En los colegios concertados de Toledo donde estudió EGB y COU la nueva ministra de Educación: "Que no olvide sus raíces"

El colegio Divina Pastora se construyó en 1885 en el casco histórico de Toledo y desde su biblioteca hay una vista espectacular del Alcázar. Las tejas árabes han resistido el paso del tiempo casi tan bien como sus aulas, donde ahora 600 alumnos practican el bilingüismo, trabajan por proyectos y conocen las últimas innovaciones tecnológicas. La capilla está prácticamente igual que hace casi medio siglo, cuando la alumna Milagros Tolón hizo allí la comunión. La ex delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha, nombrada anteayer nueva ministra de Educación, FP y Deportes, estudió la EGB en este centro concertado a principios de los 80. Fue y es un colegio de monjas franciscanas, las Terciarias. Antes era solo de chicas. Ahora es una escuela de inclusión que tiene alumnos con necesidades especiales y de origen inmigrante y que pasa apuros para llegar a fin de mes porque la caída de la natalidad ha reducido las matrículas.

La directora del colegio, Sagrario Labrador, coincidió en aquellos años con Milagros Tolón, nacida en 1968. «Yo estudié con su hermana; en Milagros no me fijaba porque era más pequeña. Pero aquí nos conocemos todos. Sabía de su madre y de su padre, que tenía un puesto en la plaza. A ella empecé a tratarla después, durante el Covid, cuando era la alcaldesa y nos ofreció espacios del ayuntamiento como clases. Se portó fenomenal y después, en la Filomena, siempre estuvo pendiente».

¿Y era buena estudiante? «Se llevaba fenomenal con la profesora Isabelita, que cuenta que sacaba muy buenas notas y era muy trabajadora. Aún conserva a sus amigas del colegio. Ha participado en el Belén viviente y le hemos dado la beca de honor», responde Labrador, que destaca de la nueva ministra que «se lleva bien con la gente de otros partidos políticos». «De eso va la democracia, de admitir a gente que piensa diferente. Yo políticamente no tengo nada que ver con ella, pero sólo puedo decir cosas buenas. Siempre que la hemos llamado ha estado dispuesta ayudar».

Milagros Tolón es católica reconocida y aficionada a las procesiones de Semana Santa. Tanto ella como sus dos hijos han sido alumnos de la concertada. También José Bono estudió en los jesuitas de Alicante; José María Barreda, en los marianistas de Ciudad Real; la hijas de la ex ministra Isabel Celaá fueron a las Irlandesas de Leioa (Vizcaya), y el propio Pedro Sánchez ha matriculado este curso a una de sus hijas en ESIC, una universidad de los sacerdotes del Sagrado Corazón... Pero la Lomloe, aprobada en 2020 por el Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos, ha asfixiado este modelo educativo en el que estudia el 25% del alumnado español. Y Pilar Alegría se ha marchado sin cumplir su promesa de mejorar la financiación a estos centros porque no quería agraviar a la escuela pública.

«Yo creo que la ministra va a ayudar a la concertada, no nos tiene que hacer guiños, sino tratarnos como a un tipo de educación más. Le pedimos que trabaje por todos, no sólo por los centros públicos», confía la directora. «En Castilla-La Mancha se nos respeta, pero determinados sectores buscan la confrontación con la concertada, cuando pública y concertada son dos modelos complementarios, no excluyentes», recalca.

La nueva ministra, diplomada en Magisterio y antigua formadora de escuelas de adultos, llega al Gobierno en un momento crucial para la concertada, pues tendrá que negociar con las patronales una revisión de las aportaciones públicas a estos centros. Al mismo tiempo, deberá hacer equilibrios para cerrar con los sindicatos de la pública la reforma de la carrera docente, que Alegría ha dejado a medio hacer. Si Tolón se acerca a la concertada sin haber favorecido a la pública, ésta protestará. El estudio de la cuantía del «módulo del concierto», como se conoce el importe de los fondos públicos que se destinan al sostenimiento de los centros privados «para hacer efectiva la gratuidad de estas enseñanzas», es un compromiso recogido en la Lomloe, pero ningún Gobierno de ningún signo político se ha atrevido a ponerlo en marcha.

«Estamos infrafinanciados, lo que nos da la Administración no nos llega para pagar todos los gastos. Los colegios concertados salimos más baratos al Estado que los públicos», dice Labrador. En el caso del Divina Pastora, los edificios antiguos hacen que los gastos sean muy elevados en calefacción y luz. Reciben ayudas públicas para pagar el sueldo de los profesores y otras cuantías, pero tienen un déficit de 100.000 euros anuales que tienen que sacar de dónde pueden. «Las cuotas son voluntarias y las familias deciden qué quieren pagar. Nosotros recomendamos entre 30 y 60 euros trimestrales, pero algunos padres pagan más y otros menos, hay muchas familias que no pagan», señala.

En las afueras del centro histórico de Toledo se encuentra otra escuela, Nuestra Señora de los Infantes, el colegio más antiguo de España, pues es del siglo VI. Se fundó para enseñar al coro de niños cantores que actuaban en las funciones litúrgicas de la catedral, los Seises. Como el Divina Pastora, esta cerrado por vacaciones, pero su director, Ángel Camuñas, se lo enseña a EL MUNDO. No hay alumnos en las aulas, pero un coro formado por antiguos seises practica Noche de Paz en algún lugar del gigantesco edificio.

En este colegio diocesano dependiente de la Archidiócesis de Toledo Milagros Tolón hizo BUP y COU y sus dos hijos estudiaron ESO y Bachillerato. Ella siguió la LGE de 1970 y ellos, la LOE de 1990. «Yo pediría a la ministra que trabaje para un pacto escolar a nivel estatal para que las leyes no cambien tanto cuando cambian los gobiernos. Porque triunfa quien piensa a largo plazo», reflexiona el sacerdote. ¿Alguna petición más? «Que no olvide sus raíces».