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Política

El candidato procesado al que Vara no vio como 'delfín'

El candidato procesado al que Vara no vio como 'delfín'
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Lidera el partido pese al rechazo mayoritario en Cáceres y será juzgado por la contratación del hermano de Sánchez Leer

Hasta hace sólo unos meses, Miguel Ángel Gallardo (Villanueva de la Serena, 1974) era un político prácticamente desconocido más allá de los límites geográficos de su Extremadura natal. Su procesamiento por el presunto enchufe del hermano de Pedro Sánchez en la Diputación de Badajoz cuando la presidía y, sobre todo, la polémica por su intento de aforamiento exprés para evitar ser juzgado por un tribunal ordinario por los presuntos delitos de prevaricación y tráfico de influencias terminaron por colocar bajo el foco mediático nacional de este diplomado en Educación Social por la UNED.

Pese a llevar sobre sus hombros la «mochila llena de piedras» -en sus propias palabras- de ser el primer candidato del partido que concurre a unas elecciones pendiente de sentarse en el banquillo, en ningún momento se ha planteado dar un paso atrás para no perjudicar a unas siglas que han sido hegemónicas en su comunidad durante décadas. Su estrategia en esta campaña ha pasado por presentarse como víctima de una «denuncia falsa» que acabará «en nada», lo que no ha amortiguado la dimensión de una derrota sin precedentes.

Elecciones Extremadura 2025

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Gallardo llegó a la secretaría general del PSOE de Extremadura en marzo de 2024 sin el aval de su predecesor en el cargo. A diferencia de lo que ocurrió con Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que tras su retirada después de 24 años al frente de la Junta sí bendijo que el partido quedara en manos de Guillermo Fernández Vara, éste no quiso que el entonces presidente de la Diputación de Badajoz lo sustituyera a él. Nunca expresó su rechazo en público, pero sí maniobró en privado con el apoyo de la dirección nacional de Ferraz para que Lara Garlito, vicepresidenta primera de la Asamblea, fuera la persona que se pusiera al frente de una de las federaciones donde peor se han digerido las concesiones al independentismo tras la llegada de Sánchez a La Moncloa.

Sólo 315 días después de su primera victoria, el barón territorial tuvo que presentarse a unas nuevas primarias internas, porque entre medias se había celebrado un Congreso Federal que obligaba a renovar todos los liderazgos territoriales, que ganó con mayor rotundidad que las previas:pasó del 55,7% al 61,7% de los votos. En esta ocasión tuvo que medirse con Esther Gutiérrez, ex consejera de Educación, y, al igual que en la anterior, contó con el rechazo mayoritario de la militancia de Cáceres, minoritaria, a su vez, respecto a la de su provincia de origen, que es la que le permitió mantenerse en el poder.

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Los defensores de Gallardo, entre los que se encuentra Rodríguez Ibarra -que al contrario que Vara sí apoyó siempre al candidato de estas elecciones-, destacan que es «un gran gestor» de larga experiencia. Ejerció como alcalde de Villanueva de la Serena de 2003 a 2024 y como presidente de la Diputación de Badajoz de 2015 a 2025, cargo del que dimitió el pasado mayo para ser diputado autonómico. Hizo dimitir a cinco compañeros suyos que estaban por delante en las listas para intentar garantizarse el aforamiento en el caso David Sánchez, que fue rechazado por el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura por «fraude de ley».

Tras la convocatoria de las elecciones anticipadas, un sector muy crítico encabezado por el presidente de la Diputación de Cáceres, Miguel Ángel Morales, le pidió que no se presentara no sólo estar imputado, sino porque creían que no era «el candidato ideal» para disputarle la Presidencia de la Junta a la popularMaría Guardiola, que era «un caballo perdedor». El aludido despachó las críticas recibidas durante la celebración del Comité Regional Extraordinario con el argumento de que procedían de «una minoría».

Al igual que el judicial, el futuro político de Gallardo es ahora también una incógnita después de haber firmado el peor resultado del partido en Extremadura. El político al que Vara no quiso hacer su delfín no ha logrado movilizar el voto socialista apelando precisamente al legado del presidente regional que intentó evitar que él fuera el candidato.

Fuente original: Leer en El Mundo - España
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