Conocemos como soborno al hecho de conseguir algo de forma ilícita a cambio de dar dinero o regalos. Etimológicamente el término proviene del verbo ‘sobornar’ y al castellano llegó desde el latín tardío subornāre, formado por el prefijo sub- (por debajo, en secreto) y el vocablo ornāre (proveer, preparar), significando en su origen ‘disponer a alguien a hacer algo’.

Fue en la Edad Media cuando el término empezó a utilizarse con la connotación negativa que hoy en día usamos, pasando de pasando de la idea de preparar o disponer a alguien para un fin a la de incitarlo de forma oculta mediante dádivas o promesas para que actúe contra su deber, sobre todo en el ámbito judicial y administrativo, hasta fijarse en el significado actual de comprar la voluntad de una persona.

Disfruta de más curiosidades como esta en el libro de Alfred López: ‘Esto es CURIOSÍSIMO’