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Óscar Fernández (segundo por la izquierda), con Santiago Abascal, Ángel Pelayo Gordillo e Ignacio Garriga. EFE Óscar Fernández, de sombra de Abascal a estrella emergenteEl resultado electoral avala al candidato de Vox en Extremadura, un «duro» al que sus rivales ninguneaban por ser «poco conocido» y que ahora ya dialoga con María Guardiola
Madrid
Lunes, 29 de diciembre 2025, 00:05
... en las elecciones de Extremadura, donde habían más que duplicado el número de escaños, de cinco a once, para lograr así su gran objetivo: ganar fuerza en las negociaciones con el PP para la investidura de María Guardiola. Pero, a la vez, en la calle Bambú (sede nacional de la formación en Madrid) celebraban la victoria, avalada en las urnas, de su arriesgada apuesta: Óscar Fernández, que antes de los comicios parecía generar dudas, cierto que más fuera del partido que dentro, donde desde el principio todos los informes avalaban su designación.Tras el recuento de las papeletas, de repente, su talla política había crecido. «Le auguramos un gran futuro en Extremadura», sentenciaba Garriga, quizá visualizando a su candidato en el despacho de vicepresidente de la Junta. Porque Vox no pelea por sillones, repiten sus líderes, pero esta vez tampoco se pone «límites» en la negociación con Guardiola. Y Fernández no se lo va a poner nada fácil a la todavía presidenta extremeña si quiere continuar en el cargo.
Amable en las formas y cercano en el trato, Óscar Fernández (Cáceres, 1975) se transforma en un político muy duro cuando se sube al atril. Como portavoz de Vox en la Asamblea extremeña durante la pasada legislatura, donde cohabitó con el otro hombre fuerte de Vox en Extremadura, el diputado regional y senador Ángel Pelayo Gordillo, Fernández cargó contra la presidenta, a la que acusó de «robar el cambio» que los votantes habían exigido en las urnas. «Extremadura ha visto un cambio de siglas, pero no de políticas», fue el reproche más habitual de Fernández, que, sin embargo, ahora tendrá que mostrar su otro perfil: el de la persona «muy dialogante» que destacan sus colaboradores. «Su discurso es crítico, pero va a hablar todo lo que haga falta», explica uno de sus asesores. «Eso sí», acota, «que Guardiola no piense que esta vez nos va a engañar».
En Vox todavía escuece, y mucho, la fallida negociación de los Presupuestos que, en última instancia, condujo al adelanto de las elecciones y de la que Óscar Fernández fue protagonista. En el partido de Abascal aseguran que a principios de octubre tenían casi cerrado un preacuerdo con Guardiola, pero que, justo antes de rubricarlo, el PP les dijo que era inasumible y que comenzaba a negociar con el PSOE. «Si quieren hablar con los socialistas, que se olviden de nosotros», zanjó entonces Fernández. La herida con el PP todavía está abierta y por eso, cuando la semana pasada le preguntaron al candidato de Vox si se planteaba una abstención para facilitar un Gobierno de María Guardiola en solitario, Fernández tiró de ironía: «Y yo aspiro a ser delantero centro del Real Madrid, pero, claro, no me dan las piernas». El viernes Guardiola se puso en contacto con Fernández para comenzar a poner fecha a las negociaciones.
Gerente farmacéutico
Casado y con dos hijos, la referencia futbolística entronca con una de las aficiones del dirigente extremeño de Vox, que lo antepone todo a ver un partido de sus vástagos o del equipo de sus amores: el Club Deportivo Cacereño. Diplomado en Enfermería, antes de entrar en política fue gerente en una empresa farmacéutica, un pasado de gestión que en la formación destacan como aval sobre la preparación de su candidato.
Fernández se afilió a Vox en 2018, se convirtió en presidente provincial en Cáceres en 2023 y en las elecciones autonómicas de ese año fue uno de los cinco diputados de Vox, que lo eligió portavoz en la Cámara regional. Además del fútbol, entre sus aficiones está la novela histórica (Santiago Posteguillo es uno de sus autores favoritos), los toros, la caza, pasar tiempo con sus padres y con sus amigos y escaparse a su pueblo, Casas del Castañar, en el Valle del Jerte, de donde salen las mejores cerezas de España. También es devoto de la Virgen de la Montaña, patrona de la ciudad de Cáceres; una devoción, por cierto, que comparte con María Guardiola. Quizá por ahí puedan comenzar a limar asperezas los dos políticos llamados a negociar el gobierno en Extremadura.
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