La tecnología en el sector automovilístico avanza a pasos agigantados y uno de los aspectos en los que se nota es en los faros de los coches. La iluminación LED ha aumentado la potencia de estos dispositivos, pero esto puede tener sus contrapartidas.
Es lo que sostiene el doctor Romesh Angunawela, cirujano oftalmólogo consultor en la clínica OCL Vision de Londres y en el Hospital Oftalmológico Moorfields, que en declaraciones recogidas por el Daily Mail dice que "es solo cuestión de tiempo antes de que el resplandor de los faros tenga consecuencias mortales".
Angunawela da así respuesta a una investigación financiada por el Gobierno británico que revela que el 96% de los conductores sienten que los faros de los coches se han vuelto demasiado brillantes.
Un reciente estudio de datos de carretera del Laboratorio de Investigación de Transporte (TRL) de Reino Unido, en combinación con una encuesta del RAC a 1.850 conductores, concluye que el deslumbramiento se puede vincular objetivamente con los faros brillantes y con ciertas condiciones de la carretera y vehículos.
Angunawela dice: "El estudio del Gobierno confirma lo que hemos sospechado durante mucho tiempo: los potentes faros LED molestan a la gran mayoría de los conductores".
"Desde una perspectiva de ingeniería, los faros LED son geniales. Si tu coche los tiene, verás más de la carretera y con mayor claridad. Pero la gran ingeniería no siempre es buena para la biología humana", dice el doctor Angunawela.
"La intensidad, el enfoque y la longitud de onda de la luz emitida por los faros LED pueden deslumbrar gravemente a los conductores de los vehículos que vienen en sentido contrario", prosigue el médico.
"Cuando conduces a gran velocidad, incluso unos pocos segundos de ceguera pueden ser desastrosos. A medida que las noches se hacen más largas y millones de nosotros conducimos más kilómetros en la oscuridad, es solo cuestión de tiempo antes de que el resplandor de los faros tenga consecuencias mortales", sostiene el oftalmólogo.
El doctor Angunawela explica que el resplandor de la luz azul de las luces LED afecta a los conductores de todas las edades que usan gafas o lentes de contacto porque "el ojo tiene dificultades con las longitudes de onda azules y el riesgo de dispersión aumenta considerablemente si la luz pasa a través de materiales manchados o sucios antes de llegar al ojo".
El médico afirma que los conductores mayores son más propensos a experimentar niveles peligrosos de deslumbramiento: "A partir de los 50, el cristalino del ojo se vuelve gradualmente menos transparente, lo que provoca que las luces brillantes se dispersen o creen un efecto de halo deslumbrante. Esto es aún peor para quienes tienen cataratas".
Angunawela advierte de que "las leyes sobre los faros de los vehículos no han seguido el ritmo del drástico aumento de la potencia y la popularidad de los faros LED".
Es lo que sostiene el doctor Romesh Angunawela, cirujano oftalmólogo consultor en la clínica OCL Vision de Londres y en el Hospital Oftalmológico Moorfields, que en declaraciones recogidas por el Daily Mail dice que "es solo cuestión de tiempo antes de que el resplandor de los faros tenga consecuencias mortales".
Angunawela da así respuesta a una investigación financiada por el Gobierno británico que revela que el 96% de los conductores sienten que los faros de los coches se han vuelto demasiado brillantes.
Un reciente estudio de datos de carretera del Laboratorio de Investigación de Transporte (TRL) de Reino Unido, en combinación con una encuesta del RAC a 1.850 conductores, concluye que el deslumbramiento se puede vincular objetivamente con los faros brillantes y con ciertas condiciones de la carretera y vehículos.
Angunawela dice: "El estudio del Gobierno confirma lo que hemos sospechado durante mucho tiempo: los potentes faros LED molestan a la gran mayoría de los conductores".
"Desde una perspectiva de ingeniería, los faros LED son geniales. Si tu coche los tiene, verás más de la carretera y con mayor claridad. Pero la gran ingeniería no siempre es buena para la biología humana", dice el doctor Angunawela.
"La intensidad, el enfoque y la longitud de onda de la luz emitida por los faros LED pueden deslumbrar gravemente a los conductores de los vehículos que vienen en sentido contrario", prosigue el médico.
"Cuando conduces a gran velocidad, incluso unos pocos segundos de ceguera pueden ser desastrosos. A medida que las noches se hacen más largas y millones de nosotros conducimos más kilómetros en la oscuridad, es solo cuestión de tiempo antes de que el resplandor de los faros tenga consecuencias mortales", sostiene el oftalmólogo.
El doctor Angunawela explica que el resplandor de la luz azul de las luces LED afecta a los conductores de todas las edades que usan gafas o lentes de contacto porque "el ojo tiene dificultades con las longitudes de onda azules y el riesgo de dispersión aumenta considerablemente si la luz pasa a través de materiales manchados o sucios antes de llegar al ojo".
El médico afirma que los conductores mayores son más propensos a experimentar niveles peligrosos de deslumbramiento: "A partir de los 50, el cristalino del ojo se vuelve gradualmente menos transparente, lo que provoca que las luces brillantes se dispersen o creen un efecto de halo deslumbrante. Esto es aún peor para quienes tienen cataratas".
Angunawela advierte de que "las leyes sobre los faros de los vehículos no han seguido el ritmo del drástico aumento de la potencia y la popularidad de los faros LED".