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Marujitas que elabora Paula Ruiz en LaMaruja. Qué son las Marujitas y dónde comerlas en MálagaLa joven Paula Ruiz apuesta por la producción artesanal desde su propia pastelería, con la que rinde homenaje a su abuela en Teatinos
Miércoles, 24 de diciembre 2025, 00:09
... tanta gente. Tienen excusa. Nacieron hace apenas seis meses. Y lo hacían de la mano de Paula Ruiz y LaMaruja Bakery, pastelería que abría en junio en la calle Mesonero Romanos (en la zona de Teatinos).Desde torta loca hasta pistacho y nutella
Al hacer ella misma la masa le permite distinguirse además de otras porque van rellenas. Con guiños muy locales como los de torta loca o arroz con leche. Aunque las que suelen situarse en el top de ventas son las de kinder, pistacho y nutella. También las prepara de lotus, oreo o dulce de leche, además de las del 'marujeo express', un sabor que propone cada semana y que en esta el protagonista es el mantecado. Todas a 2,50 euros.
Entran por los ojos nada más entrar en este pequeño local con obrador a la vista. Además del olor, no es lo único que llama la atención. También sus Maripops (cake pop o bolas de bizcocho), los Marurrolls (su versión de los cinnamon rolls), los Maruwnies (brownies a lo Maruja) o las tartas por encargo para eventos y las de queso (también de cabra) con sabores similares a los de las Marujitas y tanto en porciones como en vasitos, una nueva modalidad que empiezan a poner de moda para comer de forma individual.
Arriba, Marurroll. Abajo, vasito individual de tarta y Marupop.De hecho, aunque las Marujitas se han convertido en uno de los productos que más le identifican, las tartas son uno de sus fuertes. En estos escasos seis meses se han hecho con una buena cartera de clientes del mundo de la hostelería y, por tanto, gran parte de ellas se sirven en numerosos restaurantes.
«Aquí todo se hace a mano, con ingredientes de calidad y sin prisas. No usamos mezclas industriales ni atajos». Es la filosofía de Lamaruja desde el minuto uno que empezó a tomar forma en la cabeza de la joven Paula Ruiz. Desde pequeña ha estado entre fogones. Heredó ese amor por la cocina de su abuela. Sabía que tarde o temprano tenía que dedicarle parte de su trabajo a Maruja y a esa esencia de tradición y de lo hecho a mano que le inculcó.
Sueño cumplido
«¿Cuál es tu sueño?», le preguntó un día su pareja, Jonathan García, mientras estaban en una famosa churrería del Centro. Ella no lo dudó al contestarle: «Montar mi propia pastelería en homenaje a mi abuela». Se llamaba Maruja. Ya tenían el nombre. El sueño empezaba a cumplirse. Jonathan tuvo buena 'culpa'. Él, especialista en marketing digital, no sólo la animó, también se alió con ella.
Luego vendría todo lo demás. Esfuerzo, jornadas que se prolongan hasta bien entrada la madrugada, pero ilusión y muchas ganas de seguir avanzando y creciendo. Ese es al menos su reto. El de ambos. Se reparten bien los papeles en la empresa: ella en el obrador, él en gestión. Y la abuela Maruja apoyándoles desde el retrato con el que la recuerdan día a día en la pastelería.
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