Hay noches que solo suceden una vez en la vida. Algo así sucederá muy pronto, cuando el cielo convoque uno de esos fenómenos que desbordan cualquier rutina y obligan incluso a los más escépticos a mirar hacia arriba. Será un instante en el que la Luna, convertida en auténtico faro del firmamento, irrumpa con una intensidad pocas veces vista, transformando la noche en un escenario casi cinematográfico. Un acontecimiento excepcional que, por su rareza y magnitud, ya se anticipa como uno de los grandes titulares astronómicos del año.
Se trata de una superluna, un fenómeno que ocurre cuando la Luna llena coincide con su punto más cercano a la Tierra en su órbita, el perigeo, lo que hace que se vea más grande y brillante de lo habitual. Este 2025 ha sido especialmente extraordinario para los amantes del cielo, con tres superlunas consecutivas entre agosto y noviembre, un hecho poco habitual que ha capturado la atención de astrónomos y aficionados. En esas noches, nuestro satélite natural no solo impresionaba por su tamaño y luminosidad, sino que también imponía su presencia en el horizonte de una manera que cautivaba a cualquiera que levantara la mirada.
¿Cuándo será la superluna?
Sin embargo, la Luna Fría de diciembre se llevará todos los honores: el jueves 4 de diciembre, a las 8:07, alcanzará su perigeo con un diámetro aparente de 33,46 minutos de arco y una distancia de apenas 356.000 kilómetros, convirtiéndose en la más próxima y brillante de todas las superlunas de este año.
ste espectáculo celestial tendrá lugar la noche del 4 al 5 de diciembre, cuando la Luna alcanzará su plenitud justo en el perigeo, mostrando su máximo tamaño y luminosidad. Por su combinación de factores, este fenómeno no se repetirá hasta 2042.
¿Por qué será tan especial?
Su cercanía a la Tierra hará que su diámetro aparente sea hasta un 8 % mayor de lo habitual, mientras que su brillo aumentará aproximadamente un 15 %, iluminando paisajes, ciudades y mares con un resplandor más intenso de lo que solemos ver en noches normales.
Además, al elevarse sobre árboles, montañas o edificaciones, creará la famosa 'ilusión lunar', haciendo que parezca aún más gigantesca y cercana de lo que realmente es. Los astrónomos destacan que, aunque el efecto visual es impresionante, no representa ningún cambio físico en la Luna: todo se debe a la combinación de distancia, posición y perspectiva desde la Tierra.
Se trata de una superluna, un fenómeno que ocurre cuando la Luna llena coincide con su punto más cercano a la Tierra en su órbita, el perigeo, lo que hace que se vea más grande y brillante de lo habitual. Este 2025 ha sido especialmente extraordinario para los amantes del cielo, con tres superlunas consecutivas entre agosto y noviembre, un hecho poco habitual que ha capturado la atención de astrónomos y aficionados. En esas noches, nuestro satélite natural no solo impresionaba por su tamaño y luminosidad, sino que también imponía su presencia en el horizonte de una manera que cautivaba a cualquiera que levantara la mirada.
¿Cuándo será la superluna?
Sin embargo, la Luna Fría de diciembre se llevará todos los honores: el jueves 4 de diciembre, a las 8:07, alcanzará su perigeo con un diámetro aparente de 33,46 minutos de arco y una distancia de apenas 356.000 kilómetros, convirtiéndose en la más próxima y brillante de todas las superlunas de este año.
ste espectáculo celestial tendrá lugar la noche del 4 al 5 de diciembre, cuando la Luna alcanzará su plenitud justo en el perigeo, mostrando su máximo tamaño y luminosidad. Por su combinación de factores, este fenómeno no se repetirá hasta 2042.
¿Por qué será tan especial?
Su cercanía a la Tierra hará que su diámetro aparente sea hasta un 8 % mayor de lo habitual, mientras que su brillo aumentará aproximadamente un 15 %, iluminando paisajes, ciudades y mares con un resplandor más intenso de lo que solemos ver en noches normales.
Además, al elevarse sobre árboles, montañas o edificaciones, creará la famosa 'ilusión lunar', haciendo que parezca aún más gigantesca y cercana de lo que realmente es. Los astrónomos destacan que, aunque el efecto visual es impresionante, no representa ningún cambio físico en la Luna: todo se debe a la combinación de distancia, posición y perspectiva desde la Tierra.