Monday, 08 de December de 2025
Economía

El rabioso perro sanchista

El rabioso perro sanchista
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El autor analiza los recientes escándalos que han sacudido al PSOE y alerta de la posibilidad de que Sánchez se radicalice. Leer
Ensayos liberalesEl rabioso perro sanchista
  • TOM BURNS MARAÑÓN
7 DIC. 2025 - 23:56El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.EFE

El autor analiza los recientes escándalos que han sacudido al PSOE y alerta de la posibilidad de que Sánchez se radicalice.

A perro flaco todo son pulgas. El sanchismo adelgazó hasta los huesos cuando las tres cuartas partes de la banda de amiguetes que lo engendró comenzó a entrar y salir de la cárcel. Ahora el escuálido chucho restriega su maloliente cuerpo por las esquinas porque le ha picado el Me Too. El sanchismo cae víctima de sus mismas políticas de género en vísperas de la primera cita electoral -toda una midterm- desde el verano de 2023.

A estas alturas se sabe que la política es el ascensor social de los pícaros y que en el montacargas de la izquierda se han metido tantos o más chorizos que en el de la derecha. No se ha de olvidar que a Felipe González le acabó de hundir el socialista Luis Roldán, el primer civil nombrado director general de la Guardia Civil, que en 1998 fue condenado a 28 años de cárcel por malversación de fondos públicos, cohecho, fraude fiscal y estafa.

Los desfalcos han pasado a ser parte del mobiliario cívico que no acostumbra a rendir cuentas aunque, eso sí, los que comete el sanchismo rizan el rizo por su descarada rudeza. Perder por ser un ladrón a un secretario general de organización puede que sea una desventura pero extraviar a dos seguidos por ser delincuentes ya es mucho descuido. Ya pueden ir reagrupándose los militantes socialistas con una limpia hoja de servicios para, in extremis, salvar las siglas de su partido. El sanchismo está en plena descomposición y lo refleja el aspecto extenuado de su presidente fundador.

Llueve a chuzos sobre mojado gracias a los pulgas de género. A tenor de las denuncias, resulta que el Gobierno que presumía de ser el más feminista de todos los tiempos es tan ordinariamente machista como el más grosero de los vilipendiados patriarcados. Esto es devastador para la imagen que construyó la pandilla de los cuatro cuando asaltó el centenario partido.

El sanchismo ha perdido el poco follaje de parra restante que le tapaba las vergüenzas y le permitía interactuar en la sociedad progresista. Se dirá que se ha esfumado su legitimidad moral para conducir políticas públicas al frente de una mayoría parlamentaria.

Sobre el papel, las circunstancias del depauperado can se han vuelto angustiosas porque las mujeres eran quienes todavía le daban algo de comer cuando otros, entre ellos jóvenes idealistas e ilustres formadores de opinión, le daban la espalda. En las elecciones extremeñas dentro de dos semanas, el deuxième sexe de Simone de Beauvoir puede negar el voto al sanchismo lo mismo que desde hace un tiempo acá vienen haciendo tantos varones. ¿Machos sexistas? No gracias.

El pobre perro del Peugeot lo tiene fatal en esa bella tierra de conquistadores y del pan, pan y del vino, vino que antes de ayer fue un inexpugnable feudo del socialismo. Solo los del pesebre se prestan a escuchar al sanchismo cuando sale a la calle para pedir el apoyo electoral. Los demás mantienen a voces una enojada conversación que está centrada en las "chistorras" de quinientos euros que se guardan los corruptos y en las braguetas que se desabrochan los acosadores.

El candidato oficialista para dirigir la Junta de Extremadura es otro sanchista más que, en su caso, está procesado en el escándalo del "enchufado" hermano músico del presidente del Gobierno. Y, para colmo de males, el adversario del compinche de los hermanos Sánchez es una mujer de armas tomar.

La dirigente del Partido Popular en Extremadura confía en revalidar cómodamente su presidencia de la Junta porque el sexista sanchismo se lo ha puesto en bandeja. Las encuestas dicen que le saca una ventaja de dos dígitos al candidato que las ingenió para darle cobijó al hermano de Pedro Sánchez.

La campaña electoral se desarrollará estos días en Extremadura en dos frentes. Uno es el de derecha - izquierda y otro es el de derecha dinástica/Partido Popular - derecha insurgente/ Vox. La primera batalla está decidida de antemano porque la suma de ambos partidos de derecha arrasará. El perro flaco con la invasión de las pulgas a cuestas no da para más.

El resultado de la segunda está en el alero. Una mayoría del Partido Popular en la Asamblea de Extremadura sería el triunfo de la política centrista que persigue su liderazgo y tendría un efecto arrastre. Si no lo consigue estará obligado a negociar un pacto de legislatura con Vox que presagiaría un acuerdo nacional entre ambos partidos.

Ante cualquiera de las tesituras, y en el ecuador de su mandato, el presidente del Gobierno tendrá que elegir entre convocar elecciones generales anticipadas como hizo cuando fue humillado en las elecciones autonómicas y municipales de 2023 o atrincherarse, radicalizarse y aguantar. Ya pueden tentar la ropa los dirigentes de las dos derechas. El peligro real es que el perro de esta historia se volverá rabioso.

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Fuente original: Leer en Expansión
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