1.248 kilómetros son los que unen Puerto Real con Barcelona si hacemos el viaje bordeando el Mediterráneo a través de la N-340. Es la carretera más larga de España, pero hay una mucho más corta que, sin embargo, llama más la atención. Uniendo dos pueblos de Cuenca y Albacete se encuentra la N-301.
Y con apenas 23 kilómetros se trata de la carretera en línea recta más larga de España. Una que, curiosamente, es extremadamente peligrosa si no conduces con los sentidos a tope.
En un lugar de La-Mancha…
Este singular tramo forma parte de la mencionada N-301 que une Ocaña y Cartagena. Sin embargo, en su fragmento manchego, la carretera tiene la particularidad de ser totalmente recta.
En Xataka
La calle más larga de España mide 19 km y no cruza Madrid ni Barcelona: es fruto de un capricho de la naturaleza
Ni una rotonda, ni una ligera curva: 23 kilómetros de pura recta que ni siquiera tiene una ligera pendiente.
Si no estuviese la circunvalación, esta recta sería aún más aburrida
Une El Provencio en Cuenca y Minaya en Albacete, y ahí es donde debemos dejar de medir. Si no existiera la circunvalación, estaríamos hablando de una recta de 39 kilómetros hasta La Roda.
Esa zona en la que coinciden Cuenca, Ciudad Real y Albacete concentra varios tramos que son rectas tan aburridas como largas. Las carreteras de Tomelloso, La Solana y Socuéllamos suelen tener estas características.
Desde Socuéllamos, una de 20 km
Y luego hay algunas que no son líneas rectas perfectas, pero que también parecen trazadas como tarea de dibujo técnico en secundaria.
Villacañas y sus 21 kilómetros
Ahora bien, La Mancha no es la única con carreteras de este estilo. En León también encontramos algunos tramos de órgano, como la zona del Páramo y Tierra de Campos.
17 kilómetros
En Zaragoza tenemos la A-222 con una recta de 17 kilómetros entre Belchite y Mediana de Aragón. Y en Aragón otros casi 20 kilómetros de la A-68 entre La Almunia de Doña Godina con Cariñena.
Esta es más regulera, pero 20 km
Un peligro.
Y si decíamos antes que esos 23 kilómetros son peligrosos si no conducimos completamente despejados es porque la monotonía se puede apoderar de nosotros. A pesar de que las rectas pueden parecer más seguras debido a que no tenemos curvas y la visibilidad suele ser muy buena, la falta de estímulos y la repetitividad del paisaje tienen una serie de peligros asociados.
Por ejemplo:
Esa monotonía puede hacer que seamos menos receptivos al aumentar la somnolencia. Esto afecta al nivel de alerta del conductor y aumenta el tiempo de respuesta ante imprevistos. Que se cruce un animal, por ejemplo.Como es un trayecto aburrido, puede que esa falta de cambios haga que entremos en una especie de piloto automático. Es algo que puede hacer que nuestra atención se desvíe a otros elementos que pueden ser de la carretera, del coche, el móvil o hasta nuestros propios pensamientos, sin ser plenamente conscientes de lo que ocurre.Y, además, las rectas prolongadas también pueden incitar a que corramos más de forma inconsciente.
En Xataka
España tiene decenas de carreteras singulares abandonadas. Ahora quiere salvarlas convirtiéndolas en "carreteras históricas"
Estos son los peligros que están ahí, independientemente de las condiciones del día, pero si hay poco tráfico se acentúa esa sensación de “no pasa nada”. Y si además es de noche, a la ‘hipnosis de la carretera’ se añade otro riesgo: la falta de visibilidad.
Al final, la forma de conducir en estas carreteras largas y aburridas es como deberíamos hacerlo siempre, con todos los sentidos puestos en el trazado y siguiendo las recomendaciones básicas de descansos, ventilación del coche para no ‘embotarnos’ y cambiando de conductor si es posible.
Un palillo de dientes al lado de la Highway 10
Esos 23 kilómetros de la N-301 son llamativos, ya que pasaremos unos buenos minutos “atrapados” en la monotonía del trayecto, pero la llanura manchega palidece si la comparamos con una Estados Unidos que acumula gran parte de las carreteras en línea recta del mundo (lógico si tenemos en cuenta que sus calles se trazaron con escuadra y cartabón), una Australia con un desierto inabarcable o Arabia Saudí.
La Highway 10 saudí se extiende a lo largo de 1.480 kilómetros de aburridísima recta en pleno desierto. Se construyó como vía privada para uso y disfrute del rey Fahd, pero ahora es pública y se ha convertido en una arteria fundamental para el transporte entre el oeste de Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos.
Atraviesa el Rub’ al Khali, el considerado como el desierto de arena más grande del mundo y no hay absolutamente… nada. Ni árboles, ni accidentes geográficos ni una mísera curva que dé algo de emoción al viaje. Sólo desierto, un horizonte infinito y un enorme tráfico de camiones que van entre las ciudades y a un lado y otro de la frontera.
Es el máximo exponente de la resistencia para un conductor que tendrá que lidiar con una ‘hipnosis de la carretera’ elevada a la máxima potencia, con un tráfico que es pesado en algunos puntos y con la amenaza ocasional de camellos que cruzan en su territorio.
En Xataka
Si guardabas alguna esperanza de que la DGT retrasara la implementación de la V-16, la DGT te trae malas noticias
Y, conscientes de esto, el Ministerio de Transporte y Logística saudí dotó a la carretera de numerosas señales que incidan la dirección, otras de advertencia, barreras y marcas reflectantes en el pavimento que son cruciales si se atraviesa el tramo cuando cae el Sol.
Alguna vez he cruzado esos 23 kilómetros de la llanura manchega y me resultaron aburridísimos. No quiero imaginar ser un camionero que tenga que comerse los casi 1.500 de la Highway 10.
En Xataka | En 1920, una señora pintó una línea blanca de un kilómetro y medio en una carretera de California. Estaba a punto de revolucionar la seguridad vial
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La noticia
La carretera más recta de España se encuentra en un lugar de cuyo nombre no quiero acordarme: entre El Provencio y La Roda
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alejandro Alcolea
.
La carretera más recta de España se encuentra en un lugar de cuyo nombre no quiero acordarme: entre El Provencio y La Roda
Más allá de la curiosidad de la carretera más larga de España, tenemos casos de vías rectas que son extremadamente aburridas... y peligrosas
1.248 kilómetros son los que unen Puerto Real con Barcelona si hacemos el viaje bordeando el Mediterráneo a través de la N-340. Es la carretera más larga de España, pero hay una mucho más corta que, sin embargo, llama más la atención. Uniendo dos pueblos de Cuenca y Albacete se encuentra la N-301.
Y con apenas 23 kilómetros se trata de la carretera en línea recta más larga de España. Una que, curiosamente, es extremadamente peligrosa si no conduces con los sentidos a tope.
En un lugar de La-Mancha…
Este singular tramo forma parte de la mencionada N-301 que une Ocaña y Cartagena. Sin embargo, en su fragmento manchego, la carretera tiene la particularidad de ser totalmente recta.
Ni una rotonda, ni una ligera curva: 23 kilómetros de pura recta que ni siquiera tiene una ligera pendiente.
Si no estuviese la circunvalación, esta recta sería aún más aburrida
Une El Provencio en Cuenca y Minaya en Albacete, y ahí es donde debemos dejar de medir. Si no existiera la circunvalación, estaríamos hablando de una recta de 39 kilómetros hasta La Roda.
Esa zona en la que coinciden Cuenca, Ciudad Real y Albacete concentra varios tramos que son rectas tan aburridas como largas. Las carreteras de Tomelloso, La Solana y Socuéllamos suelen tener estas características.
Desde Socuéllamos, una de 20 km
Y luego hay algunas que no son líneas rectas perfectas, pero que también parecen trazadas como tarea de dibujo técnico en secundaria.
Villacañas y sus 21 kilómetros
Ahora bien, La Mancha no es la única con carreteras de este estilo. En León también encontramos algunos tramos de órgano, como la zona del Páramo y Tierra de Campos.
17 kilómetros
En Zaragoza tenemos la A-222 con una recta de 17 kilómetros entre Belchite y Mediana de Aragón. Y en Aragón otros casi 20 kilómetros de la A-68 entre La Almunia de Doña Godina con Cariñena.
Esta es más regulera, pero 20 km
Un peligro.
Y si decíamos antes que esos 23 kilómetros son peligrosos si no conducimos completamente despejados es porque la monotonía se puede apoderar de nosotros. A pesar de que las rectas pueden parecer más seguras debido a que no tenemos curvas y la visibilidad suele ser muy buena, la falta de estímulos y la repetitividad del paisaje tienen una serie de peligros asociados.
Por ejemplo:
Esa monotonía puede hacer que seamos menos receptivos al aumentar la somnolencia. Esto afecta al nivel de alerta del conductor y aumenta el tiempo de respuesta ante imprevistos. Que se cruce un animal, por ejemplo.
Como es un trayecto aburrido, puede que esa falta de cambios haga que entremos en una especie de piloto automático. Es algo que puede hacer que nuestra atención se desvíe a otros elementos que pueden ser de la carretera, del coche, el móvil o hasta nuestros propios pensamientos, sin ser plenamente conscientes de lo que ocurre.
Y, además, las rectas prolongadas también pueden incitar a que corramos más de forma inconsciente.
Estos son los peligros que están ahí, independientemente de las condiciones del día, pero si hay poco tráfico se acentúa esa sensación de “no pasa nada”. Y si además es de noche, a la ‘hipnosis de la carretera’ se añade otro riesgo: la falta de visibilidad.
Al final, la forma de conducir en estas carreteras largas y aburridas es como deberíamos hacerlo siempre, con todos los sentidos puestos en el trazado y siguiendo las recomendaciones básicas de descansos, ventilación del coche para no ‘embotarnos’ y cambiando de conductor si es posible.
Un palillo de dientes al lado de la Highway 10
Esos 23 kilómetros de la N-301 son llamativos, ya que pasaremos unos buenos minutos “atrapados” en la monotonía del trayecto, pero la llanura manchega palidece si la comparamos con una Estados Unidos que acumula gran parte de las carreteras en línea recta del mundo (lógico si tenemos en cuenta que sus calles se trazaron con escuadra y cartabón), una Australia con un desierto inabarcable o Arabia Saudí.
La Highway 10 saudí se extiende a lo largo de 1.480 kilómetros de aburridísima recta en pleno desierto. Se construyó como vía privada para uso y disfrute del rey Fahd, pero ahora es pública y se ha convertido en una arteria fundamental para el transporte entre el oeste de Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos.
Atraviesa el Rub’ al Khali, el considerado como el desierto de arena más grande del mundo y no hay absolutamente… nada. Ni árboles, ni accidentes geográficos ni una mísera curva que dé algo de emoción al viaje. Sólo desierto, un horizonte infinito y un enorme tráfico de camiones que van entre las ciudades y a un lado y otro de la frontera.
Es el máximo exponente de la resistencia para un conductor que tendrá que lidiar con una ‘hipnosis de la carretera’ elevada a la máxima potencia, con un tráfico que es pesado en algunos puntos y con la amenaza ocasional de camellos que cruzan en su territorio.
Y, conscientes de esto, el Ministerio de Transporte y Logística saudí dotó a la carretera de numerosas señales que incidan la dirección, otras de advertencia, barreras y marcas reflectantes en el pavimento que son cruciales si se atraviesa el tramo cuando cae el Sol.
Alguna vez he cruzado esos 23 kilómetros de la llanura manchega y me resultaron aburridísimos. No quiero imaginar ser un camionero que tenga que comerse los casi 1.500 de la Highway 10.