Es un lugar común, y en muchos casos lleva razón: en las películas protagonizadas por niños y adolescentes, es fácil encontrarte con actores que ya no cumplen los 20... o incluso los 30. Un fenómeno del que Harry Potter y la cámara secreta (2002) nos ofrece un ejemplo ideal gracias a Shirley Henderson, la actriz que interpretó a Myrtle la Llorona.

Embrujando el lavabo de chicas del colegio Hogwarts, Henderson se ganó un lugar en la historia de la franquicia. Y ahora, gracias a una entrevista en The Independent (vía Variety), sabemos que consiguió ese papel gracias a un proceso rocambolesco. ¿La razón? Que su personaje tenía 14 años, pero ella contaba ya 37.

"Camisa blanca, falda negra y coletas"

"Cuando me dijeron de ir a la audición, yo no sabía quién era Harry Potter", reconoce Henderson, quien por entonces ya había actuado en películas como Trainspotting. "Pero mi hermana, que vivía conmigo, había leído los libros. Aun así, yo no tenía claro que pudiera interpretar a una niña de 14 años porque ya era treintañera".

Aun así, prosigue, su trabajo le cayó en gracia a uno de los directores de casting de la película, quien le dio un valioso consejo: "Sigue adelante, y no menciones tu edad".

"Fui a la audición vestida de colegiala, con camisa blanca, falda negra y coletas, pensando 'esto es ridículo", rememora la actriz. "Hice mi numerito para ellos y me dieron las gracias. Pasaron los meses y pensé que aquello era todo, pero llamaron a mi agente, dijeron que querían verme otra vez y me ofrecieron el papel".

Asimismo, Shirley Henderson reconoce que su papel tenía características que se lo pusieron fácil. "Myrtle es una persona mayor en el cuerpo de una chica joven y, como es un fantasma, está rodeado de una especie de bruma. Nunca se ve mi cara de cerca, así que pudimos salirnos con la nuestra", explica. "Creo que nadie me reconoció".

Tras haber aullado en Harry Potter, Henderson siguió adelante con una prolífica carrera que incluye papeles en María Antonieta, Doctor Who, la saga Bridget Jones y Star Wars: El ascenso de Skywalker, entre muchas otras películas. Ponerse aquella falda le salió rentable, después de todo.