Las subidas salariales que están percibiendo los trabajadores en este 2025 superarán, previsiblemente, a la revalorización de las pensiones públicas de cara al año próximo. Mientras que el sueldo promedio de los asalariados españoles crece en torno a un 3% interanual, los pensionistas se embolsarán un alza en su prestación del 2,7% a partir de enero de 2026.
Unas cifras que apuntan a que las nóminas volverán a ganar poder adquisitivo —aunque modestamente— por segundo año consecutivo. Todo ello en un contexto de notable crecimiento económico y buen comportamiento del mercado de trabajo, donde la afiliación a la Seguridad Social está en máximos y el paro sigue cayendo.
Las subidas salariales que se han pactado en los convenios colectivos para 2025 promedian el 3,5%, según se refleja en las estadísticas que publica el Ministerio de Trabajo. De hecho, si se tiene en cuenta solo los convenios firmados en 2025, la cifra crece hasta el 4,15%.
En la misma línea, los datos de la Encuesta Trimestral de Coste Laboral del INE, muestran que en el segundo trimestre de 2025 el sueldo medio aumentó un 3% en términos interanuales. No obstante, la estadística dibuja una ralentización en las mejoras retributivas, que en el segundo trimestre de 2024 crecían a un ritmo del 4% frente al ejercicio anterior.
Una moderación de las subidas salariales que también se ve en los salarios que pagan las grandes empresas del país. La estadística de Ventas, Empleo y Salarios en las grandes compañías muestra que el rendimiento medio bruto (un concepto asimilable al salario medio bruto) de sus trabajadores se ha incrementado un 3,8% en comparación con el año pasado. No obstante, las subidas se han moderado en comparación con el 5% de 2023 y el 4,8% de 2024.
7.000 millones de revalorización
Por su parte, las pensiones crecerán un 2,7% el año que viene, después de haberlo hecho un 2,8% en 2025, un 3,8% en 2024 y un 8,5% en el año 2023, cuando se produjo la mayoría de las rentas perdieron poder adquisitivo por la brutal inflación que se registró en aquel ejercicio.
No obstante, hay que tener en cuenta que las pensiones mínimas y las no contributivas (asistenciales) volverán a crecer por encima de los precios del consumo, tal y como quedó reflejado en la última reforma de las pensiones. La ministra encargada de la Seguridad Social, Elma Saiz, confirmó el domingo en una entrevista concedida a El Periódico que estas pensiones se revalorizarán al menos en un 5%.
El coste de revalorizar las pensiones públicas con el IPC, tal y como quedó fijado por ley con la reforma de Escrivá ascenderá a unos 7.036 millones de euros el año próximo. Una cifra prácticamente clavada a la revalorización de 2025, que se calculó con una inflación del 2,8%. No obstante, el gasto en pensiones aumentará en total en el entorno de unos 12.000 millones de euros por el aumento en el número de pensionistas, debido fundamentalmente a las jubilaciones.
El envejecimiento masivo de la población española y la revalorización garantizada de las pensiones con el IPC ha reabierto el debate sobre la sostenibilidad del sistema. El Gobierno ha insistido en varias ocasiones que el sistema es sólido y está garantizado, pero, al mismo tiempo, el déficit entre lo que cuesta mantenerlo y los ingresos por cotizaciones sociales es cada vez mayor.
Organismos como la Airef vienen señalando desde hace tiempo que la reforma de Escrivá no ha mejorado la sostenibilidad del sistema y advierten de los riesgos que supone el actual nivel de gasto. Recientemente, la Comisión Europea —que avaló el cambio legislativo de Escrivá— ha endurecido su posición sobre esta cuestión y ha animado a los Estados miembro a que impulsen el ahorro privado como complemento a la jubilación.
Además, la OCDE aconsejó a España que vincule las pensiones a la esperanza de vida de la población. Un cambio que implicaría, con total probabilidad, un recorte en la prestación inicial que perciben los pensionistas.
Unas cifras que apuntan a que las nóminas volverán a ganar poder adquisitivo —aunque modestamente— por segundo año consecutivo. Todo ello en un contexto de notable crecimiento económico y buen comportamiento del mercado de trabajo, donde la afiliación a la Seguridad Social está en máximos y el paro sigue cayendo.
Las subidas salariales que se han pactado en los convenios colectivos para 2025 promedian el 3,5%, según se refleja en las estadísticas que publica el Ministerio de Trabajo. De hecho, si se tiene en cuenta solo los convenios firmados en 2025, la cifra crece hasta el 4,15%.
En la misma línea, los datos de la Encuesta Trimestral de Coste Laboral del INE, muestran que en el segundo trimestre de 2025 el sueldo medio aumentó un 3% en términos interanuales. No obstante, la estadística dibuja una ralentización en las mejoras retributivas, que en el segundo trimestre de 2024 crecían a un ritmo del 4% frente al ejercicio anterior.
Una moderación de las subidas salariales que también se ve en los salarios que pagan las grandes empresas del país. La estadística de Ventas, Empleo y Salarios en las grandes compañías muestra que el rendimiento medio bruto (un concepto asimilable al salario medio bruto) de sus trabajadores se ha incrementado un 3,8% en comparación con el año pasado. No obstante, las subidas se han moderado en comparación con el 5% de 2023 y el 4,8% de 2024.
7.000 millones de revalorización
Por su parte, las pensiones crecerán un 2,7% el año que viene, después de haberlo hecho un 2,8% en 2025, un 3,8% en 2024 y un 8,5% en el año 2023, cuando se produjo la mayoría de las rentas perdieron poder adquisitivo por la brutal inflación que se registró en aquel ejercicio.
No obstante, hay que tener en cuenta que las pensiones mínimas y las no contributivas (asistenciales) volverán a crecer por encima de los precios del consumo, tal y como quedó reflejado en la última reforma de las pensiones. La ministra encargada de la Seguridad Social, Elma Saiz, confirmó el domingo en una entrevista concedida a El Periódico que estas pensiones se revalorizarán al menos en un 5%.
El coste de revalorizar las pensiones públicas con el IPC, tal y como quedó fijado por ley con la reforma de Escrivá ascenderá a unos 7.036 millones de euros el año próximo. Una cifra prácticamente clavada a la revalorización de 2025, que se calculó con una inflación del 2,8%. No obstante, el gasto en pensiones aumentará en total en el entorno de unos 12.000 millones de euros por el aumento en el número de pensionistas, debido fundamentalmente a las jubilaciones.
El envejecimiento masivo de la población española y la revalorización garantizada de las pensiones con el IPC ha reabierto el debate sobre la sostenibilidad del sistema. El Gobierno ha insistido en varias ocasiones que el sistema es sólido y está garantizado, pero, al mismo tiempo, el déficit entre lo que cuesta mantenerlo y los ingresos por cotizaciones sociales es cada vez mayor.
Organismos como la Airef vienen señalando desde hace tiempo que la reforma de Escrivá no ha mejorado la sostenibilidad del sistema y advierten de los riesgos que supone el actual nivel de gasto. Recientemente, la Comisión Europea —que avaló el cambio legislativo de Escrivá— ha endurecido su posición sobre esta cuestión y ha animado a los Estados miembro a que impulsen el ahorro privado como complemento a la jubilación.
Además, la OCDE aconsejó a España que vincule las pensiones a la esperanza de vida de la población. Un cambio que implicaría, con total probabilidad, un recorte en la prestación inicial que perciben los pensionistas.