Hoy, el boleto ya no es un papel ni un archivo estático. “El formato de los boletos ya no es físico ni impreso: es boleto digital, vive en un mobile web o en una aplicación”. Ese cambio es la base de SafeTix, el sistema de boletaje dinámico que Ticketmaster implementó como estándar.
SafeTix no es un PDF ni una imagen que pueda reenviarse. Es un boleto con un código dinámico que cambia constantemente. “Es un boleto que tiene un código de barras que cambia cada 15 segundos, eso hace que no se permitan screenshots ni videos —explica Arroyo— es el estándar más alto global de seguridad del boleto que puede tener un boleto”.
TikTok y Spotify, que permite pasar del clip o la canción al boleto sin salir del entorno donde nació el interés. “Si estás viendo un evento en TikTok o escuchando a un artista en Spotify, la plataforma puede llevarte directamente a comprar boletos”, dice Ana Maria Arroyo. El cambio responde a una tendencia clara: los conciertos se planean cada vez más desde el consumo cotidiano de música y redes, mucho antes de pensar en el acceso al recinto.También cambió la forma de compartir boletos. La transferencia de boletos dejó de ser un simple reenvío para convertirse en un cambio controlado de titularidad. “La transferencia nos da trazabilidad: sabemos qué está pasando con ese boleto y en qué cuenta vive”. El boleto se desactiva en una cuenta y se activa en otra, sin duplicarse.
Recibe en tu correo lo más relevante sobre innovación e inteligencia artificial con el newsletter de WIRED en español.ArrowUn momento decisivo
Todo este rediseño se puso a prueba en el escenario más exigente posible: los conciertos de Bad Bunny en México. “Hoy tenemos al mismo artista, ya no con dos fechas sino con ocho fechas, con alrededor de medio millón de boletos distribuidos y más de tres millones de personas en filas”, señala Arroyo. La escala no se presentó como un logro en sí mismo, sino como la validación de que el sistema podía sostener la presión.
Los conciertos de Bad Bunny en México fueron un éxito. Y ocurrieron sin incidentes relevantes de boletaje o acceso. “No es tecnología por tecnología; todo esto estuvo diseñado para que la experiencia del fan fuera lo más fluida posible”, resume Arroyo.
En 2022, miles de personas se quedaron afuera con un boleto en la mano. En 2025, entrar volvió a ser parte natural del concierto. A veces, eso es todo lo que la tecnología tiene que lograr.