Explican el PSOE y Sumar que los socios de la coalición mantienen un diálogo constante y que hay una relación fluida. "Me atrevería a decir a que hay reuniones casi a diario", expuso Pilar Alegría, la ya ex portavoz del Ejecutivo después de que esta semana Sumar pidiera una reunión entre ambos para afrontar el choque abierto por la exigencia de Yolanda Díaz de que Pedro Sánchez afrontara una remodelación del Ejecutivo. La vicepresidenta segunda lanzó el desafío el viernes pasado, que fue sostenido por el ministo Ernest Urtasun, también portavoz de Sumar, el fin de semana, pese al rechazo de Moncloa. Sánchez y Díaz, según fuentes gubernamentales, se vieron a principios de esta semana para tratar de rebajar la tensión.
"Ya me he reunido con ella", ha confirmado Sánchez en Bruselas tras participar en el Consejo Europeo. La cita da cuenta del choque que se vive en el seno de la coalición. Aunque ambos tienen interlocución fluida y hablaron por teléfono a finales de la semana pasada, el cara a cara evidencia la tensión que existe entre los socios. Los encuentros entre presidente y vicepresidenta se producen cuando hay que desencallar algún asunto o cuando el calado de la cuestión hace preciso que la interlocución escale hasta ellos. El desencuentro hacía necesaria su intervención directa.
En público, el presidente del Gobierno evita escalar las discrepancias y ni siquiera considera una "deslealtad" el que Díaz exigiera e insistiera en esa remodelación del Ejecutivo, acusando a los socialistas de inmovilismo y de "alimentar" a Vox con ello. Pero en privado, en el ala socialista del Gobierno hay enfado con la actitud de la vicepresidenta segunda.
Ese planteamiento de que la negativa a cambios profundos en el Consejo de Ministros favorece a Vox sí que ha llevado a Sánchez a desautorizarla públicamente. En este asunto no ha dudado en rebatir públicamente a la líder de Sumar en el Gobierno. "Ese crecimiento demoscópico de fondo de la ultraderecha en nuestro país, vamos a ver la materialización, nada tiene que ver con la acción de Gobierno. Tiene todo que ver con el blanqueamiento que la derecha política y mediática está haciendo de Vox", dijo a su llegada a Bruselas.
Sánchez evita pedir públicamante la salida de su socio minoritario de la coalición para no ahondar una imagen de estabilidad ya de por sí alimentada por las dudas que tienen los partidos que sustentan la gobernabilidad sobre la viabilidad de la legislatura. "Pese a las discrepancias porque somos ser organizaciones políticas con una cultura diferente hay muchas cosas que nos unen a PSOE y Sumar", ha querido terciar el jefe del Ejecutivo.