No hay mejor manera de desconectar por la rutina que hacer una bonita escapada de turismo rural por España, y como ya es costumbre, National Geographic ha publicado el mejor pueblo que se puede visitar en el mes de noviembre, antes de que llegue el gélido invierno y los frenéticos días de Navidad. La localidad afortunada ha sido Hervás, una preciosa villa al norte de la provincia de Cáceres que sin duda merece una oportunidad.
Este municipio de menos de 4.000 habitantes se ubica en el Valle de Ambroz, en la 'frontera' entre Extremadura y Castilla y León, y es todo un tesoro gracias al espíritu medieval que todavía conserva en su casco urbano. Su historia está marcada por los templarios, de los que todavía quedan algunas huellas en la villa, pero además de su arquitectura, este pueblo cacereño también destaca por su precioso entorno natural, que en las semanas de otoño es todavía más espectacular.
Hervás, un paraíso rural para conocer antes de Navidad
La historia como tal de Hervás arranca allá por el siglo XII, y a lo largo de este (casi) milenio se ha ido expandiendo a lo largo y ancho del Valle de Ambroz, pero fue durante la Edad Media cuando tuvo más importancia en la zona, sobre todo por el paso de los templarios. En el pueblo se pueden encontrar joyas arquitectónicas como la Iglesia de Santa María, el edificio más alto del municipio y que se levanta en lo alto de un cerro.
También destaca la Iglesia de San Juan Bautista o el Palacio de los Dávila, aunque no solo hay tesoros de índole religiosa en la localidad, ya que en el municipio también se puede explorar una de las juderías más increíbles de España. Entre sus pequeñas callejuelas también se puede intentar pasar por una de las calles más estrechas de todo el país, así como impregnarse de la esencia histórica que todavía copa todo el barrio.
Eso sí, en Hervás también se puede disfrutar de una naturaleza excelsa que en los meses de otoño es todavía más apasionante. Un claro ejemplo de ello es el Castañar Gallego de Hervás, un espectacular paraje repleto de castaños que en estas semanas se tiñen de tonos anaranjados y que ocupa unas 300 hectáreas. Además, por el entorno del pueblo discurren varias rutas de senderismo que son ideales descubrir lugares increíbles.
Debido a su situación al norte de Extremadura, la villa de Hervás se encuentra a la misma distancia tanto de Cáceres como de Salamanca (una hora y diez minutos). Para poder llegar a la localidad desde cualquiera de las dos urbes, tan solo hay que tomar la N-630 y, a escasa distancia del pueblo, virar por la EX-205.
Este municipio de menos de 4.000 habitantes se ubica en el Valle de Ambroz, en la 'frontera' entre Extremadura y Castilla y León, y es todo un tesoro gracias al espíritu medieval que todavía conserva en su casco urbano. Su historia está marcada por los templarios, de los que todavía quedan algunas huellas en la villa, pero además de su arquitectura, este pueblo cacereño también destaca por su precioso entorno natural, que en las semanas de otoño es todavía más espectacular.
Hervás, un paraíso rural para conocer antes de Navidad
La historia como tal de Hervás arranca allá por el siglo XII, y a lo largo de este (casi) milenio se ha ido expandiendo a lo largo y ancho del Valle de Ambroz, pero fue durante la Edad Media cuando tuvo más importancia en la zona, sobre todo por el paso de los templarios. En el pueblo se pueden encontrar joyas arquitectónicas como la Iglesia de Santa María, el edificio más alto del municipio y que se levanta en lo alto de un cerro.
También destaca la Iglesia de San Juan Bautista o el Palacio de los Dávila, aunque no solo hay tesoros de índole religiosa en la localidad, ya que en el municipio también se puede explorar una de las juderías más increíbles de España. Entre sus pequeñas callejuelas también se puede intentar pasar por una de las calles más estrechas de todo el país, así como impregnarse de la esencia histórica que todavía copa todo el barrio.
Eso sí, en Hervás también se puede disfrutar de una naturaleza excelsa que en los meses de otoño es todavía más apasionante. Un claro ejemplo de ello es el Castañar Gallego de Hervás, un espectacular paraje repleto de castaños que en estas semanas se tiñen de tonos anaranjados y que ocupa unas 300 hectáreas. Además, por el entorno del pueblo discurren varias rutas de senderismo que son ideales descubrir lugares increíbles.
Debido a su situación al norte de Extremadura, la villa de Hervás se encuentra a la misma distancia tanto de Cáceres como de Salamanca (una hora y diez minutos). Para poder llegar a la localidad desde cualquiera de las dos urbes, tan solo hay que tomar la N-630 y, a escasa distancia del pueblo, virar por la EX-205.