BALANCE de 2025
Los diez mejores discos nacionales de 2025, según los críticos de ABCDISCOS NACIONALES
Las grandes estrellas se mezclan con músicos llegados del más absoluto 'underground' y con las barreras estilísticas cada vez más difunidas
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Iniciar sesión 26/12/2025Actualizado a las 13:10h. Compartir
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Número Importe ComprobarUn año más, la tradición manda y los críticos de ABC han elegido los que, en su opinión y mediante la pertinente votación –democracia hasta en el pop y el folclore–, han sido los diez mejores diez discos nacionales de 2025. En la elaboración de ... esta clasificación han participado Fernando Pérez, Israel Viana, Fernando Rojo, Javier Villuendas, María Alcaraz, María Carbajo, Luigi Gómez, Carlos G. Fernández, Jesús Lillo, Juan Roig, Nacho Serrano y Andrés Castaño.
«Es una catedral del pop levantada con respeto por la música y sus oyentes»
Discográfica: Sony
Por Nacho Serrano
«Será un disco de rock pero con la grandeza de la ópera y la música clásica. ¡Quiero combinar estilos, mezclar idiomas!». ¿Les suena la frase? Es lo que dijo Freddie Mercury hace cincuenta años a los ejecutivos de su discográfica al explicarles lo que iba a hacer en el nuevo disco de Queen. Si cambiamos «rock» por «pop», tenemos lo que ha hecho Rosalía exactamente medio siglo después. 'Lux' no es su 'A Night at the Opera' ni 'Berghain' su 'Bohemian Rhapsody', pero en cierta manera ambos artistas instrumentalizan sendas obras para salir de un armario (él para abrazar la homosexualidad y ella el volcel), y la analogía sirve bastante bien para explicar las pretensiones de la artista catalana con su cuarto trabajo de estudio. Y… sí. El resultado es impresionante. Una catedral de popera levantada y ornamentada con respeto por una misma, por la música y por quien la escucha. El nuevo álbum ha roto con lo latino de la misma contundente forma con que ella rompió con Rauw Alejandro en pos de un europeísmo que volverá loco a Loquillo. En cuanto a textos, sin embargo, es el trabajo más global de la historia reciente al mezclar catorce idiomas, incluído uno que el mundo ha pasado por alto: el caló.
Los Estanques y El Canijo de Jerez
2. 'Lágrimas de plomo fundido'
«Colaboración entre dos mundos distintos que es un cañonazo experimental»
Discográfica: El Volcán Música
Por María Carbajo
No sé qué le ha dado ahora a todo el mundo por empezar los discos con intros místicas y rarísimas que casi disuaden al que le da al play, pero, háganme caso, esta merece la pena oírla aunque sólo sea por la transición con la canción que le sucede. A partir de esa pista 2 ('El murmullo de los perros') arranca el que por justicia debería ser uno de los álbumes del año. Esta colaboración profunda entre dos, a priori, mundos tan distintos resulta un cañonazo en experimentación y en calidad musical. Vale, si no comulgas con el flamenquito canalla de El Canijo quizá pueda echarte para atrás por momentos, pero su fusión rockera (con ecos psicodélicos y trazas sinfónicas que a veces parecen un Triana feat. Jeff Lyne) te va a volar la cabeza si te paras a apreciar un disco tan, tan, tan trabajado como este. Así que dale una oportunidad aunque una guitarra española o unas palmas te den alergia, porque te quedarás 'picuet' con todo lo que hay debajo de las voces. Quizá no te guste, ok, pero, ¿a que es cojonudo? Hasta 'Luna, tú me llevas', que bien podría ser la mítica cabra de los barrios obreros llevada a su versión de lujo, te deja enganchado con sus giros, armonías, coros, guitarras... Una gratísima sorpresa que confirma que Los Estanques no sólo saben lo que quieren sino que tienen talento para conseguirlo. Rizar el rizo después de su éxito con Anni B. Sweet era difícil; sin embargo, lo que tenía aquel 'Burbuja' de bueno pero plúmbeo (me van a perdonar), lo tiene este de buenísimo y vibrante. (Ni caso a la última, a modo outro, que parece un cameo con los Warren exorcizando a Anabel). Una maravilla.
Rachid
3. 'El Ghorba'
«Producido por David Rodríguez, expira una brisa entre Serrat y Cohen»
Discográfica: Discos Centeneros
Por Javier Villuendas
En esta época de plástico, estulticia, marketing 'vilestructurado' y logorrea, hay refugios, también inmateriales, que te pueden situar en balcones de reposo y encuentro interior, como este disco de Rachid B, 'Al Ghorba', que significa «sentimiento absorbente de alienación, extrañeza y profunda nostalgia». El cantautor ¿árabe? nos surte de canciones morosas que te mecen como oleaje sonoro entre arreglos cálidos de guitarra española o de arquitectura electrónica, con la exquisita producción del consagrado David Rodríguez, en un álbum de evocadora melancolía y que expira brisa del mar entre Serrat, Franco Battiato, Leonard Cohen o incluso levemente un Bill Callahan o Bob Dylan (en 'Sadekki es más Dylan que Dylan, aunque molando (siempre mola molar) lo que más mola es cuando es más Rachid B). Propongo un plan de finde simpar: cojan un autobús de la EMT ya que hay menos tráfico y háganse con una ventana a codazos a ancianas si hiciera falta. Y pínchese en el bandcamp este 'Al Ghorba' mientras surcan los ríos de asfalto destino a la serenidad interior transitoria y numinosa. Sí se puede (por solo 1,5 euros sin trasbordo).
Rusowsky
4. 'DAISY'
«Una mezcla perfecta que refleja por qué lleva años decidiendo qué oímos hoy»
Discográfica: Rusia IDK
Por María Alcaraz
El vallisoletano rusowsky lleva años escondido en las grietas que quedan entre unas canciones y otras. Parte del colectivo Rusia-IDK, en el que explora con otros como mori o Ralphie Choo, el productor y músico ha conseguido agrupar en 'DAISY', su primer disco, todos esos sonidos que lleva años retorciendo y haciendo y deshaciendo a su gusto como productor, en singles y con colaboraciones estrechas con algunas de las supernovas de su movida. 'DAISY' es como un cóctel molotov, en el mejor sentido en el que se pueda entender esto. Una mezcla perfecta, que parece aleatoria, pero está perfectamente medida, y que refleja el por qué rusowsky desde las sombras figuradas, junto a su colectivo, lleva unos años marcando el paso y decidiendo qué es lo que escuchamos ahora mismo. Aunque el largo es bastante sólido, destaca en pistas como 'malibU'; o 'LIAR?', en la que hace una rocambolesca colaboración con Kevin Abstract; o 'sukkKK!', la casi más rocambolesca colaboración con la Zowi en la que hace una especie de sampleo con 'Papi Chulo' y simplemente es impresionante. También samplea en una pista una canción de Las Ketchup, 'Kusha Las Payas', por cierto. Que es una canción de 2002 pero rusowsky hace que suene como la música del futuro. Y creo que eso resume este elepé: es la música del futuro, a lo que influenciará a los megadolones de la industria en unos años.
Lorena Álvarez
5. 'El poder sobre una misma'
«Tienen esa rara capacidad de alcanzar el pellizco emocional sin pedantería»
Discográfica: Montgrí
Por Israel Viana y Fernando Pérez
En el tiempo transcurrido entre aquellos «abrazos que me aplastaron los brazos» y este «amor que crece y todo alrededor desaparece», Lorena ha dejado, por fin, entrar un poco de luz en su música. Y en su vida. Es un disco de exploración interior en busca de algo parecido a la paz, consigo misma y con el mundo. Un tránsito «de vagabunda a peregrina» para molturar y exorcizar las decepciones y espantar los malos pensamientos. Hay un aroma casi espiritual en unas canciones personalísimas y universales al tiempo, volviendo a hacer en lo musical lo que le da la gana. Fue una sorpresa y una alegría escuchar aquel primer sencillo quijosteco e irradiable de más de siete minutos en el que lucha contra sus molinos y sus miedos, pero esta vez con la sonrisa del que ve la luz al final del túnel. «Canta a través de mí», repite ella a modo de plegaria y todo se llena de luz. Y las letras son buenísimas... tienen esa rara capacidad de alcanzar el pellizco emocional con un lenguaje muy sencillo, sin pedantería ni afectación, con ese efecto de identificación instantánea que despiertan, por ejemplos, los textos de J.
Rocío Márquez
6. 'Himno vertical'
«Se une al guitarrista Pedro Rojas Ogáyar para traernos una (otra) obra maestra»
Discográfica: Delirioyromero
Por Israel Viana
Hay estrofas de Roberto Juarroz, el poeta argentino en el que se inspira esta vez Rocío Márquez, que resumen a la perfección no solo su último disco, sino toda su carrera: «Cuando se ha puesto una vez el pie del otro lado / y se puede, sin embargo, volver, / ya nunca más se pisará como antes». Eso le ocurre a la cantaora onubense desde que realizó su homenaje al gran Pepe Marchena, en 2014, junto a Raül Refree. Ya no hubo vuelta atrás, por suerte para los amantes del flamenco y de los que no lo son tanto. Tras colaborar con otros artistas del extrarradio como Fahmi Alqhai y Bronquio, Márquez se une ahora al guitarrista clásico y experimental Pedro Rojas Ogáyar para regalarnos una (otra) pequeña obra maestra nacida de la absoluta improvisación entre ambos músicos, con piezas en su origen de treinta y pico minutos. Sin embargo, no hay atisbo de postureo, como ocurre en otras aventuras recientes del cante. A pesar de tener un pié en los fandangos, las seguiriyas y las soleás y el otro en los interludios y las oberturas de la música clásica, 'Himno vertical' transcurre con naturalidad, en perfecto equilibrio con el presente, como si La Niña de los Peines resucitara en el siglo XXI y nadie se extrañase. El mayor don de Rocío Márquez es que lo experimental suene a tradición... y eso emociona mucho.
Rufus T. Firefly
7. 'Todas las cosas buenas'
«Más melódico y pop, es un disco al que no le sobran luces brillantes»
Discográfica: Lago naranja
Por Luigi Gómez Cerezo
El nuevo trabajo de la banda de psicodelia y alt rock capitaneada por Víctor Cabezuelo y Julia Martín-Maestro abre con un tema genial, de verdad: 'Canción de paz' es uno de esos temas para el recuerdo. Fue el primero de los sencillos y nos puso los dientes 'kilométricos' a todos. Este pasado viernes llegó el disco completo y aunque el nivel es siempre muy superior a lo que nos tiene acostumbrados esta dimensión espacio-tiempo que nos ha tocado vivir, no alcanza el de esa primera canción (seamos sinceros, también era mucho pedir). Dicho esto, es un disco al que no le sobran luces brillantes ('El principio de todo', 'Todas las cosas buenas' o 'Lumbre'). Es más amable que su predecesor, más melódico y pop aunque también tiene sus enrosques ratoneros ('Trueno azul', 'Dron sobrevolando Castilla-La Mancha' o 'Ceci N'est Pas Une Pipe'). Estás dos últimas abren nuevos paisajes sonoros para los de Aranjuez, un new wave arpegiado y electrónico del que celebramos el atrevimiento aunque por momentos dudamos de su encaje en el conjunto. La increíble Julia, —la Bonham española— (para muestra, el break empastillado de la segunda canción) se anima a cantar en dos temas, acierta, convence y suma a que se respire un halo de distensión y camaradería en el grupo. La producción, no podía ser de otra manera, es exquisita y sirve de bello envoltorio de azotes emocionales como los de 'Premio de la música independiente' que te obligan una y otra vez a pulsar el botón de ∞.
Sílvia Pérez Cruz y Salvador Sobral
8. 'Sílvia & Salvador'
«La química de los dos es palpable, dos amigos que se desternillan y juegan»
Discográfica: Warner
Por Luigi Gómez
Las bandas —que son la representación carnal de la Música, esa gran diosa indómita— siempre se han debatido en esa balanza que a un extremo tiene, en efecto: a la música, y al otro: al 'El rollito'. Con unos ejemplos se va a entender mucho mejor: The Beatles (70% música / 30% rollito), The Rolling Stones (40 / 60%), Radiohead (90 / 10%), Oasis (12,5 / 87,5%), Nicki Minaj (0 / 100%). ¿Me seguís? Está joya de alianza entre Sílvia Pérez Cruz y Salvador Sobral tiene claras sus prioridades y descompensa ferozmente la balanza hacia el lado de la MÚSICA. Música en mayúsculas. Es un disco 'tocado', acústico, sin artificios digitales entre los que esconderse. La química de los dos protagonistas es palpable, dos amigos que se desternillan ('Mudando os ventos'), que juegan, que se buscan y se encuentran en las canciones. Un disco a 2 voces y 5 lenguas (portugués, castellano, catalán, francés e inglés –-este último con menos acierto que con los anteriores—) que defiende melodías regaladas de otros compositores como Jorge Drexler, Luísa Sobral, o Dora Morelenbaum con una naturalidad especial. 'Tempus Fugit', el réquiem que cierra el álbum, no es una despedida, tan solo es una invitación a volver a ponerlo desde el principio.
Jero Romero
9. 'Mi vida en partes muy pequeñas'
«Si se le puede reprochar algo, es que sea tan cruelmente corto»
Discográfica: Not On Label
Por Luigi Gómez
«Es mi disco menos personal» aseguraba recientemente Jero entre chascarrillos en una entrevista. En esta ocasión, ha sido su círculo más cercano el blanco de su certera mirada. El toledano disecciona la realidad, la mastica con delicadeza y nos la ofrece en partes muy pequeñas para asegurar nuestro desarme. El que fue frontman de los añorados The Sunday Drivers nos regala un EP que da un paso más allá en la sonoridad deconstruida y etérea de su anterior trabajo 'Miracoloso'. El perfil erizado y ondulante de una guitarra acústica en los huesos se baña en un campo de sintetizadores y sirve de cuna de unas letras que insinúan sin desvelar todo el pastel. Este proceso de deshacer las canciones tiene una relevancia no únicamente estética sino también trascendental: te sienta frente a frente con la esencia, con la sustancia de los temas para que desentrañes tú solito su naturaleza huidiza y misteriosa. Martí Perarnau IV —ex-líder de 'Mucho' y mucho más— colabora en la construcción de una producción para el recuerdo. «¡¿Pero cómo se hace eso?!», se pregunta uno mientras los bofetones sónicos te acarician a izquierda y derecha sin que puedas hacer nada para protegerte. El viaje termina y en tu plataforma de streaming de preferencia te salta cualquier mindundi mediocre que palidece por contraste. Si se le puede reprochar algo a este último trabajo es que sea tan cruelmente corto.
Amaia
10. 'Si abro los ojos no es real'
«Un tercer disco con el que Amaia se hace definitivamente grande»
Discográfica: Universal
Por Fernando Pérez
la estupenda 'Visión', un prólogo que parece sacado de la misma chistera mágica de la que Fernando Vacas extrajo aquel maravilloso debut de 'Prin' La Lá', marca el tono ensoñador y algo alucinado de un tercer disco con el que Amaia se hace definitivamente grande (y también mayor, todo llega). Abrazando la máxima bergsoniana de que madurar es crearse a uno mismo sin margen para la tregua, la exconcursante de OT nunca ha dejado de dar pasitos a plena luz, cámara y acción, sobre la cuerda floja que conduce al confuso destino de la vida adulta. Una existencia en borrador, pero que no parece admitir dictados en lo creativo. Es cierto que las influencias aquí no están precisamente ocultas, pero el gran mérito de la artista navarra es lograr que la suma de las partes, de los préstamos y las apropiaciones, acabe resultando inconfundiblemente propia. También brilla su capacidad, que hasta ahora solo se vislumbraba, para traducir las experiencias personales en sentimientos generacionales y universales. Y a pesar de que la dispersión estilística puede resultar algo desconcertante, el sugerente barniz onírico ejerce de eficaz hilo conductor hasta desembocar en una estupenda recta final de aires directamente espectrales. Un réquiem a la edad de la inocencia. Sin aspavientos, porque nos gusta el drama, mamá, pero luego nada es para tanto. Al menos hasta que te cae la treintena.
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«Hago tarta con turrones. Lleva turrón, cuatro huevos, cuatro yogures griegos, una de queso de untar y trituras»