La Policía Nacional ha interrogado a Antonio da Silva, conocido como 'El Portugués', el principal sospechoso de la desaparición de su mujer, Mari Trini Suardíaz, de 25 años, y su bebé de 13 meses. Los agentes se citaron el pasado jueves con el hombre, que reside en una residencia de ancianos de Zamora, con el objetivo de que aportase información sobre su paradero.

La investigación por la desaparición de madre e hija ha dado un giro casi cuatro décadas después. El Juzgado de Instrucción número 4 de Gijón ha reabierto el caso después de que los buzos del GEO encontrasen dos coches sepultados en el fondo de una balsa minera de Berbes, en el municipio asturiano de Ribadesella, y muy cerca del último domicilio donde residió la familia.

Los agentes creen que Da Silva podría haber introducido a su mujer y a su hija en uno de esos coches antes de arrojarlo a un barranco de unos 40 metros de altura. Y esperaban que colaborase, dado que, en caso de que confesase, no ingresaría en prisión porque este posible crimen ya habría prescrito después de tantos años. Sin embargo, el sospechoso "ni confirmó ni desmintió", según La Opinión de Zamora.
Varios episodios de maltrato durante el matrimonio
Mari Trini era natural de Bárana, aunque vivía con su abuela en Lue. A mediados de los 80 conoció a Antonio, un contrabandista portugués 18 años mayor que ella y con antecedentes por violencia de género. Él había estado casado con una mujer, con la que tenía cuatro hijos y que lo había abandonado por las palizas que le daba. Durante su primer matrimonio, adquirió dos propiedades: una casa en Berbes y otra en la localidad leonesa de Matadeón de los Oteros. En 1985 se casó con la asturiana, con la que tuvo una hija, Beatriz.

La relación fue breve, pero tormentosa. Se quedaron a vivir en Lou con la abuela de Mari Trini y, durante ese tiempo, sufrió varios episodios de maltrato. Poco después, se mudaron a Matadeón de los Oteros, donde lanzó una nota por la ventana al patio de los vecinos pidiendo auxilio y explicando que su marido la tenía retenida contra su voluntad. El hombre fue detenido por la Guardia Civil, pero fue puesto en libertad. Pese a las advertencias, Mari Trini volvió con él.

Ese no fue el único episodio que vivió la joven, que regresó a Asturias para vivir con unas monjas. Sin embargo, el marido fue a buscarla y ella accedió a volver con él. La última vez que se vio con vida a la mujer y su hija fue en el verano de 1987, tras una cita judicial en la Audiencia de León por una denuncia de malos tratos. Ambos estaban citados para el 15 de septiembre de ese año, pero ninguno acudió. Desde entonces, nada más se supo de la madre ni de la bebé.
Sin pistas ni pruebas claras durante años
El hermano de Mari Trini denunció la desaparición en 2001, lo que permitió reactivar la investigación. Desde entonces se han desarrollado varias búsquedas. La primera fue en 2016, en la antigua vivienda del matrimonio en Matadeón de los Oteros, sin resultados. Dos años después, se registró la vivienda de Berbes, donde se hallaron maletas con ropa y una carta escrita por Mari Trini en la que pedía a su esposo que no viniese a molestarlas más y "que se curara porque no estaba bien".

Sin embargo, ante la falta de pruebas claras o pistas que llevasen hasta las dos desaparecidas, la investigación se archivó. Ahora, tras el hallazgo de los vehículos, se ha abierto una nueva línea de investigación. La Policía Nacional mantiene bajo vigilancia la laguna de Berbes, donde continúan los trabajos para recuperar los coches y determinar si guardan restos o indicios del caso.