La integración de Leire Díez en el PSOE era tan plena que el partido le confiaba actos en Ferraz como escenario y en los que participaban primeras espadas de los socialistas. Así sucedió con las jornadas feministas organizadas en la sede del PSOE el 24 de noviembre de 2020, un día antes del día para la erradicación de la violencia machista. La que es considerada como fontanera de Ferraz actuó como moderadora en una charla junto a la entonces presidenta del Senado, Pilar Llop, quien posteriormente sería ministra de Justicia. En el acto también estuvo la entonces secretaria de Igualdad, Carmen Calvo, según el documento gráfico al que ha tenido acceso EL MUNDO.
La consolidación de la influencia de Díez es coincidente con la etapa en la que, según la Guardia Civil, ya usaba el cargo público en el que estaba colocada para, presuntamente, hacer negocios personales junto al ex presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), Vicente Guerrero, y el socio de Santos Cerdán, Antxon Alonso. Los tres están imputados por amañar contrataciones públicas a cambio de supuestas mordidas.
El día en el que se realizó la mesa, la fontanera de Ferraz ejercía como directora de comunicación de la Empresa Nacional del Uranio SA (ENUSA), sociedad pública que depende la SEPI. En ese cargo permaneció desde 2018 -la aupó Pedro Sánchez anda más llegar a la presidencia del Gobierno- hasta finales de 2021, cuando dio el salto a Correos.
En las jornadas, tituladas Escuela de pensamiento feminista Elena Arnedo: Contra la violencia machista, Leire Díez se dirige con familiaridad a Llop en los veinte minutos que dura la mesa la segunda del encuentro. El hecho de que el PSOE encomendara a Calvo el papel de moderadora en la primera charla y de que en la posterior se lo confiara a Leire Díez resulta muy ilustrativo sobre el grado de fusión entre la fontanera y el partido socialista.
«Vamos a hablar de cómo podemos reformular la democracia con el feminismo», arranca ante Pilar Llop antes de cederle la palabra a la entonces presidenta del Senado, con la que interactúa en varias ocasiones a lo largo de la intervención. Su participación en estas jornadas de igualdad refuerza, una vez más, que la ex militante socialista no se limitó únicamente a intentar torpedear las investigaciones que afectaban al entorno más íntimo de Pedro Sánchez, sino que era una persona con entidad propia dentro del PSOE.
La investigación de la Unidad Central Opertaiva (UCO) de la Guardia Civil le atribuye, junto a Guerrero y Alonso, la construcción de una trama aprovechando su sillón en las instituciones públicas y, así, los tres gestionaron el rescate de una empresa pública vasca a cambio de comisiones e inversiones en Marbella y Jaca.
El grupo, autodenominado Hiruko (los tres en euskera) operó, según el auto del juez de la Audiencia NacionalAntonio Piña, «al menos en el periodo comprendido entre los años 2021 y 2023, así como su proyección alcanzando a varias Administraciones públicas». «En el contexto de su actividad, se ha podido acreditar que los investigados habrían adoptado medidas de seguridad para garantizar la más estricta discreción y confidencialidad de sus actuaciones», argumentaba el magistrado que comanda las diligencias. Tal como apunta la investigación dirigida por la Audiencia Nacional, Vicente Fernández pudo seguir capitaneando el entramado corrupto cuando ya estaba fuera de la SEPI. Permaneció en el cargo desde el 23 de junio de 2018 hasta el 4 de octubre de 2019 porque tuvo que salir de manera precipitada después de ser imputado en una causa de corrupción relacionada con la mina sevillana de Aznalcóllar, de la que fue absuelto la semana pasada.
Fernández está considerado como un hombre de la máxima confianza de la vicepresidenta del Gobierno María Jesús Montero.