La Junta ha lanzado una nueva campaña de promoción turística: "El Trato Andaluz"
Su objetivo: conseguir "un contrato de convivencia entre el andaluz y el visitante"
Carlos Prego
Editor - MagnetCarlos Prego
Editor - Magnet Linkedintwitter2934 publicaciones de Carlos PregoQue el turismo es un negocio millonario no tiene mucha discusión. Que es un sector sensible en el que resulta terriblemente fácil morir de éxito, tampoco. Lo estamos viendo en Japón, donde la avalancha de extranjeros está alentando una creciente turismofobia que ya permea la esfera política. En España la situación es algo distinta, pero el récord de viajeros está alentando también manifestaciones contra la masificación, algunas tan mediáticas como la que acabó con vecinos de Barcelona disparando con pistolas de agua a los veraneantes de las terrazas.
En Andalucía han decidido atajar el problema de raíz.
"El Trato Andaluz". La Junta de Andalucía acaba de lanzar una campaña turística, "El Trato Andaluz". El encargado de presentarla fue el consejero del ramo, Arturo Bernal, quien desgranó sus claves ante representantes del sector y medios de comunicación. Hasta ahí excepcional. Lo curioso es que en este caso la campaña no busca captar más visitantes o abrir nuevos mercados. Su objetivo es dar ciertas pautas a los turistas y "sensibilizar" sobre el sector. En palabras de Bernal, establecer "un contrato de convivencia entre el andaluz y el visitante".
En XatakaMercadona ha encontrado un filón para crecer más allá de su marca blanca y la comida preparada: el turismo¿Qué significa eso? Que el Gobierno andaluz quiere limar cualquier atisbo de turismofobia e insistir en la importancia de que lugareños y turistas "convivan" en un mismo territorio. El comunicado lanzado por la Junta deja pocas dudas al respecto: aunque no es excesivamente largo, esa palabra ("convivencia") se repiten una y otra vez junto a otras como "respeto" o "responsabilidad".
De ahí que durante su presentación del martes Bernal pidiera a sus coterráneos que se sumen al "Trato Andaluz" para conseguir "un turismo que refleje lo mejor de nuestra tierra y proyecte un futuro de oportunidades para todos". También habló de "turismo responsable" e incluso de convertir a la comunidad en "un ejemplo de cómo un territorio puede recibir al mundo sin perder su esencia".
De la teoría, a la práctica. La intención de la Junta es desplegar la campaña por medios de comunicación y "soportes novedosos" (no concreta cuáles) que permitan llevarla a los visitantes en los puntos más concurridos de la región.
Su pieza clave es un vídeo de dos minutos en el que se anima a los turistas a apostar por los negocios y productos locales, conocer la región más allá de sus grandes ciudades o respetar el descanso de los lugareños y su derecho a disfrutar de espacios como las playas. En total el pacto se articula en ocho puntos, entre los que se incluye uno que pide a los turistas que usen el agua con responsabilidad.
Click en la imagen para ir al tweet.Turismo: cara A y B. No es casualidad que la Junta de Andalucía lance una campaña con ese enfoque ahora, justo cuando España registra un flujo récord de turistas extranjeros y aspira a convertirse en el país más visitado del planeta, por delante incluso de Francia. El problema es que a medida que crece la afluencia de turistas lo hace también la tensión que ejerce en el comercio, transporte o (sobre todo) la vivienda, donde está alentado la aparición de alquileres vacacionales.
Una palabra: turismofobia. El resultado de esa tensión es un sentimiento de rechazo hacia el turismo masivo, un fenómeno que la Junta conoce bien. En 2023 publicó un informe en el que ya reconocía que, si bien la mayoría de los andaluces coinciden en que el turismo es un motor económico, el sector debe pensar cómo quiere crecer en el futuro. "La excesiva afluencia, en especial de los visitantes más disruptivos, provoca problemas de convivencia, ruido, suciedad e incidentes".
El informe va más allá y deja botando dos advertencias. Primero, el riesgo de que la avalancha de turistas sature infraestructuras y recursos municipales. Segundo, que un exceso de visitantes puede acabar degradando la calidad del destino. No es nada nuevo. Sobre un riesgo similar advertía hace no mucho un estudio del Ayuntamiento de Málaga y de hecho hay guías que ya están desaconsejando visitar ciertos destinos saturados de España, como Mallorca o Barcelona.
Más allá del papel. Más allá de los informes, las tensiones generadas por el turismo masivo se aprecian también en las calles. A lo largo de los últimos meses ciudades como Málaga, Sevilla, Palma, San Sebastián o Barcelona han registrado manifestaciones de vecinos que claman contra la saturación de sus ciudades y el efecto que esta tiene (sobre todo) en el mercado del alquiler residencial.
De todas, quizás la más mediática es la que se celebró el año pasado en la Ciudad Condal, donde un grupo de vecinos disparó con pistolas de agua a los turistas que se encontraba por la calle, una imagen captada por medios de todo el mundo.
En juego hay miles de millones de euros. Según los datos que maneja el Ministerio de Industria y Turismo, solo durante los diez primeros meses del año los visitantes internacionales se han gastado en España más de 118.000 millones de euros, un 7% más que en 2024. Si hablamos de Andalucía, durante el mismo período la comunidad recibió un récord de 12,9 millones de turistas extranjeros que acumularon un gasto de aproximadamente 18.000 millones de euros.
Imágenes | Chris Boland (Unsplash)