La última legislatura de Pedro Sánchez está siendo cualquier cosa menos estable. Si me apuran, solo es estable en ser inestable, en perpetuar una situación insólita desde el comienzo, cuando el presidente del Gobierno llamó mayoría progresista al conglomerado de partidos de izquierdas y de derechas, nacionalistas, independentistas y hasta fugados de la justicia que apoyaron su investidura a cambio de una lista inacabable de concesiones.

Hoy, lo excepcional se ha adueñado de la escena pública. España, también aquí, es diferente, Dos años después de su formación, el Ejecutivo de la alianza PSOE/Sumar ha sido incapaz de aprobar un solo Presupuesto General del Estado (PGE) y acusa una parálisis legislativa derivada de su minoría parlamentaria, debilitada por el abandono de algunos de sus socios de investidura.

Y al escenario político se suma el judicial, con un fiscal general del Estado condenado por revelar secretos, un exministro durmiendo en la cárcel de Soto del Real y unas cuantas causas judiciales más que cercan a su entorno familiar y al del PSOE y monopolizan la conversación pública en los medios y en las redes.

Hace falta algo más que un manual de resistencia para sobrevivir en este contexto de fragilidad extrema. ¿Se puede seguir así? Por supuesto, pero a costa de pasar por alto unas cuantas reglas no escritas de la política, como la que sostiene que si se está en minoría y no se puede aprobar ni la ley más importante de cualquier legislatura, entonces lo que toca es disolver las Cámaras y pedirles a los ciudadanos que decidan en las urnas.

El Ejecutivo de la alianza PSOE/Sumar ha sido incapaz de aprobar un solo Presupuesto General del Estado

Descartada por ahora esta posibilidad, queda por ver por dónde irá un Gobierno que se ha acostumbrado a sobrevivir sea como sea. Un Ejecutivo, por cierto, que quizás fuera capaz de salir adelante de una moción de censura o de confianza, pero que no lograría solventar ni de lejos una moción de estabilidad, hecho que dice bien poco de quien ha decidido mantenerse en el poder sea como sea y con quien sea.