El realme GT 7 Dream Edition fue un smartphone bastante tentador para los seguidores de Aston Martin y de Fernando Alonso. Aquellas credenciales reaparecen ampliadas en el realme GT 8 Pro Dream Edition, una nueva constatación de que a realme se le dan bien las versiones especiales.
El segundo móvil fruto de la colaboración de realme con la escudería de F1 toma esta vez como base el dispositivo insignia, lo que eleva las prestaciones. Revalida la titánica batería de 7.000 mAh (con carga rápida de 120W), por la que su autonomía supera sin dificultad los dos días de uso. Con el genial rendimiento del Snapdragon 8 Elite Gen 5, cuenta con un teleobjetivo de 200 MP, si bien el mayor significado de la composición de cámaras se halla en la personalidad que aporta el modo RICOH GR. Y muestra una pantalla AMOLED de 6,79 pulgadas con resolución 2K, fluidez de 144 Hz para juegos y brillo máximo local de 7.000 nits.
Su predecesor se caracterizaba por el MediaTek Dimensity 9400e, la citada batería de 7.000 mAh (también con 120W, aunque sin inalámbrica de 50W e inversa), una cámara principal de 50 MP conjugada con un teleobjetivo de 50 MP (zoom óptico 2x) y ultra gran angular de 8 MP y, por último, una pantalla AMOLED de 6,78 pulgadas con fluidez de 120 Hz y brillo que alcanzaba los 6.000 nits. Llega, como antes, con 16 GB + 512 GB.
A la venta por 1.199 euros (el previo costaba 899 euros), comparte las mismas especificaciones del realme GT 8 Pro original (aquí puedes leer su review), poderío revestido de la personalización Aston Martin, en la que se detiene este artículo.
Magnetismo en verde
El realme GT 8 Pro Dream Edition vuelve a atrapar en virtud de su verde intensamente seductor, que le sienta de maravilla al teléfono con el maridaje del aspecto metalizado. Regresan, en el centro de la trasera, las icónicas alas de Aston Martin, en esta ocasión acompañadas del logo de Aramco, la petrolera patrocinadora del equipo.
Siguen las vistosas y elegantes líneas laterales, encaminadas a los brillos y los reflejos según la luz al mover el dispositivo y que transmiten velocidad y hacen referencia al factor aerodinámico de los coches. Unas evocaciones potenciadas por la entrada en escena de lo curvo. El toque amarillo de las líneas interiores realza el efecto. Como en el modelo anterior, el amarillo aparece también en el botón de bloqueo y, sutilmente, alrededor del módulo trasero.
En blanco y azul, los colores de la versión original del GT 8 Pro, el diseño está pensado para otorgar el protagonismo al módulo de las cámaras dada su condición intercambiable, vía estética por la que no se guía la Dream Edition, más potente visualmente y con todos los elementos dispuestos para crear esa sensación. Algo natural al tratarse de un teléfono para fans.
La pieza metálica en la que se alojan los sensores gana en presencia a la del GT 7 Dream Edition y eleva y realza la plasmación. Al igual que en el GT 8 Pro normal, lleva a los lados dos tornillos que pueden quitarse con un pequeño destornillador para desmontar el módulo circular y colocar en su lugar el de diseño cuadrado que se incluye en el pack especial.
La interfaz personalizada
La personalización, como mandan los cánones, se extiende a la interfaz, con el software realme UI 7.0 (Android 16) adaptado a la temática y con los iconos tuneados tanto por el verde dominante como por los motivos elegidos para ilustrarlos.
Esta esencia se manifiesta asimismo en el botón de start (como si encendieras el motor) de la animación de huella, en el monoplaza que emerge en la pantalla de bloqueo, en las fotos con marcas de agua alusivas a Aston Martin o en el ruido de F1 al activar el modo GT.
La caja para coleccionistas
El teléfono, ideal para los que se agarran a que algún día llegará la '33' de Fernando Alonso, viene en una caja para coleccionistas, cuidada aunque no pase desapercibido su menor tamaño respecto a la lanzada previamente y no contenga el libro con fotografías.
Verde por fuera y negra por dentro, nada más abrirla muestra el estuche en el que descansa el dispositivo, con su módulo destacando en el dibujo del perfil de un coche de F1 y haciendo en este la función de rueda. A su lado, en el interior del estuche están el módulo cuadrado con el que cambiar el estilo de la trasera y el mini destornillador.
En el piso inferior del pack figuran el cargador SUPERVOOC de 120W, el cable y una cajita con dos fundas protectoras (de silicona y no de textura de fibra de carbono), una para el módulo circular y otra para el cuadrado (buen detalle incluir ambas). Debajo de esta se encuentra el extractor de SIM, de nuevo con la forma de un monoplaza y esta vez en un estuche deslizante que lanza guiños al '14' del casco de Alonso y a las carreras.
El segundo móvil fruto de la colaboración de realme con la escudería de F1 toma esta vez como base el dispositivo insignia, lo que eleva las prestaciones. Revalida la titánica batería de 7.000 mAh (con carga rápida de 120W), por la que su autonomía supera sin dificultad los dos días de uso. Con el genial rendimiento del Snapdragon 8 Elite Gen 5, cuenta con un teleobjetivo de 200 MP, si bien el mayor significado de la composición de cámaras se halla en la personalidad que aporta el modo RICOH GR. Y muestra una pantalla AMOLED de 6,79 pulgadas con resolución 2K, fluidez de 144 Hz para juegos y brillo máximo local de 7.000 nits.
Su predecesor se caracterizaba por el MediaTek Dimensity 9400e, la citada batería de 7.000 mAh (también con 120W, aunque sin inalámbrica de 50W e inversa), una cámara principal de 50 MP conjugada con un teleobjetivo de 50 MP (zoom óptico 2x) y ultra gran angular de 8 MP y, por último, una pantalla AMOLED de 6,78 pulgadas con fluidez de 120 Hz y brillo que alcanzaba los 6.000 nits. Llega, como antes, con 16 GB + 512 GB.
A la venta por 1.199 euros (el previo costaba 899 euros), comparte las mismas especificaciones del realme GT 8 Pro original (aquí puedes leer su review), poderío revestido de la personalización Aston Martin, en la que se detiene este artículo.
Magnetismo en verde
El realme GT 8 Pro Dream Edition vuelve a atrapar en virtud de su verde intensamente seductor, que le sienta de maravilla al teléfono con el maridaje del aspecto metalizado. Regresan, en el centro de la trasera, las icónicas alas de Aston Martin, en esta ocasión acompañadas del logo de Aramco, la petrolera patrocinadora del equipo.
Siguen las vistosas y elegantes líneas laterales, encaminadas a los brillos y los reflejos según la luz al mover el dispositivo y que transmiten velocidad y hacen referencia al factor aerodinámico de los coches. Unas evocaciones potenciadas por la entrada en escena de lo curvo. El toque amarillo de las líneas interiores realza el efecto. Como en el modelo anterior, el amarillo aparece también en el botón de bloqueo y, sutilmente, alrededor del módulo trasero.
En blanco y azul, los colores de la versión original del GT 8 Pro, el diseño está pensado para otorgar el protagonismo al módulo de las cámaras dada su condición intercambiable, vía estética por la que no se guía la Dream Edition, más potente visualmente y con todos los elementos dispuestos para crear esa sensación. Algo natural al tratarse de un teléfono para fans.
La pieza metálica en la que se alojan los sensores gana en presencia a la del GT 7 Dream Edition y eleva y realza la plasmación. Al igual que en el GT 8 Pro normal, lleva a los lados dos tornillos que pueden quitarse con un pequeño destornillador para desmontar el módulo circular y colocar en su lugar el de diseño cuadrado que se incluye en el pack especial.
La interfaz personalizada
La personalización, como mandan los cánones, se extiende a la interfaz, con el software realme UI 7.0 (Android 16) adaptado a la temática y con los iconos tuneados tanto por el verde dominante como por los motivos elegidos para ilustrarlos.
Esta esencia se manifiesta asimismo en el botón de start (como si encendieras el motor) de la animación de huella, en el monoplaza que emerge en la pantalla de bloqueo, en las fotos con marcas de agua alusivas a Aston Martin o en el ruido de F1 al activar el modo GT.
La caja para coleccionistas
El teléfono, ideal para los que se agarran a que algún día llegará la '33' de Fernando Alonso, viene en una caja para coleccionistas, cuidada aunque no pase desapercibido su menor tamaño respecto a la lanzada previamente y no contenga el libro con fotografías.
Verde por fuera y negra por dentro, nada más abrirla muestra el estuche en el que descansa el dispositivo, con su módulo destacando en el dibujo del perfil de un coche de F1 y haciendo en este la función de rueda. A su lado, en el interior del estuche están el módulo cuadrado con el que cambiar el estilo de la trasera y el mini destornillador.
En el piso inferior del pack figuran el cargador SUPERVOOC de 120W, el cable y una cajita con dos fundas protectoras (de silicona y no de textura de fibra de carbono), una para el módulo circular y otra para el cuadrado (buen detalle incluir ambas). Debajo de esta se encuentra el extractor de SIM, de nuevo con la forma de un monoplaza y esta vez en un estuche deslizante que lanza guiños al '14' del casco de Alonso y a las carreras.