Un estudio liderado por el Vall d'Hebron Institut d'Oncología (Vhio), del Campus Vall d'Hebron de Barcelona, ha demostrado el "potencial" de una diana terapéutica basada en la inhibición de MYC a través del fármaco Omomyc en modelos preclínicos derivados de pacientes con cáncer de mama triple negativo con mutaciones en BRCA1/2.

Publicado en Cell Reports, señala que Omomyc, el inhibidor de MYC desarrollado para su uso clínico por la spin-off del Vhio e Icrea Peptomyc S.L., produce daños en el ADN tumoral y tiene efecto sinérgico al combinarlo con inhibidores de PARP, informa el Vhio en un comunicado este martes.

En condiciones normales, MYC es un factor de transcripción que regula la activación de genes relacionados con la división de las células de forma ordenada; pero esta actividad está desregulada en un 70% de los cánceres, haciendo que MYC "impulse la transcripción de genes relacionados con el crecimiento descontrolado de células tumorales y con el desarrollo de metástasis y de recidivas".

El equipo ha comprobado que en los modelos preclínicos de cáncer de mama triple negativo tratados con Omomyc en monoterapia "disminuía la expresión de genes relacionados con la reparación del ADN y en paralelo se observaban cómo Omomyc inducía más daños en el ADN".

"Esto nos impulsó a combinar Omomyc con un inhibidor de PARP (PARPi), revelando un potente efecto cooperativo tanto in vitro como in vivo, que resultó en una mayor respuesta antitumoral, un aumento del daño al ADN y apoptosis, es decir la muerte celular programada", afirma la jefa del Grupo de Modelización de Terapias Antitumorales, profesora Icrea e investigadora sénior, Laura Soucek.

Hallazgos

"Sorprendentemente, esta combinación in vivo en xenoinjertos derivados de líneas celulares y de tumores de pacientes (PDX) produce un impacto terapéutico sinérgico, logrando una tasa de control de la enfermedad superior a la de cualquiera de las monoterapias", añade.

El estudio destaca que los PDX resistentes a PARPi mostraron una actividad transcripcional de MYC "significativamente mayor en comparación con los sensibles", y su resistencia a PARPi se superaba con el tratamiento con Omomyc.

En muestras de pacientes con cáncer de mama triple negativo obtenidas antes del tratamiento con PARPi, observaron que la firma transcriptómica de MYC permitía predecir la respuesta al tratamiento, "lo que sugiere que este biomarcador podría ayudar a identificar qué pacientes se beneficiarán más de este tipo de terapias".