualquier alimento de formación industrial compleja, con ingredientes transformados, aditivos y alto contenido en grasas saturadas, azúcares o sal, así como algunos snacks y bollería industrial, bebidas azucaradas o galletas industriales.
Bustinduy ha explicado que el fin es aumentar la disponibilidad de opciones saludables para las personas que están en los hospitales y residencias, de tal modo que, por ejemplo, el café de las máquinas vaya por defecto sin azúcar o que se instalen fuentes de agua potable y gratuita. "Son cosas que pueden parecer pequeñas, pero son de sentido común y de interés general porque redundan en que la ciudadanía vea garantizado su derecho a una alimentación saludable", ha defendido el titular de Consumo.
Esta medida se añade a otra anunciada ya la semana pasada, y que prohibirá que los menús infantiles de los hospitales ofrezcan cualquier tipo de alimento ultraprocesado.
Una vez aprobado este nuevo decreto, del que se irán desgranando más detalles en los próximos días, la próxima "batalla" de Bustinduy será echar mano a la publicidad de alimentos insanos dirigidos a la población infantil. El ministro ha asegurado que un niño ve al día, de media, 11 anuncios de televisión sobre productos poco saludables. "Es una batalla difícil, sí, pero es fundamental", ha reconocido, antes de destacar el "consenso social" que hay en torno a la necesidad de atajar esta problemática.
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"Vamos a regular el contenido de las máquinas 'vending' para garantizar que al menos el 80% de los alimentos sean saludables", ha avanzado Bustinduy en un desayuno organizado este lunes en el Teatro Ateneo de Madrid . Fruta fresca, yogures sin azúcares, zumos, frutos secos sin freír, panes y sándwiches integrales... el objetivo es que estas máquinas, que muchas veces se convierten en la principal fuente de alimento de los familiares y allegados de los pacientes ingresados, ofrezcan productos mínimamente saludables. La norma se aplicará a los hospitales, pero también a las residencias de ancianos y a cualquier otro espacio sociosanitario, como un centro de día o un centro de salud.
En esa línea, Consumo obligará a que los productos menos saludables estén colocados en posiciones menos visibles dentro de estas máquinas, es decir, que no podrán estar colocarse en las filas centrales. Se incluye aquí cualquier alimento de formación industrial compleja, con ingredientes transformados, aditivos y alto contenido en grasas saturadas, azúcares o sal, así como algunos snacks y bollería industrial, bebidas azucaradas o galletas industriales.
Bustinduy ha explicado que el fin es aumentar la disponibilidad de opciones saludables para las personas que están en los hospitales y residencias, de tal modo que, por ejemplo, el café de las máquinas vaya por defecto sin azúcar o que se instalen fuentes de agua potable y gratuita. "Son cosas que pueden parecer pequeñas, pero son de sentido común y de interés general porque redundan en que la ciudadanía vea garantizado su derecho a una alimentación saludable", ha defendido el titular de Consumo.
Esta medida se añade a otra anunciada ya la semana pasada, y que prohibirá que los menús infantiles de los hospitales ofrezcan cualquier tipo de alimento ultraprocesado.
Una vez aprobado este nuevo decreto, del que se irán desgranando más detalles en los próximos días, la próxima "batalla" de Bustinduy será echar mano a la publicidad de alimentos insanos dirigidos a la población infantil. El ministro ha asegurado que un niño ve al día, de media, 11 anuncios de televisión sobre productos poco saludables. "Es una batalla difícil, sí, pero es fundamental", ha reconocido, antes de destacar el "consenso social" que hay en torno a la necesidad de atajar esta problemática.
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