Cada vez es más habitual que las empresas entreguen a sus empleados teléfonos corporativos gestionados: móviles con apps, configuraciones y políticas activadas por la empresa, para manejar llamadas, correos, comunicaciones internas… y, ahora, incluso chats. En España —como en buena parte del mundo— las empresas aprovechan estos dispositivos para trabajo remoto, atención al cliente, coordinación de equipos o servicios de mantenimiento.
Con esa evolución, la forma de comunicarnos cambia: ya no basta con llamadas o correos, sino que la mensajería instantánea, más rápida y flexible, resulta clave. Y en Android, muchos dejan atrás los SMS/MMS clásicos para usar sistemas actualizados. Ahí entra el estándar Rich Communication Services (RCS), respaldado por Google Messages, que lleva años ganando terreno.
RCS promete una experiencia parecida a la de WhatsApp o Telegram: mensajes enriquecidos, fotos, vídeos, confirmaciones de lectura, chats grupales, etc. Eso hace que muchos abrazaran la idea de que RCS era la mensajería “nativa, moderna y cómoda” en Android.
Sin embargo, algo ha cambiado: Google ha anunciado que desplegará una nueva función llamada Android RCS Archival que permite, en dispositivos Android “gestionados por empresa” —por ahora, sobre todo los de la gama Google Pixel y otros compatibles con su programa Enterprise— que los mensajes enviados y recibidos vía RCS puedan ser automáticamente archivados por la empresa para cumplimiento normativo, auditorías o supervisión interna.
Esta función ya ha comenzado su despliegue. Los dispositivos afectados son los que la empresa considere “corporativos” y sobre los que haya habilitado esa opción: no se trata de un cambio global para todos los Android, sino de un ajuste en entornos laborales gestionados. No obstante, esta novedad preocupa a los expertos y reaviva el debate de la privacidad en el trabajo.
Recordamos que, de momento, la medida afecta a chats gestionados por Google Messages usando RCS, aunque también puede aplicarse a SMS/MMS tradicionales si la empresa así lo habilita.
¿Cómo funciona la tecnología que lo hace posible?
RCS es un estándar de mensajería que moderniza los viejos SMS. En lugar de limitarse al texto plano, permite enviar fotos, vídeos, mensajes largos, indicadores de escritura, confirmaciones de lectura y admite grupos, es decir, incluye todo lo que solemos asociar a una app de mensajería, pero lo hace dentro de la aplicación nativa de Android.
Además, RCS ha ido incorporando funciones de seguridad avanzadas, como ofrecer cifrado de extremo a extremo o, como mínimo, un transporte más seguro que los SMS convencionales, que no tienen ningún tipo de cifrado.
Ahora con RCS Archival Google permite que, en dispositivos gestionados por una empresa, se instale una aplicación de archivado externa que accede directamente a los mensajes almacenados en el dispositivo. Cada vez que el usuario envía, recibe, edita o incluso borra un mensaje, la herramienta captura una copia y la guarda con su correspondiente marca de tiempo. Esto no rompe el cifrado en tránsito, sino que actúa justo antes o después del envío, en el propio teléfono, que es donde la empresa tiene el control.
En teoría, Google mantiene intacto ese cifrado mientras el mensaje viaja. Es decir, nadie puede interceptarlo entre un móvil y otro. Pero el punto crítico está en el dispositivo corporativo: al estar gestionado por la empresa, esta puede acceder a los mensajes una vez descifrados, del mismo modo que puede gestionar correos, apps o políticas internas del teléfono.
Para las empresas se trata de una herramienta de cumplimiento normativo. Poder archivar comunicaciones ayuda a cumplir con auditorías, regulaciones sectoriales o políticas internas que exigen conservar registros oficiales. De hecho, este tipo de soluciones ya existían en el mundo del correo corporativo y las llamadas, RCS Archival simplemente traslada ese mismo control a la mensajería moderna.
Con esa evolución, la forma de comunicarnos cambia: ya no basta con llamadas o correos, sino que la mensajería instantánea, más rápida y flexible, resulta clave. Y en Android, muchos dejan atrás los SMS/MMS clásicos para usar sistemas actualizados. Ahí entra el estándar Rich Communication Services (RCS), respaldado por Google Messages, que lleva años ganando terreno.
RCS promete una experiencia parecida a la de WhatsApp o Telegram: mensajes enriquecidos, fotos, vídeos, confirmaciones de lectura, chats grupales, etc. Eso hace que muchos abrazaran la idea de que RCS era la mensajería “nativa, moderna y cómoda” en Android.
Sin embargo, algo ha cambiado: Google ha anunciado que desplegará una nueva función llamada Android RCS Archival que permite, en dispositivos Android “gestionados por empresa” —por ahora, sobre todo los de la gama Google Pixel y otros compatibles con su programa Enterprise— que los mensajes enviados y recibidos vía RCS puedan ser automáticamente archivados por la empresa para cumplimiento normativo, auditorías o supervisión interna.
Esta función ya ha comenzado su despliegue. Los dispositivos afectados son los que la empresa considere “corporativos” y sobre los que haya habilitado esa opción: no se trata de un cambio global para todos los Android, sino de un ajuste en entornos laborales gestionados. No obstante, esta novedad preocupa a los expertos y reaviva el debate de la privacidad en el trabajo.
Recordamos que, de momento, la medida afecta a chats gestionados por Google Messages usando RCS, aunque también puede aplicarse a SMS/MMS tradicionales si la empresa así lo habilita.
¿Cómo funciona la tecnología que lo hace posible?
RCS es un estándar de mensajería que moderniza los viejos SMS. En lugar de limitarse al texto plano, permite enviar fotos, vídeos, mensajes largos, indicadores de escritura, confirmaciones de lectura y admite grupos, es decir, incluye todo lo que solemos asociar a una app de mensajería, pero lo hace dentro de la aplicación nativa de Android.
Además, RCS ha ido incorporando funciones de seguridad avanzadas, como ofrecer cifrado de extremo a extremo o, como mínimo, un transporte más seguro que los SMS convencionales, que no tienen ningún tipo de cifrado.
Ahora con RCS Archival Google permite que, en dispositivos gestionados por una empresa, se instale una aplicación de archivado externa que accede directamente a los mensajes almacenados en el dispositivo. Cada vez que el usuario envía, recibe, edita o incluso borra un mensaje, la herramienta captura una copia y la guarda con su correspondiente marca de tiempo. Esto no rompe el cifrado en tránsito, sino que actúa justo antes o después del envío, en el propio teléfono, que es donde la empresa tiene el control.
En teoría, Google mantiene intacto ese cifrado mientras el mensaje viaja. Es decir, nadie puede interceptarlo entre un móvil y otro. Pero el punto crítico está en el dispositivo corporativo: al estar gestionado por la empresa, esta puede acceder a los mensajes una vez descifrados, del mismo modo que puede gestionar correos, apps o políticas internas del teléfono.
Para las empresas se trata de una herramienta de cumplimiento normativo. Poder archivar comunicaciones ayuda a cumplir con auditorías, regulaciones sectoriales o políticas internas que exigen conservar registros oficiales. De hecho, este tipo de soluciones ya existían en el mundo del correo corporativo y las llamadas, RCS Archival simplemente traslada ese mismo control a la mensajería moderna.